Por Rafael Quintero López
- ¿De dónde viene?
Su padre –el magnate bananero y naviero, Álvaro Noboa Pontón–, fue 5 veces candidato presidencial en 1998, 2002, 2006, 2009 y 2013. Aferrado cada vez más a un partido suyo, el PRIAN, financió él mismo sus campañas, que fueron el caso único de un revés progresivo como tales, pues consecutivamente perdía respaldo, yendo de un alto 48.83 % del voto en su primer intento, –cuando hizo alianzas y fue candidato de Partido Roldosista Ecuatoriano, la Acción Popular Revolucionaria Ecuatoriana, la Unión Popular Latinoamericana, a más del movimiento político Liberación Nacional de su binomio, Alfredo Castillo Bujase, una escisión del Partido Comunista del Ecuador–, a un bajo 3.72 %, en su última comparecencia, sin alianza alguna. Es decir, iba perdiendo y exhibiendo una regresión creciente, reñida con el aumento ascendente de su millonario gasto electoral. En esa primera competencia de Álvaro Noboa, fue vencedor Jamil Mahuad, que había sido hasta entonces Alcalde de Quito, por la Democracia Popular-Unión Cristiana, quién aventajó a Noboa solo con un 2,34% de la votación, convirtiéndose Mahuad en el presidente inaugural de la Constitución de Ecuador de 1998.
Posteriormente, en sus últimas tres contiendas, fue derrotado por un sujeto nuevo, el economista Rafael Correa Delgado, un joven guayaquileño de clase media, que piloteó en 2006 un movimiento aliancista de 13 organizaciones político-sociales –la llamada “Alianza Patria Altiva I Soberana”, reconocida por las autoridades electorales a última hora, como Listas 35, pero ingeniosamente nombrada como Alianza PAIS— que recibió el apoyo del Partido Socialista-Frente Amplio, Listas 17. Se configuró así la fórmula electoral 35-17, vencedora en 2006. En ninguna campaña, Álvaro Noboa Pontón había podido ganar. Y, en la última se enterró como el empresario-político. Él no solo que no entendía la política electoral, ni lo que era la conquista del voto en un país regionalmente muy fragmentado, y étnicamente invertebrado, sino que resultó también ser un pésimo orador, que nunca entendió cómo debía comunicar sus ofertas, sobrevalorando la millonaria financiación propia, aislándose, por ello mismo, de sus congéneres de clase social (la misma burguesía oligárquica) que deseaba apostar a un ganador que esté dispuesto siempre a dar la cara. Sus actitudes de campaña eran solo reactivas, y su dependencia excesiva de una sola clientela (su familia) le hizo llevar a su esposa, Anabel Emma Azín Arce (Guayaquileña, nacida en 1961), a ser en la penúltima lid electoral de 2009, su binomio a la Vicepresidencia. Juntos perdieron. Su propia hermana, una multimillonaria empresaria inmobiliaria, Isabel Noboa Pontón, prefirió apostar por el seguro ganador, Correa, a quién al parecer apoyó desde la campaña de 2006 (la penúltima de su hermano), y manifiestamente en las subsiguientes de aquel. En la familia de Álvaro Noboa Pontón, esa experiencia era un anatema.
Renegar contra Correa, el cual, además –en uno de sus tres gobiernos–, les expropio una de las tantas haciendas de su propiedad –La Clementina–, para dársela a los agricultores y trabajadores sin tierras y del lugar, era una vieja consigna, convertida hoy en mandato de odio de Daniel Noboa contra el expresidente Correa Delgado, orquestada por las oligarquías regionales del país y sus inadvertidos seguidores. Perseguido Correa y traicionada la continuidad de su programa gubernamental por Lenin Moreno (su ex-vicepresidente y un presidente electo con el respaldo de Correa), se abrió una intensa persecución política contra dirigentes ligados al expresidente, y advino así en la política del país una concertación corporativa, con su dinámica conservadora del poder.
Convocadas las elecciones presidenciales para el año 2002, a las que se presentaron, entre los aspirantes, Álvaro Noboa y Lucio Gutiérrez. Este último había formado parte de la «Junta de Salvación Nacional» pero luego como candidato presidencial por el Partido Sociedad Patriótica 21 de enero, en alianza con el movimiento Pachakutik y con el apoyo del MPD, fue elegido Presidente en la segunda vuelta electoral, que se desarrolló el 24 de noviembre de 2002. Gutiérrez llegó al poder el 15 de enero de 2003 y duró hasta el 20 de abril de 2005, cuando huyó del Palacio presidencial en un helicóptero que lo llevó al aeropuerto y fue al Brasil. El Movimiento de acción electoral llamado Pachakutik se entroncó corporativamente con los gobiernos de Lenin Moreno, luego con el de Guillermo Lasso, apoyándoles en los respectivos balotajes, en búsqueda de espacios corporativos de poder en el Estado. Un sector de éste haría lo propio en la segunda vuelta de 2023, promoviendo el voto por Daniel Noboa, perfilándose, así como una fuerza política de centro-derecha. Recuérdese que una vez que fue proclamado Gutiérrez como presidente electo, el presidente Jorge Bush de EEUU lo llamó por teléfono a invitarlo a que lo visite en Washington. Al día siguiente, Gutiérrez viajó con su nombrada canciller, Nina Pacari –de Pachakutik– a Washington. Y allí, el 12 de febrero del 2003, saludó a su homólogo George W. Bush y declaró su deseo “de convertirse en el mejor amigo y aliado de Estados Unidos”, para recuerdo de todo el mundo.
Alcanzada al fin la Presidencia del Ecuador, por el Noboa hijo, en el 2024, éste se aprestaría a condecorar a su padre –Álvaro Noboa Pontón–, con la Orden Nacional al Mérito en el Grado de San Cruz, en una sesión organizada por los 204 años de la Independencia de Guayaquil por su gobierno, el 9 de octubre. La condecoración fue creada en 1929 por el Presidente Isidro Ayora y la categoría de “Grado de San Cruz” es la segunda más alta del galardón, dada a su padre, pues la primera solo se entrega a quienes han sido mandatarios de sus países, y solo se han entregado tres veces. Hay en ese acto de condecoración –entre hijo y padre–, la insinuación cómplice del derecho hereditario del poder, que aquel nunca alcanzó en las urnas.
- ¿Con quién anda?
Pero hay más. El abuelo del actual presidente del país y el padre de “Alvarito”, –como empezó el pueblo a llamar con cierta picardía y conmiseración burlesca, al tantas veces derrotado multimillonario–, fue Luis Noboa Naranjo, décadas atrás, el principal financista de, al menos varias, de las seis campañas del Dr. José María Velasco Ibarra, bien designado por el sociólogo Pablo Cuvi, como un fiel representante, y el principal “caudillo de la oligarquía” ecuatoriana, entre 1933-1972. Al haber la familia de Noboa Naranjo, financiado algunas de sus campañas, en consorcio con las oligarquías regionales, bien podríamos describirlos como financistas nada menos que de un cinco veces presidente y un político hábil e inteligente con apoyos de fuertes grupos económicos. Al parecer, a inicios del siglo XXI, en el país se creía, esa oligarquía conjeturó que podría mantener esa tradición, con un sucesor como Rafael Correa Delgado, a quién al menos un personaje de esa familia, Isabel Noboa Pontón, tía del actual presidente, apoyó resueltamente. ¿Esperaban “ganárselo”? Si lo pensaron, se equivocaron. ¡Más razones, entonces, para desatar una campaña de odio contra Rafael Correa, del lado más retrógrado de la familia de Daniel Noboa y sus congéneres de diversas veredas políticas, incluso del campo indígena y popular!
- Pero, ¿quién es en realidad, Daniel Noboa?
Un gobernante en el poder es, lo que realiza, y no lo que dice querer hacer, y menos aún es lo que una costosa campaña publicitaria proyecta acerca de sus acciones supuestas. Por lo tanto, para saber quién es, debe preguntarse ¿qué ha efectivamente realizado? Y, esto significa revelar su programa real, que no se corresponde con lo que él dice en campaña, o con el Programa de Gobierno que inscribió cuando se registró como candidato en el Consejo Nacional Electoral. Y peor aún, lo que la publicidad e imágenes de sus publicistas pagados, dicen que hace. Por ello, cuando se mira objetivamente, se descubre que el verdadero programa de gobierno de Daniel Noboa ha sido no el proclamado en campaña, sino el sacado del menú de las más retrógradas oligarquías del país. Vayamos por partes.
a) ¿Qué ha hecho Daniel Noboa para dañar el orden esencial en una democracia?
Contrario a lo requerido por el país, las acciones de Daniel Noboa han incluido la creciente destrucción del ordenamiento democrático del país; la implantación de un régimen reglamentado al arbitrio de una autoridad personal orientada a crear un ordenamiento político de terror, incluyendo la persecución a su propia Vicepresidenta electa, Verónica Abad, queriendo borrarla de la escena política nacional, enviándola como embajadora a un país distante, Israel y posteriormente, Turquía. Esto, sin duda, constituye un acto arbitrario y dictatorial, contrario a las leyes y un abuso del poder. No solo ello, la ha reemplazado de facto por Sariha Moya, para luego, renunciarla y reemplazarla, también de facto e ilegalmente, por una segunda: Cynthia Gellibert. Plena dictadura. El actual presidente –Daniel Noboa Azín–, cuando candidato, se mostró incapaz de escoger bien a su clientes y asociados más inmediatos de su potencial gobierno. No supo decir “No”, y aceptó como su binomio a una conflictiva y a la postre contendora Vicepresidenta. Por ello, ejerce, también una improvisada gestión, en conflicto con su binomio, sin planificar.
A toda esta realidad, se suma lo evidenciado en las decenas de asesinatos y desapariciones de ecuatorianos/as en manos de miembros de aparatos de Estado en este corto lapso de tiempo en el poder, habiendo convertido a esos aparatos del Estado ecuatoriano en aparatos de un régimen pretoriano. Este régimen se da cuando los aparatos militares de un Estado se convierten en una fuerza cuasi personal que responde directamente al gobernante, y actúa de forma abusiva, e incluso criminal contra poblaciones civiles, y de este modo, el poder militar así ejercido termina desdibujando el carácter nacional de las FF. AA de un país, y restándole, incluso a corto plazo, el apoyo civil y popular. Ello tiene efectos negativos en la soberanía nacional. Ejemplo de ello ha sido el involucramiento criminal en la desaparición forzada y asesinato de cuatro niños del barrio popular Las Malvinas en Guayaquil por parte de un grupo de militares de la Fuerza Aérea del Ecuador, y repudiado a nivel nacional, y en este marco, las denuncias por parte de 42 organizaciones del país el 22 de diciembre de 2024, de más personas desaparecidas en Guayas, Los Ríos y Esmeraldas durante el gobierno de Noboa Frente a estos sucesos ha habido la inacción de la mayoría de ellas. El precio a pagar, por ello, es simbólico y políticamente altísimo, pues podría significar hacer trizar la imagen de unas Fuerzas Armadas del Ecuador, que en el pasado se habían diferenciado de aquella imagen de ser una fuerza pretoriana del despotismo personal de gobernantes oligárquicos de otros países de nuestro continente, como los Somoza en Nicaragua.
En otro acto dictatorial y arbitrario, Daniel Noboa Azín ha hecho caso omiso de lo dispuesto en el Art.93 del vigente Código de la Democracia, que estipula taxativamente que los “dignatarios que opten por la relección inmediata al mismo cargo deberán hacer uso de licencia sin remuneración desde el inicio de la campaña electoral”. Nuevamente, ha violado descaradamente la ley autoproclamándose como Presidente-Candidato, ante el silencio de todas las autoridades del Estado -que están de hecho controladas por el Ejecutivo-, y el apabullante silencio de la mayoría de la academia y de las organizaciones políticas y sociales.
b) ¿Qué ha hecho Noboa en su gobierno en el orden de la política social?
En el año pasado –2024 –el país perdió más de 150 mil empleos adecuados”, y en los últimos años más de 400 mil ecuatorianos han tenido que emigrar pues los gobiernos neoliberales no ofrecieron oportunidades en el país. Es decir, en lo atinente a los fines de la acción social tales como la justicia y el bienestar de las poblaciones pobres (la vida en comunidad, protegiéndola y cuidándola), y dándole oportunidades reales de salir adelante, tener empleo, vivienda, salud, educación y oportunidades de emprendimientos. Ello implica y se concreta en la protección de los “derechos sociales», es decir, protección a la vida de la población, apoyo a la subsistencia y bienestar de todos/as; trato igualitario y con justicia, lo que implica ausencia de abusos, y un trato con legalidad para todos/as, dando la oportunidad política, la identidad cultural y los recursos económicos en un tiempo y un lugar concreto que dé sentido a los proyectos a sus creaciones. Alza del precio de los combustibles. Y, respecto a la arbitrariedad de sus acciones de gobierno, es notorio, que incluso Daniel Noboa ha llegado a “nombrar” –en un acto totalmente ilegal–, a una nueva Vicepresidenta, nunca electa como su binomio, pretendiendo suplantar a la Vicepresidenta electa, queriendo borrarla de la escena política nacional, enviándola como embajadora a un país distante, cercano con el Medio Oriente, y reemplazarla con una persona no electa.
Esto, sin duda, constituye un acto arbitrario y dictatorial, contrario a las leyes y un abuso del poder. Bien lo ha dicho el abogado constitucionalista Javier Garaycoa, respecto a que la “omisión de la Vicepresidenta de notificar sus vacaciones a la Asamblea, solo puede ser juzgada por ésta y no configura ausencia temporal que pueda suplir el Presidente Noboa”.
También causa un grave malestar en la población ecuatoriana, el hecho de querer ser candidato a su re-elección presidencial, sin pedir la debida licencia, cuando el Art.93 del vigente Código de la Democracia, estipula taxativamente que los “dignatarios que opten por la relección inmediata al mismo cargo deberán hacer uso de licencia sin remuneración desde el inicio de la campaña electoral”. Más de 40 organizaciones sociales, y otras educativas como la FLACSO de Quito, han denuncia la desapariciones de ecuatorianos/as. Además de los “Cuatro niños de Las Malvinas”, hay un listado de 15 personas, hecho por Karol Noroña, denunciando estas desapariciones. Ella añade, que los casos son más “que aún no pueden ser nombrados porque las familias temen ser asesinadas. “Un crimen de Lesa Humanidad, al más puro estilo de las más sanguinarias dictaduras” afirmó alguien las redes, sin mencionar el caso.
c). ¿Qué ha hecho en obras públicas, que beneficien a la población?
Obsesionado con el tema de la represión, Daniel Noboa ha planteado construir inmensas cárceles, por cierto, muy caras en su edificación, en diversas regiones del país, lo cual delata su visión punitiva ante la cuestión social. Ese proyecto ha recibido el rechazo de las poblaciones cercanas a los sitios de esas proyectadas cárceles, en la Amazonía, en la Península de Santa Elena, región Costa, y en la Sierra. Esto también dice relación a su política represiva llamada por el “de seguridad”. Y como no hay obras por parte del gobierno, y en medio de las ya nueve declaratorias de “Estados de Sitio”, por un inexistente “conflicto grave interno”, el país se ha vuelto nada atractivo al turismo internacional. ¿Qué grupo de turistas va a querer venir a un país cuyo gobierno dice estar en guerras internas y declara al país en estado de sitio? Por otra parte, Noboa ha dicho que repartirá “400 dólares a más de 80 mil jóvenes durante tres meses”. Pero quiere repartir ese dinero (del erario público), en los meses coincidentes con la precampaña electoral para su pretendida reelección. ¿Lo hace con plata suya, o, de su multimillonaria familia? No. Lo que planteó es regalar 128 millones de dólares, sacados de los fondos públicos. Esta propuesta ha causado mucho malestar en la población ecuatoriana, y muchos dice “¡Que lo haga de su plata!”
d) En política internacional, su gobierno ha desprestigiado al país a nivel mundial, con la invasión policial a la sede diplomática de Méjico y el secuestro de un asilado político que se encontraba en esa embajada, Jorge Glas, ex-vicepresidente del Ecuador.
Por otra parte, el pretender desnacionalizar un campo petrolero que rinde 80 mil barriles diarios, como el de Sacha, en el Parque Nacional Yasuní, para entregárselo a empresas internacionales solo puede caber en la mente de un gobernante que no se interesa en preservar los bienes y los patrimonios de la Nación. Esa política delata una postura contraria a los intereses del país. “Otra obra” de su gobierno, ha sido prestarse para promover el reclutamiento de agricultores ecuatorianos para que vayan a trabajar en territorios ilegalmente ocupados por el Estado de Israel y en lugares en los cuales los ciudadanos judíos de ese país no quieren ir a arriesgar sus vidas, pues se trata de i a trabajar en zonas de la Zona de Gaza en donde el Estado judío está desalojando violentamente, con bombardeos que causan ya miles de muertes entre los habitantes palestinos, lo cual ha sido caracterizado por organismos humanitarios del mundo como un genocidio contra el pueblo palestino.
Aun otra “obra”, por cierto, muy contraria a la soberanía nacional, es ofrecer a una potencia extranjera una base militar en el Archipiélago de Galápagos. En lugar de proyectar a nivel internacional la imagen de un país que protege a esta Área Protegida, Daniel Noboa, con su afán se servicio frente a un gobierno extranjero, como abyecto sirviente de esa potencia, expone a las Islas Galápagos –un Patrimonio de la Humanidad–, a su deterioro creciente en el trajinar de submarinos, buques de guerra, y tropas extranjeras, que siempre destruyen y nada conservan respecto al medio ambiente natural.
e) En el ámbito de político interno
El gobierno de Daniel Noboa, se ha dedicado a cooptar a su política de amedrentamiento de la sociedad civil ecuatoriana, es decir, la de sembrar miedo, como tantos dictadores del mundo del subdesarrollo, a los directivos de las otras funciones del Estado. Lo ha hecho con el Consejo Nacional Electoral, con la Contraloría General del Estado, la Procuraduría, e incluso con el Defensor del Pueblo. Los altos mandos militares, están desde muy temprano congeniados con la Presidencia, y ante un hecho tan grave como la desaparición forzada de 4 niños habla de un mero “incidente”, ¡y pide que este horrible hecho “no lesione la institucionalidad! En ese ámbito, la oligarquía sigue ganando y accediendo al poder en todas las funciones del Estado. Lo principal de este gobierno han sido los negociados y las privatizaciones, aprovechándose incluso de los a meses cuando hubo prolongados apagones, aprovechados para impulsar sus privatizaciones.
- Conclusión: con la modernización debe haber cambios estructurales
A pesar de lo que en realidad fue una década ganada la comprendida entre 2007-2017 durante los tres gobiernos de un presidente progresista como Rafael Correa Delgado, para no volver a ese oprobioso pasado de gobiernos oligárquicos, vemos que algo nos faltó hacer. Me parece que nos quedamos cortos con el modelo de cambios ejecutados, por insuficientes. Y lo fue porque a la par que se realizábamos obras de infraestructuras, de reformas políticas, así como de modernización de la base económica del país, con una nueva constitución y reformas políticas importantes, debieron éstas estar acompañadas de reformas socio-económicas estructurales de fondo, como la Reforma Agraria, la Reforma Urbana, la erradicación total del analfabetismo, entre otras. Estas reformas habrían incorporado nuevas bases sociales de apoyo al proyecto político reformador y modernizador. Una revolución que no incorpore a centenares de miles de nuevos actores sociales al proyecto, estará siempre arriesgando su estabilidad futura. Claro, se esperó que el sucesor al presidente Rafael Correa las haga: Lenin Moreno, del mismo partido y pensado de la misma linea. Pero éste, resultó un contrario, y abyecto servidor del gobierno de EEUU y de la oligarquía ecuatoriana. Y, luego vinieron otros obsecuentes servidores de las oligarquías –Guillermo Lasso, y Daniel Noboa, nacido en Miami, Florida, EEUU.