Por Luis Varese

Anteriormente escribí un artículo llamado los Precursores de las Nuevas Democracias y sí el Gobierno Revolucionario de las Fuerzas Armadas iniciado el 3 de Octubre de 1968 fue muy audaz, muy imaginativo, muy revolucionario. El General de División, Juan Velasco Alvarado, un hombre de las sequedades  y los calores de Piura, tuvo el coraje de encabezar un gobierno revolucionario que cambió la historia del Perú.

Tuvo el coraje de  expulsar a la misión militar yanki y les dio 48 horas para abandonar el país, nacionalizó el petróleo, dio la ley de Reforma Agraria, Oficializó el Quechua, Nacionalizó la Gran Minería, hizo la Reforma Educactiva, entregó los medios de comunicación de la prensa escrita a los sindicatos, organizaciones sociales, la Confederación Nacional Agraria. Hizo la reforma de la propiedad industrial, creó el Sector de propiedad social, autogestionario. Abrió relaciones con todos los países el mundo. Los peruanos no podíamos viajar a Cuba, la URSS, Vietnam. Democratizó al país y le dio un gran golpe a la oligarquía propietaria del país. Fyue un gobierno revolucionario, antimperialista, soberanista reditributivo y participativo.

Sacó a Pizarro y puso a Túpac Amaru en la Casa de Gobierno.

En este artículo quiero compartir a renglón seguido, un extracto de un texto mío sobre la Soberanía, que ha sido publicado en la Revista Soberanía de la Universalidad Autónoma de Managua y me parece útil para que nos entendamos sobre la Soberanía. 

La Soberanía una mala palabra para los neoliberales.

“Vengo a ver a un patriota”, respondió mi mamá a la carcelera que le preguntó si visitaba a un terrorista. Porque de eso se trata la alienación organizada, llamar terroristas a los patriotas que defienden la Soberanía y llaman guerra al genocidio de Israel contra Gaza, o el asesinato de civiles con beepers convertidos en bombas o bombardeos contra la población civil.

La Soberanía tiene bandera nacional, pero también bandera de clase. La Soberanía es para reducir las desigualdades, para ponerse del lado de los pobres tal como lo expresó Augusto C. Sandino en más de una ocasión.

La Soberanía es de por sí  revolucionaria, porque se opone al modelo capitalista expoliador y en contra las privatizaciones.

La Soberanía energética, exactamente lo opuesto de los que hacen hoy las lumpenoligarquías  de Ecuador, de Perú traficando con la energía eléctrica o malbaratando los recursos petroleros.

La Soberanía alimentaria y la lucha contra las transnacionales de semillas y cultivos transgénicos.

La Soberanía sobre la minería, contra la expoliación de todos los minerales que nos compran a precio de gallina vieja y los venden por su verdadero valor del mercado. (Exportamos tierra mezclada con oro, pero a precio de tierra)

Las Soberanía sobre el mar territorial y sobre la pesca en defensa de los recursos pesqueros y de la alimentación, en nuestros países.

La Soberanía sobre el acceso a los medicamentos y el derecho a producir nuestras propias medicinas a precios accesible a la población. La soberanía sobre el derecho a la salud es fundamental y cada vez más difícil.

La Soberanía sobre los recursos hídricos, sobre el acceso al agua, un derecho humano fundamental y que está siendo privatizado con mil artimañas.

La Soberanía sobre los recursos ciberespaciales controlados por el extranjero y en nuestro caso por el enemigo.

La Soberanía sobre el conocimiento ancestral del uso de los recursos naturales, de las plantas y la semillas.

La Soberanía sobre la cultura y las artes.  El derecho a financiar nuestra propia creación sin controles del FMI, bajo el disfraz de gastos superfluos o algo similar.

La Soberanía sobre la defensa de la ecología y el medioambiente. La soberanía sobre nuestra biodiversidad, que es un derecho universal, pero se la apropian y nos la venden a precios inaccesibles.

 La Soberanía sobre la Seguridad Ciudadana, que se entrega al narcotráfico, a la policía y ejército de los Estados Unidos. Que lucran política y financieramente con los recursos producidos.

La Soberanía sobre las remesas que mandan los migrantes y cuyos costos de envío benefician a la banca y la empresa privada.

La Soberanía sobre nuestro espacio territorial que se entrega al ejército de los EEUU, dándole incluso carácter de misión internacional, para que los soldados y oficiales yanquis, e incluso los “contratistas” (mercenarios de los EEUU) estén exentos del pago de impuestos, tengan acceso a la libre importación de bienes y peor aún, no puedan ser juzgados por los tribunales nacionales civiles, incluso por delitos comunes. En el Perú hay 16 bases militares yankis, o centros de investigación biológica, o centros de apoyo a la lucha contra las drogas (absolutamente con cero beneficio para los peruanos de a pie.)

 He querido dar un listado, seguramente incompleto, de lo que significa la Soberanía en los diversos sectores. La Soberanía no es una abstracción. La soberanía se come, se bebe, se estudia, se respira, se disfruta, se goza.

La Soberanía “no se negocia, se defiende con la armas en la mano”…dice Sandino y al paso que vamos… las calles son nuestro combate cotidiano, por ahora.

Este listado nos muestra por qué odian (los ricos) a los gobiernos Soberanistas y redistributivos.

Ese gobierno, 56 años atrás, nos hizo respirar mejor, más libres, más sanos.

Les repito como frase final, la Soberanía no es una abstracción, se toca, se come, se respira, se bebe, se pesca, se disfruta, se goza, nos enriquece multicultural y espiritualmente. La Soberanía es además el camino correcto hacia la Patria grande.

Por RK