Por Pedro Pierre
Vamos de mal en peor hasta que decidamos cambiar. Ecuador, Perú, Paraguay y Argentina son los únicos países que se hunden en la pobreza, el desempleo y la inseguridad. Brasil, Bolivia, Uruguay, Colombia han logrado revertir el regreso de las derechas neoliberales al poder. En Cuba y en Venezuela no es el paraíso, pero no están en un infierno como lo estamos pasando en Ecuador. Han logrado sacar a su gente de la miseria. Todas las grandes instituciones internacionales como la ONU (Organización de las Naciones Unidas), el Banco Mundial… reconocen que en 75 años de revolución ha logrado sacar a más de 770 millones de personas de la pobreza extrema, o sea, la mitad de su población. Aquí, en Ecuador es lo contrario: Habíamos bajado a 30% de pobreza; ahora estamos en 60%..
Eso es posible porque esto está programado. El gobierno de Estados Unidos lo quiere así porque es dominado por las grandes multinacionales que están radicadas en ese país. Estas logran controlar las elecciones para que los gobiernos de Estados Unidos y Ecuador les sean favorables. Controlan también los grandes medios de comunicación internacionales que fabrican las informaciones a su gusto. En Ecuador cuentan con la complicidad de una mayoría de ecuatorianos. Son cómplices las grandes familias más ricas del país: ¡Unas 15: Sí, tan pocas! Se hacen cómplices los grandes medios de comunicación que nos engañan y nos dicen cómo pensar y actuar; una mayoría de ecuatorianos se satisfacen de esto. Son cómplices también la mayoría de los partidos políticos, en particular los que se dicen de izquierda: La UP-MPD (Unión Popular-Movimiento Popular Democrático) que se vende al mejor postor, y el Parido Comunista que ha desaparecido del mapa electoral. Son cómplices las Iglesias y sus jerarcas que olvidan que Jesús se enfrentó a las autoridades religiosas y militares que se aprovechaban de la gente de su tiempo.
Somos cómplice de los que nos dominan, nos engañan y nos empobrecen. La mayoría de los ecuatorianos que no queremos ver la realidad. Preferimos una vida de segunda o tercera categoría, llena de individualismo, ignorancia, mediocridad, indiferencia, desorganización… La mayoría de los ecuatorianos no quiere reconocer que esta clase de democracia ya no funciona: Prefiere enterar su dignidad y esconder su valentía. Las clases medias sueñan con ser ricas como “las 15 familias” millonarias. Mucho de los que conocen esta situación prefieren cerrar los ojos y olvidarse de la compasión y la solidaridad. La mayoría de los cristianos católicos y evangélicos prefieren dedicar a actividades espirituales que ocultan la situación nacional, adormecen las conciencias y los hacen cómplices de las desgracias actuales.
La mayoría de los ecuatorianos preferimos el odio enfermizo y sin razón, como también el racismo, para encerrarse en una falsa seguridad e ilusiones ciegas, haciendo el juego de los que nos dominan, nos engañan y nos empobrecen. Estos no quieren que regrese la Revolución Ciudadana porque, en 10 años, han logrado cambiar y mejorar el país como ningún gobierno antes. Otra plaga es el racismo, en particular contra los Indígenas. Más de 80% de los ecuatorianos tienen sangre indígena y ¡unos 40% los desprecian, es decir, se desprecian! La CONAIE (Confederación Nacional de los Indígenas Ecuatorianos) con su brazo Pachakutik es otra entidad que tiene un proyecto de país capaz de sacarnos de la miseria y de la pobreza. Pero ‘hace bien’ despreciar a los indígenas y no han faltado obispos y sacerdotes para decir una y otra vez que “los Indígenas son incapaces de gobernar” siguiendo las palabras de Osvaldo Hurtado, el vicepresidente ‘demócrata cristiano’ de Jaime Roldós asesinado por las “élites” ecuatorianas.
En este momento sufrimos los embates del narcotráfico. ¿Por qué existe el tráfico de drogas? Es porque los gobiernos de los países que más consumen drogas con Estados Unidos y la Unión Europea han pactado con ellos. El narcotráfico es la nueva arma que utilizan para dominarnos y controlarnos, hacer que nos asesinemos los unos a los otros, cerrarnos los ojos sobre los que está pasando y manipularnos como muñecos de cartón. Eso comenzó con el presidente Lenin Moreno, traidor al proyecto de Alianza País de Rafael Correa, a su campaña electoral y al voto mayoritario de los ecuatorianos: Allí se empezó a entregar las cárceles a los jefes de bandas narcotraficantes.
Si hay apagones en Ecuador, es porque el presidente actual es el gran amigo de los norteamericanos. No quiso mantener en buen estado las centrales eléctricas, afín de privatizarlas y aumentar las tarifas de las planillas de la luz. El es el mejor peón del gobierno norteamericano y de las grandes multinacionales. Tampoco una mayoría de ecuatorianos no quiere reconocer que el FMI (Fondo Monetario Internacional) es el mejor maestro para la aplicación del neoliberalismo en nuestro país. Para eso ha sido creado y lo logra muy bien. Somos demasiados a seguir indiferentes y algunos bailando, como pasó antes del hundimiento de Titánic…
¿Hasta cuándo? Hasta que decidamos abrir los ojos, recuperar nuestra dignidad, reconocer que somos capaces de vivir y convivir mejor, ser más valientes y decidir unirnos para lograrlo.