Por Juan Cárdenas
A dónde nos trajo la perversa consigna de los complotados para “acabar” con el correísmo. Desinstitucionalizaron toda la estructura creada con la vocación y el esmero de los soñadores en la Política como el arte y ciencia de hacer el bien común. En el vendaval de su odio visceral arrasaron con todos los servicios públicos, achicaron el Estado al tamaño de sus intereses. ¿Qué decir de la justicia? El diabólico transitorio puesto a dedo en el CPCCS para dañar y perseguir todo lo que huela a progresismo revolucionario, armó la justicia con operadores funcionales a la perversa misión de finiquitar todos los valores. Un cliente del notario Cabrera se chantó la toga para trepar, pese a sus limitaciones. En un raro instante de racionalidad, reconoció que con Correa cometían una injusticia. Dos doritos después, integró la sala para condenarlo “por influjo psíquico” pese a que era inocente. La recompensa sería la presidencia de la corte. Luego irrumpe de candidato, con el 0,2% en las encuestas. O sea, nada, lo que merece. Pero viene su propio pana Hernández y en testimonio anticipado vomita la plena y le deja “en pelotas morales”: que cobraba por todo, que se rodeaba de incondicionales, que se ganó a pulso de sus travesuras un “doctorado honoris causa”, con plata, viáticos y pasajes de una empresa privada, tal vez con la condición de bajarle impuestos y obligaciones laborales por la vía de sentencias. Desesperado por las revelaciones de su “yunta” de ayer, sólo atina a gritar la vieja confiable: culpa de Correa; ¿entonces para él, la Fiscal sería correísta, porque a ella le corresponde procesalmente solicitar la declaración anticipada de testigos. Le tiraron al agua. Cada uno elije su árbol para ahorcarse.
Por allí deambula un “tonto solemne” convertido en tonto útil, sosteniendo la barbaridad de que en el gobierno de la RC dizque ha habido 7.000 muertes violentas. ¿Será que los escondió bajo la alfombra?; ¿Y los familiares de las supuestas víctimas jamás buscaron ni reclamaron por sus muertos?; ¿y los organismos de inteligencia y de seguridad, los tres gobiernos de turno tampoco dijeron nada? La maniobra está clarísima: como ya nadie les cree la calumnia de los 60 mil millones, la sentencia por “influjo psíquico”, la gratuita acusación de corrupción, bajan la siguiente cifra de la irrefutable seguridad que gozamos en la Década Ganada, que nos convirtió “en el segundo país más seguro de la región”, para atacar con esta infamia ese logro reconocido en el mundo y premiado por la DEA. Por eso forjan ese macabro relato. ¿Será que confunden la cifra de muertos por el Covid en alguna ciudad?
En la Asamblea Nacional quieren impedir los juicios políticos a punta de gritos y amenazas. En su prepotencia, no tienen idea de la autonomía de las funciones del Estado y de la facultad privativa de Fiscalización de la Legislatura, a la que irrespetó con la afirmación de que las mafias están en los barrios más difíciles y otros sentados en curules de la Asamblea. No hizo excepción alguna, señor Kronfle, olvídese del amiguis y póngase al frente de la primera función del Estado para defenderla. Y hay legisladores que quieren mandar preso a todos los que se les oponen; y acto seguido van a pedir el voto queriendo volver. ¿Entendieron? Ni yo…
Fe de erratas. En cuanto al contenido de los 6 primeros renglones del cuarto acápite del artículo “Migajas” del 2 de septiembre del 2024, me retracto acerca del parentesco por
afinidad de la señora Andrea Arrobo Peña, exministra de Electricidad, a quien atribuí la calidad de nuera de una embajadora. En lo de “momias cocteleras”, queda tal como está