Por Luis Varese
Escribo pena como sinónimo de tristeza, y también como sinónimo de vergüenza.
Lula pasará al recuerdo ya no como Fome Zero, sino como dignidade zero. Lo escribo con una tristeza y un desasosiego tremendo. Entregar a Nuestramérica al enemigo se refiere a nuestros hijos, a nuestros nietos. A cambio de qué Lula. Cuál es la ganancia estratégica de esa decisión.
¿Qué pasó Lula?
La explicación mas recurrente es que se vendió. Lo más extremo, que su nueva esposa es agente de la CIA. No quiero simplificar así, pero el hecho objetivo es que le hace el juego al imperialismo yanki y a la derecha continental. A nadie más beneficia la decisión del veto contra Venezuela. A nadie más.
La triste explicación de Celso Amorim, de que no hay que meter a muchos países en el BRICS es simplemente patética.
Recapitulando un poco, podemos recordar que Brasil, Itamaraty como Cancillería, es con el primer gobierno de Lula y Amorim de Canciller que mira hacia América Latina y hacia América del Sur de manera nueva y cercana. Brasil deja de actuar como la cancillería del imperio portugués y se vuelca hacia sus hermanos del sur con mayor cercanía. El segundo Gobierno de Lula mantiene esa actitud.
Importantes reformas y políticas públicas, de gran beneficio para el pueblo brasileño, en un país donde la derecha es poderosa y las Fuerzas Armadas siguen siendo reaccionarias básicamente. No logró Lula abrir las actas del periodo de la gran represión durante la dictadura. Los archivos se quemaron en un dudosísimo accidente que en rigor fue una provocación contra el Presidente Obrero Metalúrgico.
Ambos ejercicios de gobierno se pueden juzgar con mayor o menor simpatía. Fue un proceso socialdemócrata muy importante para el pueblo brasileño. Su actuar internacional también fue positivo para la etapa de las democracias populares.
La Cancillería Brasileña, baila con el ritmo de Laura Richardson
No hay excusa. Lula puede argumentar incluso que no cree en el triunfo de Maduro o en las elecciones de Nicaragua. Incluso eso puede argumentar, pero ello no le autoriza a actuar como un Felipillo o una Malinche, abriendo la puerta de la fortaleza para que entre el enemigo, porque eso es lo que ha hecho. Ha puesto en riesgo no solo a Venezuela, no solo a Nicaragua, sino que ha entregado la trinchera que se le había encomendado para frenar al enemigo.
Toda Nuestramérica ha sido vulnerada con esta decisión no solo por el riesgo militar que significa el Imperio, sino porque debilita a los BRICS, como un espacio de generación del multilateralismo y la construcción de las nuevas relaciones internacionales.
Las FFAA de Brasil saben perfectamente lo que significa este gesto y los generales proyanquis lo aplaudirán con entusiasmo. Las bases militares de Perú, Colombia, Ecuador, Chile, se sienten hoy sí respaldadas y seguras.
La OTAN respira aliviada, Lula por fin cambió de bando, está con “occidente”.
La puñalada venía de a pocos, primero las críticas a Nicaragua y su ruptura con el Gobierno del FSLN. Luego la absurda propuesta de que Venezuela repita las elecciones, propuesta que fue modificada “por ver todas las actas”. ¡Con qué derecho! Itamaraty vuelve a la política imperial portuguesa. América Latina no es un socio prioritario. Los BRICS, son solamente un negocio, no un espacio diplomático para generar propuestas de beneficio de la Humanidad. Amorim dijo que si siguen entrando países corría el riesgo de convertirse en un nuevo “Grupo de los 66, no alineados”. Falso de toda falsedad y el Doctor Amorim, lo sabe bien. No es un riesgo y las bases son completamente diferentes. El BRICS tiene bases materiales sustantivas y lo serían más con Venezuela.
El mundo sufre la brutal agresión del imperio yanki y sus aliados de la UE. Gaza, Cisjordania, Líbano, Siria, y ahora, Irán claman a gritos que detengan eso.
La decisión de Lula y su Cancillería, lo único que hace es echar gasolina a un mundo que arde.
Su aspiración de convertirse en el gran componedor, nos lleva a todas y todos a enfrentarnos con el enemigo de la humanidad, con la puerta de retaguardia de la fortaleza, totalmente abierta.
Que decisión más abyecta y perversa, a cambio de qué.