El 24 de mayo de 2017, después de una ardua campaña electoral por alcanzar la Presidencia de la República, Lenín Moreno asumía sus funciones bajo la promesa de continuar con 10 años de transformaciones radicales en el país; luego de casi dos años de “gestión”, Ecuador empieza a parecerse al famoso cuento de Alicia en el País de las Maravillas*, (con el perdón que se merece Lewis Carroll, por supuesto); y es que esta famosa obra literaria infantil, escrita en 1865, traspasa la línea que separa la realidad de un sueño y se adentra en un territorio sin leyes, ni orden, un país donde todo es posible.

Para el deleite de los niños del mundo esta obra ha sido y seguirá siendo fascinante, a todos les gustaría poder ir alguna vez al País de las Maravillas, a conversar con el conejo blanco, mirar el futuro como la oruga, predecir los caminos como “sonriente”, el gato y festejar el NO-CUMPLEAÑOS con el sombrero loco; quizá todos alguna vez han o hemos pensado en “ser Alicia por un día”. La realidad es que ahora existe un territorio donde todo es posible, se llama Ecuador, y lo que sucede ahora en el país parece un tramo surrealista tomado de un cuento de ciencia ficción.

Con el decreto 660 firmado por el mandatario ecuatoriano hace semanas atrás se marca un precedente en la historia del país y del mundo, ya que se crea un gabinete “estratégico” que remplaza al gobierno electo en urnas, simulando una improvisada partida de naipes mal jugada, en la que los ecuatorianos apostaron y pierden cada día.

La cereza del pastel del NO-CUMPLEAÑOS, es el NO-GOBIERNO, indujeron una crisis económica, cuando el país, había enfrentado precios del petróleo a diecisiete dólares el barril, la baja de los “commodities”, más dura, según la propia CEPAL, desde la gran depresión de la década de los 30, del siglo pasado e incluso un terremoto que causó cientos de vidas en pérdidas y según el FMI, de más de 3500 millones de dólares; todo con el objeto de llevar adelante las futuras, pero presentes, privatizaciones y lograr un acuerdo con el Fondo Monetario Internacional que tendrá graves repercusiones políticas y sociales. Un NO-GOBIERNO que se expresa en el servilismo a la banca, por lo que pretendieron cambiar las reglas de uso de las tarjetas de crédito; unos Ministros y sobre todo un  Contralor “inventado”, cual personaje de Lewis Carroll, que contra toda norma legal y del debido proceso no se inmutan en anunciar públicas persecuciones a los “correístas”; todo ello, con unos medios de comunicación cómplices del mayor reparto de la República.

Ahora resulta que en Ecuador a los críticos o quienes fueron simples funcionarios en el período de la Revolución Ciudadana, por arte de magia llega la Fiscalía General del Estado o la  Contraloría General del Estado, y tal cual, como la Reina de Corazones Rojos, en el País de las Maravillas, al perder su partida de croquet grita: “Que les corten la cabeza” e inmediatamente jueces y fiscales se olvidarán que la prisión preventiva es de “ultima ratio” y te la impondrán como medida cautelar. Mientras tanto el “Gobierno de Todos”, dialoga únicamente con sus aliados estratégicos listos para participar en el mayor banquete del país: su subasta; pero que se puede esperar, después de todo, así de agresivo suele ser el neoliberalismo, arrasa con todo lo que hay.

En ocasiones todo lo que sucede en Ecuador parece un sueño, una caída en la madriguera del conejo blanco que llega tarde, y al final del túnel se quiere encontrar una pócima que diga “DESPIÉRTAME”.

*Referencia bibliográfica “Alicia en el País de las Maravillas” Lewis Carroll.

Carroll toma algunos elementos previos de géneros humorísticos establecidos (de la mítica publicación satírica Punch, básicamente inventa un nuevo género, y lo hace a base de amontonar absurdos.

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