Por Roberto Marchán Brito

“El viejo mundo se muere. El nuevo tarda en aparecer.

En ese claroscuro surgen los monstruos”

Antonio Gramsci

Resumen:

El mundo se encuentra en una transición donde nuevamente se van reacomodando los poderes a nivel mundial, no sabemos aún si el mundo del futuro será bi-polar o multi-polar, lo cierto es que el mundo uni-polar, liderado por los Estados Unidos de Norte América está llegando a su fin. En este escenario es fundamental que los países con escaso poder relativo, analicen sus posibilidades y establezcan una estrategia geoestratégica consensuada a nivel político a fin de garantizar su supervivencia en el nuevo mundo que se está construyendo.

Abstract:

The world is undergoing a transition where global powers are once again being realigned. We still don’t know whether the world of the future will be bipolar or multipolar. What is certain is that the unipolar world, led by the United States of America, is coming to an end. In this scenario, it is essential that countries with little relative power analyze their possibilities and establish a geostrategic strategy agreed upon at the political level to ensure their survival in the new world being built.

INTRODUCCIÓN

El sábado 22 de junio del 2025, Estados Unidos realizó un ataque contra tres de las infraestructuras nucleares de Irán: la instalación de enriquecimiento de uranio de Fordow, la cual fue atacada con bombas anti bunker GBU-57 diseñadas para penetrar instalaciones fortificadas; la planta de centrifugadoras de Natanz y el centro de tecnología nuclear de Isfahán, las dos atacadas con misiles de cruceros Tomahawk. Estas acciones se enmarcan en el deterioro continuo de las relaciones internacionales entre Irán y un Israel siempre respaldado por Estados Unidos de Norte América (USA), situación que tiene consecuencias regionales y mundiales que pueden, en el peor de los casos, aproximar al mundo a una confrontación nuclear.

La posibilidad de una conflagración nuclear fue una amenaza que para muchos quedó ajena al horizonte de futuro cuando se derrumbó la Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas (URSS) en 1991, dando finalización a la llamada “Guerra Fría” en la que estuvo sumido el planeta desde el fin de la Segunda Guerra Mundial, donde se presentaron eventos de peligro de exterminio global, como aquel cuando la URSS pretendió instalar misiles de crucero con capacidad nuclear en la República de Cuba, en respuesta a la previa disposición de misiles de esas características en Turquía por parte de Estados Unidos en 1962[1].

La actual situación geopolítica mundial nos hace recordar la frase de Karl Marx en el 18 Brumario de Luis Bonaparte (1852) “La historia se repite, primero como tragedia, después como farsa”.

LA GEOPOLÍTICA COMO HERRAMIENTA PARA ENTENDER LA REALIDAD DE LA DINÁMICA DE PODER ENTRE LOS ESTADOS

Más allá de repasar en el nacimiento y los fundamentos principales de la geopolítica, su importancia radica en que nos sirve de herramienta para analizar los fenómenos de la dinámica del poder entre los estados.  La misma palabra “geopolítica” está integrada por vocablos griegos “geo” tierra, y “polis” política. En este caso, al referirnos a la política, nos adentramos en el análisis del poder, entendido como un fenómeno relacional que surge de las interacciones sociales. El poder no es una cosa en sí misma ni algo que exista de forma autónoma en la realidad; por lo tanto, no puede ser poseído o acumulado por alguien (Easton, 1968). En otras palabras, el poder solo existe en la medida en que existen relaciones sociales. El poder finalmente es la capacidad que un individuo o un estado tiene para determinar la conducta de otros individuos o estados (Aron, 1968). Logrando de esta manera, ajustar esas conductas a los intereses del poseedor del poder, para sacar partido que beneficia al que lo posee en un momento determinado[2].

Para Max Weber, la política es la lucha por el poder o por influir en la distribución del poder, ya sea entre las personas o entre los estados, argumentando que el ejercicio del poder debe tener legitimidad basada en el carisma, la costumbre o las leyes (Weber, 2010).  Es así que podríamos afirmar que la geopolítica busca entender la disputa del poder entre los estados teniendo en cuenta sus consideraciones geográficas: territorio, ubicación, extensión, accesos a los océanos, recursos naturales y, por otra parte, su etnografía y recursos sociales: población, economía, fuerzas militares, etc., que se convierten en los fundamentos del poder que pueden ejercer ante sus pares los otros estados.

Fue Frederik Ratzel (1844-1904), que empezó estudios relacionando el territorio con la distribución humana; quién dio inicio a una nueva disciplina de la cual se lo considera el precursor, la Geopolítica. Fue Ratzel quien sostuvo que los estados, al igual que los seres vivos, nacen, crecen llegan a su plenitud, decaen y finalmente desaparecen sosteniendo que el estado también pasa por estas etapas y, por lo tanto, una de las funciones principales del estado es la de garantizar su permanencia en el tiempo y para ello requiere de la acumulación de poder[3]

Después de la Segunda Guerra Mundial, la geopolítica cayó en un agujero negro puesto que se la culpabilizó de una parte de las ideas racistas y expansionistas del Estado Alemán y el gobierno nazi.  La que se conoce como la “geopolítica alemana” se basó en cierta continuidad de ideas en los planteamientos de Ratzel siguiendo por Kjellen y que terminan en Haushofer. Pregonaban que la grandeza de un estado estaba dada por la grandeza de su pueblo, de tal manera, había que mantener ese pueblo libre de contaminaciones externas con un “espacio vital” (lebensraun) para desarrollarse y consolidarse. Haushofer fue presentado a Adolf Hitler por medio de Rudolph Hess y sus ideas calaron fuertemente en el pensamiento de Hitler y del partido nazi alemán y, en gran medida, sirvieron de justificación para sus ideas de pureza racial y la necesidad de Alemania de expandir sus fronteras en busca de ese “espacio vital” donde desarrollar sus capacidades (Argoti, 2024)[4].

A pesar de que Haushofer intentó desligarse de esa conexión con el nacismo hasta su suicidio en 1946, su legado y la misma geopolítica cayeron en un desprestigio tal, que prácticamente abandonaron los claustros universitarios y solo siguieron existiendo en las academias militares como una herramienta para entender la dinámica del poder entre los estados. Aunque en cierto momento la geopolítica pareció relegarse en los ámbitos académicos en favor del enfoque de las relaciones internacionales, lo cierto es que nunca dejó de estar presente en el análisis de las dinámicas entre estados y su competencia por el poder y la hegemonía.

Lo que ocurrió con el tiempo es que la geopolítica clásica, caracterizada por una visión relativamente lineal de las relaciones de poder entre los estados, basada principalmente en su proyección en el espacio geográfico, fue gradualmente dando paso a una comprensión más compleja de la geopolítica. En esta nueva perspectiva, las posibilidades y estrategias de los estados ya no se explican únicamente por factores territoriales, sino que se construyen también a partir de elementos como: las identidades, la cultura, la economía e incluso el temperamento y las formas de razonamiento de quienes toman decisiones en los gobiernos y las élites. Este enfoque es lo que hoy se conoce como Geopolítica Crítica, que busca analizar de manera más amplia y contextual todos estos factores. A diferencia de la geopolítica tradicional que aspiraba a formular leyes permanentes para explicar el comportamiento de los estados, la Geopolítica Crítica reconoce que, al igual que el poder como fenómeno social, la competencia entre estados requiere análisis específicos, complejos y profundos para comprender cada situación particular.

PASO DE UN MUNDO UNIPOLAR A UN MUNDO MULTIPOLAR

Al final de la Segunda Guerra Mundial, la presencia de dos grandes poderes emergentes y distanciados en lo político, económico y militar, establecieron un mundo bipolar y dieron inicio a lo que se conoció como la “Guerra Fría”, donde; por una parte, los Estados Unidos de Norteamérica (USA), y la Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas (URSS), por la otra; lograron mantener una cierta estabilidad sobre la base de la idea de la “destrucción mutua asegurada” que les proporcionaba la posesión de grandes arsenales de armas nucleares[5].

Finalmente, en 1991 se produjo la implosión de la Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas (URSS) y el colapso del socialismo real como modelo político, momento histórico que trajo consigo una nueva distribución del poder entre los estados y que también atrajo diversas teorías que hablaban del final de las luchas ideológicas, puesto que había triunfado la “democracia liberal” como sistema político y, el “capitalismo” en su versión neoliberal como sistema económico, por lo que ya no habría una alternativa a estos sistemas políticos y económicos. También emergió un mundo unipolar con un solo poder de carácter mundial en la figura de los Estados Unidos de Norte América.

Esta realidad empírica que se produjo a partir del colapso de la URSS que dio pie para que en el ámbito académico y en imaginario popular se presentarán posturas como las de Francis Fukuyama cuyos argumentos fundamentales se situaba en que con el triunfo del capitalismo se había producido el fin de las grandes luchas ideológicas que caracterizaron, sobre todo, el periodo de la Guerra Fría, y que el orden internacional se basaría finalmente en las instituciones liberales, el libre mercado y la democracia liberal (Fukuyama, 1992).

Un poco más tarde, Samuel Huntington (1997) argumentó que con el final de la Guerra Fría, al contrario de Fukuyama, el mundo no avanzaba a una unidad neoliberal; los conflictos no serían motivados por disputas ideológicas ni por desequilibrios económicos, sino basados en diferencias de carácter cultural y de civilizaciones entendidas como grandes bloques de pensamiento, costumbres y comprensión de la realidad mundial que serían: la Occidental, Islámica, Sínica (China), Ortodoxa (Rusia), Hinduista, Latinoamericana y Africana. Estas nuevas disputas estarían motivadas por identidades culturales como la religión, lengua y los valores que significarían diferencias irreconciliables (Huntington, 1997).

Por otra parte, el final de la Guerra Fría, dio impulso a un acelerado proceso de globalización basado en un mundo unipolar como perspectiva geopolítica, en el neoliberalismo y el libre mercado como premisas económicas fundamentales. Esto trajo consigo cambios sustanciales, tanto en la esfera política con una potencia todopoderosa que empezó a actuar como policía mundial, tratando de imponer su visión de la democracia liberal y su particular sistema de valores éticos, construidos sobre una base judeo-cristiana con sus peculiaridades[6]. Sumando cambios en el ámbito económico como la relocalización de los procesos productivos, desde los países desarrollados hacia los países emergentes motivados por la mano de obra barata, y la financiarización de la economía como proceso de desarrollo del capitalismo en su versión neoliberal[7].

Estas posturas, entre otras, junto al acelerado proceso de globalización del mundo llevó a pensar que incluso viejos paradigmas de los estados, como la soberanía y las fronteras, debían ser reevaluados y modificados. Incluso se sostuvo que la existencia misma de los estados, tal como los conocemos, desde la Paz de Westfalia de 1648, debían desaparecer siendo reemplazados por nuevos paradigmas donde la humanidad entera constituía una sola entidad basada en el modelo de democracia liberal y el neoliberalismo.

Pero a partir de la segunda década del siglo XXI, estamos viendo el surgimiento de nuevos actores en el entramado de poder geopolítico mundial; en primer lugar, con la emergencia de China como potencia económica y manufacturera, como potencia política en el plano mundial y como potencia militar.  El nuevo impulso que ha tenido Rusia, la que ha empezado a salir de la decadencia económica y política que se produjo tras el fin de la URSS y su posterior fragmentación. También la emergencia de otras potencias de carácter mundial como India, y regional como Paquistán, Irán, etc. Todos estos elementos están ejerciendo presión sobre el mundo unipolar que se construyó durante los últimos treinta años y que ha tenido en su centro en USA y sus satélites del llamado “Mundo Occidental”.

Desde esta perspectiva, puede afirmarse que la tesis de Francis Fukuyama ha sido totalmente superada por la realidad. En cambio, la propuesta de Samuel Huntington aún se encuentra en proceso de ser confirmada o refutada. Si bien es cierto que existe una fragmentación, e incluso enfrentamientos entre distintas construcciones culturales predominantes en el mundo, muchas de ellas vinculadas a las principales religiones monoteístas, también se observa una variedad de motivaciones culturales, económicas, políticas e ideológicas que influyen en el escenario global.

Este complejo panorama dificulta establecer con claridad el rumbo que está tomando el nuevo multilateralismo, y plantea el desafío de dotar de un significado más preciso a las transformaciones actuales en el orden mundial. En otras palabras, el mundo que se está construyendo tiene diversas posiciones que se mezclan en cuanto a fundamentos ideológicos dispares, entiéndase izquierda y derecha, neocomunistas, neoconservadores, y una gama de posiciones extremistas que parecen revivir recuerdos del pasado como el neofascismo y los extremismos de motivaciones ideológicas y religiosas. También hay consideraciones religiosas que, a su vez, se mesclan con elementos culturales y étnicos, por lo cual, es muy difícil establecer una clara distinción de bloques o actores como la que había en la Guerra Fría cuando el mundo estaba claramente dividido entre un mundo liberal capitalista y un mundo socialista-comunista.

Otro tema que se está desarrollando en la actualidad es la reacción que se ha producido en el mundo cuando a la ilusión de un proceso de globalización, que en principio fue motivada por la tecnología de la información y las comunicaciones que prometía un mundo mejor y más justo, dando mayores oportunidades donde todos los seres humanos saldrían beneficiados, ha dado paso a la decepción al constatar que el proceso de globalismo, tiene grandes ganadores y muchos perdedores, siendo la gran mayoría de la población del planeta[8].

El globalismo actual, se va percibiendo como la apropiación que han hecho unos pocos para sacar partido de un proceso de globalización que se generó por la aproximación material de las personas, lo que facilitó la oportunidad de conocer y acercarse a todos los otros seres humanos, generando incluso cierto nivel de homogenización cultural que era imposible de distinguir en el pasado. Sin embargo, este proceso que en principio generó gran expectativa, que se suponía sería en beneficio de toda la humanidad, ha dado paso a la decepción producto de la constatación de que ha generado muy pocos ganadores que se han apropiado de sus beneficios, en especial el capital financiero, a costa de los intereses de la gran mayoría.

En un primer momento de la globalización, se llegó a sostener que este proceso volvía obsoletos a los Estados-nación y hacía contraproducente la existencia de fronteras, bajo la premisa de que todos los seres humanos deberíamos tener la libertad de desplazarnos hacia donde nos resultara más conveniente en la búsqueda de desarrollo y bienestar. Sin embargo, la realidad ha demostrado lo contrario: lo único que realmente goza de libre movilidad a escala global es el capital, junto con una parte de los bienes y servicios, muchas veces a costa de la movilidad y los derechos de las personas.

El mundo ideal que se pensó que se construiría a partir de la caída de la URSS ha dado paso a la emergencia de nuevos actores y nuevos movimientos mundiales que con la llegada de Donald Trump como presidente de USA, ha dado impulso a un nuevo nivel de protexionismo comercial, que ha generado una de las grandes paradojas del globalismo actual, donde el país supuestamente defensor a ultranza del libre comercio, hoy en el gobierno de Donald Trump, es aquel que impone aranceles y salvaguardias a casi la totalidad del mundo, mientras que el país que mantiene un régimen socialista y de capitalismo controlado por el estado es el que defiende la posibilidad de comerciar con todo el mundo libremente, la República Popular China; lo que no necesariamente debe sorprender puesto que es altamente conocido que aquellos que más se benefician del comercio de bienes y servicios siempre serán los que presionan por el libre mercado, mientras que aquellos que van perdiendo serán los que ponen salvaguardas. Ya pasó en el proceso de asenso imperial de Gran Bretaña, en el de Estados Unidos y es posible que ocurra ahora en el de China.

Pero lo importante en este momento de incertidumbre mundial, más para países de escaso poder relativo como el de Ecuador, es encontrar la manera de que nos podamos proteger de los conflictos que inevitablemente se presentan y continuarán durante esta transición a un mundo multipolar, teniendo presente que el principal objetivo estratégico de un estado es el de preservar su supervivencia.

UN POCO DE PROSPECTIVA

En las actuales circunstancias mundiales, es complejo intentar hacer un análisis que nos permita avizorar y plantear alternativas de futuro, puesto que los elementos de incertidumbre son altos y el manejo de la política mundial parece ser errático, por lo que es difícil avizorar la configuración del poder global en un futuro mediano en las dos próximas décadas un horizonte al año 2040. Sin embargo, si tomamos como objeto de estudio a los actores clave de la geopolítica mundial como USA, China, Rusia, la UE, India y otros países emergentes y actores no estatales. De ellos se puede identificar las tendencias que están ocurriendo en la actualidad:

  • Debilitamiento del orden unipolar liderado por USA y avances en una nueva multipolaridad.
  • Competencia tecnológica y un creciente rearme.
  • Ascenso de China, Rusia e India como potencias mundiales.
  • Debilitamiento del orden liberal internacional basado en la idea de las relaciones internacionales basados en reglas.
  • Migraciones crecientes del sur global al norte global generados por consideraciones económicas y ambientales.
  • Conflictos híbridos, guerra de información, uso de inteligencia artificial.
  • Desestabilización de regiones clave (Asia Occidental, Sahel, Mar del Sur de China)
  • Ascenso de redes criminales transnacionales.

Si como siguiente paso identificamos los factores que podrían cambiar la realidad dependiendo del camino que tomen, podemos identificar las incertidumbres que se convierten en críticas, puesto que dependiendo de su evolución enfrentaremos escenarios diferentes.

Incertidumbre                                              Posibles direcciones

Relación China-EE.UU.                                Colaboración / Guerra fría 2.0

Papel de la IA                                                Dominio civil / militarizado

Sostenibilidad energética                               Transición verde / Conflictos por recursos

Fragmentación de bloques                             Cooperación global / regreso de los nacionalismos

Papel de Rusia                                                           Aislamiento / Nueva alianza euroasiática

ONU y gobernanza global                             Reforma efectiva / Irrelevancia

¿HACIA DONDE CAMINA EL PLANETA?

Si interrelacionamos las tendencias actuales y las analizamos en cuanto a las incertidumbres críticas que hemos identificado, estamos en capacidad de establecer algunos escenarios posibles que nos pueden ayudar a identificar el futuro de la nueva distribución del poder mundial.

Escenario Nro. 1

Un nuevo orden mundial estable: La emergencia de China, Rusia e India es imparable y el poder hegemónico cede poder en aras a mantener una situación internacional estable. Se modifican los organismos de control mundiales como las Naciones Unidas y, en especial el Consejo de Seguridad para dar respuesta a estos nuevos poderes emergentes que buscan su lugar en el entramado político mundial. Las potencias buscan la cooperación y mantener relaciones económicas estables buscando un desarrollo estable mundial.

Se lo podría llamar como una nueva multipolaridad cooperativa donde las potencias comparten poder, liderazgo y responsabilidad global. Para alcanzar estos objetivos sería necesario:

  • Competencia estratégica entre las potencias restringida y contenida
  • Renovación de las instituciones internacionales con mayores equilibrios regionales y mundiales.
  • Coordinación ante los desafíos globales como el cambio climático, la IA, el crimen transnacional
  • Mayor despliegue de la diplomacia para prevenir y evitar los conflictos violentos.
  • Cooperación económica que genere oportunidades de desarrollo
  • Reconocimiento de actores regionales como América Latina, Asia y África dejando de lado la visión de que son solo zonas de influencia.

Esta visión de futuro traería como consecuencias, equilibrios de poder sin hegemonía de ningún actor estatal o regional. Disminución de guerras directas entre potencias con la disminución del riesgo del uso de armas nucleares. Aumento de la interdependencia económica, cultural y política que facilitaría los flujos migratorios. Más cooperación e influencia en la llamada sociedad civil y otros actores no estatales en la toma de decisiones con implicaciones globales.  

Escenario Nro. 2

Guerra Fría 2.0:  El mundo se divide en dos o tres bloques enfrentados liderados por USA y China, posiblemente Rusia, tras los cuales se alinean otros estados o asociaciones supranacionales como la OTAN y el “occidente global” detrás de USA; por otra parte, China y Rusia, juntos o separados, en conjunto con países de lo que se conoce como el Sur Global. Se establece una competencia en los planos económicos, culturales y militares entre los bloques que tratan de prevalecer por sobre los otros, sin que se desaten conflictos militares abiertos entre las grandes potencias. Esto conduce a conflictos regionales sobre todo en las zonas de alta complejidad como Taiwán, el Cáucaso, El Báltico, Mar del sur de China. Hay incremento del control y la censura al interno de cada bloque, la economía se fragmenta y surgen economías diferenciadas.

En este sentido, tanto el comercio como la tecnología, redes y alianzas se reconfiguran en función de estos alineamientos geopolíticos, dando lugar a la creación de sistemas paralelos con tecnologías incompatibles, redes financieras separadas y organismos multilaterales paralelos que abrigan a los miembros de cada bloque.

Este escenario estaría caracterizado por disputas tecnológicas, ciber espionaje, espionaje industrial y los consecuentes bloqueos mutuos. También una fragmentación de la economía mundial, bloqueos y restricciones en campos como la ciencia y la tecnología, la educación y los intercambios culturales puesto que se incrementarían las tensiones ideológicas y la necesidad de demostrar el valor de cada bloque por sobre el otro. Por otra parte, las disputas se desatarían de manera violenta mediante conflictos indirectos en las zonas de confluencia de los grandes poderes y donde existen tensiones no resueltas, incentivará la carrera armamentística y, por lo tanto, incrementa el riesgo de una conflagración de carácter nuclear o con nuevas tecnologías de armamentos.

Escenarios Nro. 3

Colapso del orden global: No se crean grandes bloques, sino que cada potencia establece su zona de influencia, depredando los recursos de sus “estados vasallos”, sin establecer estrategias de cooperación ante amenazas comunes. El actual sistema internacional a la cabeza de las Naciones Unidas pierde poder e importancia, los tratados internacionales son ignorados o abandonados, dando lugar al auge del unilateralismo, donde cada estado, en especial las potencias, actúan sin consultar o cooperar, solo en cuestión de sus propios intereses. Esto conduce a la proliferación de conflictos regionales, guerras híbridas y desarrollo sin control del crimen internacional. Aumentan los países con conflictos internos y luchas civiles, también se incrementan los flujos migratorios y el consecuente tráfico de personas, la criminalización de la migración, el mundo se fragmenta y se aísla entre países. Se incrementa el crimen transnacional que pone en peligro la estabilidad de estados y regiones enteras.

Se produciría una nueva reconfiguración de alianzas, las que aparezcan serán inestables puesto que cada estado buscará maximizar sus intereses. Lo más probable es que estas se desarrollen solo con objetivos específicos y temporales. Implica el aumento descontrolado del gasto militar a costa del gasto social de cada país. Aparecerán estados que serán potencias mundiales y regionales con un grupo de estados vasallos que recuerdan la dinámica de los imperios del siglo XIX, donde los estados vasallos son utilizados para proveer de recursos de diverso tipo sin recibir compensaciones justas en contrapartida. En general, se tratará de un entorno dominado por la ley del más fuerte, en el que adquirirán mayor protagonismo las mafias y los ejércitos privados, dando lugar a una creciente privatización de la guerra.

Escenario Nro. 4

Neoimperialismo ecológico: Las crisis climáticas y la incapacidad de los estados para colaborar contra factores y amenazas comunes, genera que las potencias se apropien de los recursos escasos como el agua, la tierra fértil, los minerales raros indispensables para las nuevas tecnologías; en estas circunstancias, varias regiones se convierten en escenarios de disputas geoeconómicas, en especial en zonas de grandes recursos naturales como América del Sur, África, el Ártico y la Antártica, que implica nuevamente un contexto similar al colonialismo del siglo XIX.

La necesidad de recursos naturales implicará que las zonas ricas en ellos, pero de escaso poder geopolítico global, sean blanco de intervenciones directas o encubiertas, presiones diplomáticas y militares. Las empresas de los países poderosos controlarán megaproyectos de energía, agricultura en los países con poca soberanía efectiva, para sostener esa realidad se usarán las nuevas tecnologías de armamento para espiar y proteger las zonas de influencia, esto desatará conflictos armados en diversas regiones, el aparecimiento de milicias y grupos armados que buscarán el control de esos recursos a costa de la población local. El mundo en general, estará en una situación de conflicto, de polarización y de migraciones descontroladas motivadas por la carencia de recursos y por la violencia.

Estos representan cuatro de los principales escenarios prospectivos que pueden identificarse a partir de la realidad que atravesamos en este tiempo de cambios y convulsiones. Conocer hacia dónde efectivamente va el mundo es imposible con las herramientas disponibles y con lo confusa que es la situación actual, solo la realidad nos dará nuevos elementos para confirmar los escenarios o para rectificarlos.

Este ambiente de incertidumbre torna indispensable que los estados definan y establezcan estrategias nacionales para enfrentar estos escenarios. Esto es más importante para los estados con escaso poder relativo como el Ecuador que corre el riesgo de ser arrastrado por poderes superiores y perder lo que le queda de soberanía, poniendo en riesgo su misma existencia.

En este sentido, se presenta una serie de estrategias imprescindibles para enfrentar estos cuatro escenarios descritos:

  1. Orden multipolar estable: El escenario más favorable pero que a su vez requiere de saber aprovechar las oportunidades que se pueden presentar.
  2. Diplomacia activa y multilateralismo inteligente: Reforzar el protagonismo regional en los diversos foros internacionales y los nuevos organismos, establecer alianzas estratégicas múltiples a fin de no tener dependencias exclusivas y aprovechar las ventajas del sistema. 
  3. Integración regional: Relanzar la UNASUR como foro económico, pero sobre todo político a fin de maximizar la capacidad de la región para tener peso específico en el nuevo orden. Desarrollar corredores logísticos nacionales que unan las regiones del país, enlazados con corredores que acoplen a todos los países de la región para mejorar el comercio y la integración.
  4. Educación e innovación: Buscar acuerdos con todos los estados que puedan aportar en ciencia, tecnología y educación para crear una masa crítica que permita continuar los avances de manera autónoma. Crear y mantener centros de investigación avanzadas en diversos ámbitos donde se tiene ventajas comparativas como las energías limpias, farmacología, agricultura, biotecnología. 
  5. Transición energética:  Atraer inversión a proyectos de cambio de matriz energética para disminuir la dependencia del extractivismo y ser más sustentable con nuevas tecnologías en energías limpias.
  6. Diversificar la economía: Buscar nuevos sectores donde es factible desarrollar la economía con alto valor agregado, economía digital, biodiversidad, etc.
  7. Guerra Fría 2.0
  8. Neutralidad Estratégica: Se debe mantener la independencia política sin buscar antagonizar con ninguno de los bloques de poder. Reforzar las relaciones con actores regionales o intermedios, buscando mantener una posición de no alineamiento específico.
  9. Seguridad y defensa flexible: Institucionalizar y profesionalizar a las fuerzas armadas en escenarios de guerras hibridas e irrestrictas. Fortalecer los vínculos de confianza y acuerdos militares con los países vecinos, prepararse para gestionar conflictos regionales que puedan aparecer por delegación (tensiones mundiales).
  10. Seguridad alimentaria y energética: Invertir para obtener soberanía energética buscando su diversificación, dando prioridad a las energías renovables, Fortalecer la producción alimentaria nacional y su resiliencia ante los embates externos, para ello se requiere desarrollar tecnologías propias. Diversificar los socios comerciales a fin de evitar bloqueos.
  11. Blindaje tecnológico y digital: Desarrollar tecnología propia, en especial en lo digital, para protegerse de la desinformación y los ciberataques.
  12. Gestión diplomática: Mostrar de manera permanente al Ecuador como país neutral, pacífico, dispuesto a colaborar con todo el planeta. Fortalecer los lasos culturales con el mundo en base a principios de paz y de derechos humanos.
  13. Colapso del Orden global
  14. Diplomacia pragmática y flexible: Evitar alineamientos y construir relaciones bilaterales fuertes con actores diversos donde los intereses sean convergentes en especial en el ámbito regional a fin de tratar de mantener la mayor estabilidad posible. Sostener el principio de neutralidad y de mediación.
  15. Establecer una red de alianzas regionales: Impulsar los mecanismos de integración como CELAC, CAN, MERCOSUR y UNASUR, buscar proyectos compartidos de defensa, energía, logística, salud, educación y producción de alimentos.
  16. Fortalecer la seguridad nacional y la inteligencia: En un mundo caótico es fundamental desarrollar las capacidades de inteligencia estratégica que permitan enfrentar los escenarios de alta incertidumbre. Se debe fortalecer una doctrina de defensa que tome en cuenta los conflictos híbridos y asimétricos. Buscar cooperación militar regional tomando en cuenta los intereses diversos.
  17. Resiliencia económica interna: Diversificar la economía, apoyar y desarrollar las capacidades industriales internas. Buscar la soberanía alimentaria. Desarrollar un sistema de pagos (moneda) propios fortalecido con monedas complementarias y mecanismos digitales.
  18. Neoimperialismo ecológico:
  19. Soberanía ecológica: Sostener las zonas ecológicas fundamentales y protegerlas como las fuentes de agua, parques nacionales, reservas de biodiversidad. Regular y controlar la explotación minera. Definir dentro de la doctrina de seguridad nacional una doctrina de defensa ambiental en la que participen de manera efectiva las fuerzas armadas.
  20. Fortalecer la ciencia y tecnología: En especial en lo ambiental y su defensa, crear un sistema de vigilancia con uso de sensores remotos y satélites. Buscar y fomentar los institutos de biotecnología y la colaboración científica internacional.
  21. Diversificación energética: Desarrollar las energías renovables controladas por el estado, evitar que estas nuevas energías sean controladas por corporaciones extranjeras.
  22. Trabajar con las comunidades locales: Buscar que la población se convierta en guardián del territorio con reconocimiento legal y entrega de recursos, para ello se requiere fomentar el desarrollo local en base a biotecnología, ecoturismo y agricultura regenerativa.
  23. Diplomacia activa: Establecer alianzas con países con recursos y con problemas similares, como aquellos de la cuenca del Amazonas. Exigir compensaciones internacionales por la conservación. Promover posiciones de liderazgo en foros internacionales dando realce a la biodiversidad del país.

Estas son aproximaciones a estrategias que se debe plantear el país a fin de superar los cuatro escenarios propuestos; sin embargo, podemos ver que algunas de ellas son repetitivas por lo que podríamos decir que independientemente de los resultados de esta nueva reconfiguración geopolítica mundial, el Ecuador como entidad política debería plantearse como parte de su geoestrategia[9]. En ese sentido vamos a establecer algunas de estas estrategias que son urgentes de implementar.

  1. Autonomía estratégica:

Implica evitar de manera permanente la excesiva dependencia de una potencia o de un bloque de poder, para lo cual se requiere construir relaciones bilaterales diversas y dinámicas, sobre la base de una política exterior pragmática, evitando los alineamientos rígidos. Se requiere fortalecer los vínculos con las potencias tradicionales y también con las potencias emergentes, buscar una integración regional, pero sin perder la autonomía nacional, buscando tener una voz en los foros regionales y mundiales.

  1. Fortalecimiento de la defensa y seguridad nacional:

Implica prepararse para enfrentar las amenazas que van apareciendo, de carácter militar, cibernéticas, climáticas y transnacionales como el crimen organizado.  Para ello es necesario modernizar y profesionalizar a las fuerzas armadas y las instituciones de seguridad internas, estableciendo con claridad los límites de acción de cada una de ellas para enfrentar las amenazas de carácter hibrido que van apareciendo. Se debe invertir en ciberseguridad y la protección de infraestructuras críticas, para lo cual es fundamental desarrollar las capacidades de inteligencia estratégica nacional y regional.

  1. Educación y formación de la población:

Implica crear capacidades técnicas y tecnológicas propias y una clase política con visión de largo plazo, capaces de adaptarse y actuar en escenarios cambiantes y un alto grado de incertidumbre. Para ello se requiere una formación en geopolítica, seguridad, ciencia y tecnología, crear centros de pensamiento nacionales y establecer redes con asesoría estratégica, vinculando a las universidades en estos ámbitos y en la geopolítica, seguridad e inteligencia.

  1. Protección y soberanía de los recursos naturales:

Defender los recursos naturales escasos como el agua, minerales críticos y otros activos como la biodiversidad. Para ello se requiere contar con leyes que permitan monitorear y blindar los recursos valiosos. Promover la industrialización local con valor agregado e impedir la captura de los recursos por parte de poderes extranjeros, o por el crimen organizado.

  1. Diversificación productiva y reducción del extractivismo:

Buscar la disminución de la dependencia del petróleo, la minería y las remesas de la migración, para ello es fundamental desarrollar otros sectores estratégicos como la biotecnología, la economía del conocimiento, el turismo ecológico y las industrias culturales.

  1. Reforzar las alianzas estratégicas regionales:

La región sudamericana tiene el potencial de mantener una voz colectiva fuerte en un mundo fragmentado, para ello requiere dar un nuevo impulso a bloques flexibles como CELAC, UNASUR, CAN, MERCOSUR, pero superando la integración exclusivamente económica para llevarla a otro nivel que tome en cuenta: la Seguridad Regional; la Defensa Integrada; la Protección Ambiental; la Ciberdefensa. También impulsar proyectos tecnológicos y de integración regional e infraestructura comunes como: satélites, puertos, líneas ferroviarias, energía y ciencia.

  1. Seguridad Alimentaria y autosuficiencia estratégica:

Implica la capacidad de poder alimentar a la población en condiciones autónomas sin depender de las complejidades mundiales, para ello se requiere apoyar a la agricultura familiar y sostenible, crear reservas estratégicas de alimentos y agua, y desarrollar sistemas logísticos autónomos y eficientes.

  1. Sistema de vigilancia y prospectiva estratégica.

Significa, en un mundo de rápidas transformaciones, desarrollar la capacidad de detectar los cambios globales a fin de estar en condiciones de anticiparse y prepararse para ellos.  Para alcanzar este objetivo se requiere desarrollar un centro nacional de prospectiva y alerta estratégica nacional como lo tienen Chile y Finlandia, que permita analizar los escenarios y asesorar al gobierno en la toma de decisiones. Para ello es necesario vincular los esfuerzos de la inteligencia militar, civil, policial, e involucrar a la academia con un amplio uso de tecnología.  De esta manera se podría estar en condiciones de detectar las señales y planificar respuestas que permitan mitigar los impactos de la realidad geopolítica regional y mundial.

CONCLUSIONES

El mundo que se construyó a partir de la década de los noventa del siglo pasado y que fue fruto de la transición de un mundo bi-polar a uno uni-polar, motivado por el colapso de la URSS en 1991, se encuentra nuevamente en transición, ahora el mundo uni-polar liderado por un solo hegemón USA, está dando paso a una nueva estructura de poderes mundiales y regionales cuyo resultado final aún es difícil de predecir. Puede que el futuro sea nuevamente bi-polar con dos grandes bloques, o multipolar con varios poderes y sus respectivas áreas de influencia, no lo sabemos. Lo seguro es que esta transición no será del todo pacífica como lo debela la realidad mundial, donde se van multiplicando los enfrentamientos y conflictos de diversa naturaleza con el riesgo cierto de una conflagración mundial y de carácter nuclear.

Por otra parte, aún no está claro si en el futuro seguirán siendo útiles los elementos de análisis y las categorías que durante mucho tiempo empleamos para describir un mundo dividido por marcos ideológicos tradicionales, como la dicotomía izquierda-derecha. Hoy en día, estas distinciones parecen cada vez más difusas, mientras emergen nuevos enfoques metodológicos que proponen categorías distintas, como globalistas y nacionalistas. Esta transformación sugiere una reconfiguración del escenario geopolítico, en la que el estado reaparece como un actor central, con la soberanía como su principal atributo para comprender la dinámica actual del poder mundial.

En este marco, es crucial que los países como el nuestro, siempre en riesgo de desparecer, hagan un mayor esfuerzo para enfrentar este nuevo mundo, para lo cual requiere de un análisis integral y de alcanzar un nivel de concesos políticos que permitan enfrentar el mundo que se está desarrollando ante nuestros ojos, y del cual, lastimosamente solo somos espectadores.

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[1] En octubre de 1962 le mundo estuvo al borde de un conflicto nuclear. El conflicto surgió cuando USA descubrió que la URSS había instalado misiles con capacidad nuclear en territorio cubano, en respuesta el presidente Jonh F. Kennedy ordenó el bloque naval de la isla y exigió el desmantelamiento de los misiles. Luego de trece días de tensión extrema se saldó con negociaciones secretas donde la URSS acepto desmantelar los misiles a cambio de que USA no invada Cuba y retire los misiles nucleares de Turquía. Este no fue el único evento de riesgo durante la guerra fría, pero si el más peligroso (otros: Crisis de Berlín de 1961; Guerra del Yon Kipur 1973; Ejercicio Militar OTAN “Able Archer 83” 1983; Programa soviético “Dead Hand” 1990), para más información sobre la crisis de misiles de 1962, Hastings, M. (2023). La crisis de los misiles de Cuba 1962 (L. Noriega, Trad.). Editorial Crítica.

[2] La palabra “política” viene del griego POLITIKE, lo que se traduce como el arte o actividad de los asuntos públicos, sobre esta base, la política es el conjunto de actividades que se asocian a la toma de decisiones colectivas, en una sociedad, una comunidad o un estado. Por lo tanto, implica el ejercicio del poder en los estados.

[3] Además de verlo como ser vivo, Ratzel sostiene que el estado requiere de un espacio vital para crecer y sostenerse ya que su poder está ligado a la expansión territorial, económica y demográfica. Por tanto, su geografía, el espacio que ocupa, también determina su destino político.  Ratzel, F. (1897). Geografía política (trad. y ed. según edición original de 1897). México: Fondo de Cultura Económica.  o la geografía de los estados, del transporte y de la guerra]. München: R. Oldenbourg.

[4] Karl Haushofer fue acusado de haber influido en Adofl Hitler principalmente por dos razones:

  1. La relación académica con Rudolf Hess quién fue alumno de Haushofer en la Universidad de Münich; además por las visitas de este último a Hitler y Hess cuando estos fueron encarcelados donde se asegura que les impartió clases de Geopolítica.
  2. Por la incorporación de concepto de Lebesraum (espacio vital) tomado de Ratzel, del cual Haunshofer fue uno de los principales promotores, incluso desarrollando mapas que mostraban cómo Alemania debía expandirse para asegurar su supervivencia.

En la publicación de “Mein Kampf” (Mi Lucha) de Hitler, obra escrita en su permanencia en cárcel, se incorporan argumentos sobre fronteras naturales, profundidad estratégica lo que refleja las ideas de Haushofer. Herwig, H. H. (2016). The demon of geopolitics: How Karl Haushofer “educated” Hitler and Hess. Rowman & Littlefield Publishers.

[5] La Destrucción Mutua Asegurada (MAD) por sus siglas en inglés (Mutual Assured Dstruction), fue una doctrina que sostiene que como las dos potencias nucleares mayores (USA y URSS), tenían la capacidad de destruirse completamente la una a la otra, por lo tanto, ninguna de los dos se atrevería a iniciar un conflicto nuclear puesto que esto garantizaría su propia destrucción y la del planeta en su totalidad, por la cantidad y capacidad de destrucción de las armas en posesión de cada potencia.  Freedman, L. (2003). The evolution of nuclear strategy (3rd ed.). Palgrave Macmillan

[6] Los valores éticos de Estados Unidos se basan en su doctrina del “destino manifiesto”, doctrina ideológica y política expansionista acuñada por John L. O´sullivan en 1845 que sostenía que USA estaba destinado a expandirse “por el continente que le ha sido asignado por la Providencia”. Se caracteriza por justificar la expansión de USA de manera moral, sirve para legitimar acciones militares y diplomáticas contra los otros estados de América, Es la base del imperialismo de USA y tiene rasgos racistas y teocéntricos, puesto que sostiene una supuesta superioridad racial anglosajona.  Tiene conexiones con la ética calvinista, propia de los puritanos ingleses que colonizaron Norteamérica en un primer momento, sostiene que Dios ha predestinado a ciertas personas para la salvación, que las “buenas obras” y la expansión material son signos de ser los elegidos y promueve el trabajo duro, disciplina, expansión y austeridad. Weber, M. (1905/2002). La ética protestante y el espíritu del capitalismo (J. Pérez, Trad.). Península. Horsman, R. (1981). Race and Manifest Destiny: The origins of American racial Anglo-Saxonism. Harvard University Press. Kammen, M. (1993). Mystic Chords of Memory: The Transformation of Tradition in American Culture. Harvard University Press. Benedicto, J. & Pérez-Agote, A. (Eds.). (2010). Religión y política en la sociedad global. Trotta.

[7] La financiarización nos habla de la importancia predominante de los mercados financieros por sobre la economía “real” de la producción y el trabajo. Se basa en:

  • Predomino del capital financiero, que buscan veneficios sobre la base de la especulación financiera, por sobre el capital productivo, que se basa en la producción de bienes y servicios.
  • Crecimiento del poder de los bancos, fondos de inversión y aseguradoras, que toman decisiones económicas por sobre los gobiernos y las empresas productivas.
  • Transformación de la lógica empresarial, que privilegia la recompra de acciones, dividendos a accionistas y las operaciones financieras por sobre la innovación y la infraestructura.
  •  Se prioriza los indicadores financieros como el rendimiento de acciones, los mercados financieros, las tasas de interés por sobre el empleo, la producción.
  • Las familias, empresas y los estados dependen de manera significativa del crédito y la deuda como hipotecas, tarjetas de crédito, deuda de estudios, etc.

Piketty, T. (2014). Capital in the twenty-first century. Harvard University Press. Mazzucato, M. (2018). The value of everything: Making and taking in the global economy. PublicAffairs.

[8] Entendemos Globalización como el proceso histórico, económico, tecnológico, cultural y político mediante el cual las diversas sociedades del mundo se interconectan y dependen cada vez más unas de otras. Mientras que “Globalismo” es una ideología que promueve o justifica una forma específica de globalización. En la actualidad, el globalismo este asociado al modelo neoliberal, con instituciones supranacionales y una visión de un gobierno global y una economía mundial sin fronteras. Giddens, A. (1999). Un mundo desbocado: los efectos de la globalización en nuestras vidas. Taurus.

[9] El análisis geopolítico tiene entre sus propósitos, establecer los intereses y objetivos nacionales de un estado. La geoestrategia nos dice todas las acciones (estrategias), que el estado se plantea a fin de alcanzar los objetivos, que son el resultado del análisis geopolítico.

Por RK