Luis Varese
Con este anuncio AMLO inicia su gobierno. No podía ser de otra manera, aunque el desafío aparece muy alto. Inicia el discurso agradeciendo al Presidente saliente por no haber intervenido en el resultado electoral. Luego una serena y fuerte descalificación del neoliberalismo diciendo: “… La política neoliberal ha sido un desastre, una calamidad para la vida pública del país.” Los 100 compromisos que hizo públicos en el Zócalo de la Ciudad de México ante una multitud, luego de una ceremonia popular, se pueden agrupar en tres grandes temas: la construcción de una nueva ética de convivencia a través de la permanente participación popular, la transformación económica y la seguridad ciudadana. Todos están fuertemente entrelazados. Todos enormes desafíos.
- La construcción de la nueva ética de las relaciones sociales, desde la decisión de convertir al Gobierno Federal en servidor de las prioridades nacionales, iniciando una “estricta política de austeridad Republicana”. Esto que pareciera parte de la campaña que han usado diversos candidatos lo plantea AMLO diciendo que apelará a la ciudadanía y a todos los sectores de clase, principalmente los más pobres y los pequeños y medianos productores, para construir lo que sería una inmensa veeduría ciudadana. Muy probablemente jugará un papel determinante MORENA, el partido de gobierno y sus aliados pero sobre todo la ciudadanía organizada para ser los propios controladores de los debidos pagos. “Se evitará el soborno o la mordida; otorgaremos confianza a los ciudadanos, quienes bajo protesta de decir verdad, actuarán con rectitud y cumplirán con sus responsabilidades”. En este mismo sentido están los programas de austeridad del aparato del Estado y la decisión de ser interpelado a los dos años y medio de su ejercicio presidencial, a través de una consulta popular para ver si continúa como Presidente o es revocado su mandato: “… el primer domingo de julio del 2021, habrá una consulta para preguntarle a los mexicanos, si continúo en la Presidencia o si renuncio.” Esto es inimaginable en un país donde el Presidencialismo ha sido incuestionable mientras dure el mandato y aún después de este. Esta reforma de la ética de las relaciones del Estado con la sociedad solamente la alcanzará con un formidable esfuerzo de participación ciudadana organizada y una transformación en la educación y en la cultura y así lo ha anunciado. La necesidad de renovar se demostró en las urnas. La confianza en el pueblo organizado es indudable y la gran ventaja es que muchos Estados, entre ellos el de la Ciudad de México, están dirigidos por Gobernadores de Morena y sus aliados. Es un desafío enorme. La ideología dominante no es para construir ética y solidaridad. Es para construir codicia, individualismo y seguir utilizando el Estado como el botín que ha sido México (y toda América Latina) en los tiempos neoliberales. En este punto la decisión de hacer un punto final en la persecución a los anteriores actos de corrupción de los diversos niveles del poder ha generado respuestas negativas, sin embargo la explicación es razonable, no va a perder tiempo en gobernar para perseguir. Lo hará el poder judicial cuando haya elementos reales y además no generará una fractura entre la clase política mexicana abriendo un largo periodo de ataques y respuestas sobre temas que no competen directamente al Ejecutivo. Es razonable y a su vez crea una Comisión de la Verdad para crímenes de como el de la desaparición del 43 muchachos de Ayotzinapa.
- La transformación económica pasa por varias propuestas. El acceso al crédito “a la palabra” veloz y sin intermediarios, a medianos y pequeños emprendedores del campo y la ciudad, incluyendo a jóvenes con propuesta de salario en la capacitación del primer empleo. La recuperación de la autonomía en el sector extractivo y generador de energía y aquí hace un llamado a los técnicos y obreros patriotas, incluso los jubilados: “… a actuar como se hizo en tiempos de General Lázaro Cárdenas, y que volvamos a rescatar la industria petrolera nacional”. La recuperación del campo, pasa además del crédito directo a los productores, por el respeto a la conservación ecológica prohibiendo el uso de transgénicos, prohibiendo el fracking, promoviendo el uso de energías alternativas y prohibiendo la privatización del uso del agua. Proyectos de desarrollo hidroeléctrico, turísticos y de transporte complementan esta primera aproximación a la recuperación económica para la redistribución de la riqueza, que beneficie al conjunto de mexicanos de diversos sectores de clase. Una idea totalmente innovadora es la creación de un corredor de 3180 kilómetros de largo por 25 de ancho a lo largo de la frontera de los Estados Unidos, con incentivos tributarios, igual precio de la gasolina y diversos otros incentivos para incentivar nuevas actividades productivas. Nuevamente el éxito o fracaso de estas propuestas pasa por el compromiso masivo de respetar e incorporar las nuevas reglas de juego a través de la participación ciudadana y el compromiso patriótico. Cómo involucrará a los sectores de la burguesía poderosísima que existe en México, indudablemente a través del acceso a ganancias con nuevos mercados y con nuevos consumidores que genera la redistribución de la riqueza. Hay, hoy día un México del Norte y uno del Sur, separados por niveles de pobreza, pero sobre todo por la gran influencia ideológica que significa los Estados Unidos. En toda la propuesta económica habrá de enfrentarse al enorme desafío que significa esa contradicción que es consumismo, versus solidaridad y patriotismo. Contradicción que no fue resuelta en las nuevas democracias o gobiernos populares de América del Sur. Nuevamente la apuesta es la participación popular y transformación en la cultura recuperando los orígenes de la historia de la nación desde sus culturas originarias hasta los héroes y mártires de la Revolución Mexicana. En 2019 se cumplen 100 años del asesinato de Emiliano Zapata y toda la papelería del gobierno llevará su nombre y el lema Tierra y Libertad. Lanza con fuerza la opción por la recuperación de la fuerza de la palabra y voluntad organizada y transformadora del pueblo.
- La seguridad que es el otro descomunal desafío. Para ello propone la creación de una Guardia Nacional que aún debe ser “aprobada por pueblo y por el Congreso”. Este organismo ha sido criticado a priori por distintos sectores. Aparece como una forma de centralizar las acciones antidelictivas a nivel federal. El tema está aún en debate sin embargo la apuesta va por la defensa de los derechos humanos, la participación ciudadana, la depuración de los cuerpos policiales, el sacar de las calles al Ejército y la Armada en la represión al pueblo y sobre todo, nuevamente la participación ciudadana organizada. El tema de la seguridad aún aparece en construcción por lo que es difícil emitir una opinión sobre ello.
En este y en todos los ámbitos se transversalizan las relaciones internacionales donde propone un amplio espíritu de respeto a la autodeterminación de los pueblos y el fortalecimiento del multilateralismo. En cuanto a la migración y a la relación con los Estados Unidos y Canadá propone crear una propuesta de inversión hacia los países centroamericanos que dé una respuesta no represiva sino constructiva al tema de las migraciones, forzadas por la inseguridad y el hambre.
Si este espíritu de renovación, de transformación ideológica gana confianza y se transmite como lo plantea el Presidente López Obrador, se habrá dado un paso extraordinario y será el inicio de una auténtica revolución en el marco de las nuevas democracias del continente, dando un fuerte aliento a continuar en la lucha contra el caduco neoliberalismo, contra las corrientes ultraderechistas y por la construcción de la Patria Grande.