Por Betiana Vargas

Lo que se vende como un emprendimiento más del boom de la IA global, en realidad revela la puerta giratoria entre política, finanzas y tecnología, con un trasfondo mucho más oscuro: la guerra cognitiva y la rentabilidad de la colonización y el exterminio

Luis Videgaray, ex secretario de Hacienda y Relaciones Exteriores durante el gobierno de Enrique Peña Nieto (2012-2018), con Jared Kushner, empresario estadounidense y yerno de Donald Trump.

Dos viejos amigos

El pasado 25 de septiembre, se conoció que Luis Videgaray, ex secretario de Hacienda y Relaciones Exteriores durante el gobierno de Enrique Peña Nieto (2012-2018), se asoció con Jared Kushner,empresario estadounidense y yerno de Donald Trump, para fundar una empresa de inteligencia artificial llamada Brain Co.

La noticia tomó por sorpresa a México y al mundo, no sólo por los nombres involucrados sino por la historia de sus vínculos y el contexto actual: el dominio de la IA y una ofensiva global por el control de las plataformas digitales.

Una startup con 30 millones de dólares y aliados de peso

Brain Co. fue creada en 2024 y ya cerró una ronda Serie A de 30 millones de dólares, liderada por Elad Gil, experto inversionista en temas de tecnología y ex vicepresidente de Twitter, y por Affinity Partners, el fondo de inversión de Kusher.

La empresa presume alianzas con OpenAI y ya ofrece aplicaciones para gobiernos y grandes corporaciones, entre ellas algunas de las diez más importantes del mundo según Forbes. Su plantilla es pequeña –unas 40 personas–, pero en su consejo figuran nombres con reconocimiento en Silicon Valley como Brian Armstrong, de Coinbase; Reid Hoffman, de LinkedIn y Nikesh Arora, de Palo Alto Networks; entre otros.

La oferta de la compañía es ambiciosa. Una plataforma centralizada en IA con aplicaciones en sectores clave como salud, energía, inmobiliario, cadenas de suministro, seguros, servicios gubernamentales y otras organizaciones importantes. Entre sus productos se destacan: permisos de construcción automatizados; optimización de rutas médicas; IA predictiva para cadenas de suministros y agentes de optimización de ingresos.

Luis Videgaray, ex secretario de Hacienda y Relaciones Exteriores durante el gobierno de Enrique Peña Nieto (2012-2018), se asoció con Jared Kushner, empresario estadounidense y yerno de Donald Trump, para fundar una empresa de inteligencia artificial llamada Brain Co

No es casualidad que, en un mercado que superará los 600 mil millones de dólares para 2027 según Ditrendia en base a datos de Statista, Brain Co. busque insertarse como proveedor de soluciones llave en mano para gobiernos y corporaciones, con un haz bajo la manga: una red de relaciones políticas y tecnológicas listas para ser capitalizadas.

¿Cómo nació Brain Co.?

Según relatan sus socios, la idea surgió en febrero de 2024 en San Francisco, durante una reunión informal entre Kusher y Gil. La premisa era reunir capital de riesgo, contactos políticos y talento tecnológico para crear una empresa capaz de competir en la carrera global de la IA. Videgaray se incorporó poco después, como un eslabón clave.

La cercanía entre Kusher y Videgaray no es nueva. En 2016, en plena campaña de Trump, el entonces Secretario de Hacienda organizó la polémica visita del magnate a Los Pinos. Un año después, Kusher jugó un papel central en la renegociación del TLCAN (ahora T-MEC). Por ese papel, Peña Nieto lo condecoró con la Orden del Águila Azteca, la más alta distinción que México otorga a un extranjero.

La puerta giratoria

Tanto Videgaray como Kusher cargan con un historial cuestionable.

En el caso mexicano, las declaraciones de Trump sobre construir un muro fueron un golpe político que precipitó la salida de Videgaray del gabinete de Peña Nieto. Sin embargo, pronto regresó como canciller e interlocutor con Washington. Videgaray también es fundador del Grupo Lima.

Se trayectoria terminó manchada por la corrupción. En 2021, la Secretaría de la Función Pública lo inhabilitó por 10 años tras detectar inconsistencias en sus declaraciones patrimoniales. También fue involucrado en el caso Odebrecht como operador del reparto de sobornos.

La oferta de la compañía es ambiciosa. Una plataforma centralizada en IA con aplicaciones en sectores clave como salud, energía, inmobiliario, cadenas de suministro, seguros, servicios gubernamentales y otras organizaciones importantes

Lejos de la política mexicana, Videgaray reconstruyó su perfil en Estados Unidos, ahora como profesor titular del MIT, conferencista y director del Proyecto de Políticas de IA para el Mundo. Su currículum oficial presume reformas neoliberales en energía, telecomunicaciones y finanzas. Un neoliberal a diestra y siniestra.

Kushner, por su parte, fue criado en un entorno judío moderno y es heredero de un imperio inmobiliario Kusher Companies. Es yerno de Donald Trump desde 2009 y formó parte de la primera campaña a la presidencia para convertirse, luego, en asesor clave de Trump y operador en la relación de Estados Unidos con Arabia Saudita e Israel. Fue uno de los arquitectos de los Acuerdos de Abraham, que normalizaron relaciones entre países árabes e Israel en plena ocupación de Palestina.

Ambos reaparecen ahora desde un nuevo frente: el negocio de la IA como instrumento de poder geopolítico.

El tercer socio: Elad Gil

El empresario israelí Elad Gil completa la tríada. Estudió en el MIT, trabajó en Google y Twitter, y ha invertido en startups que luego fueron gigantes globales como Airbnb.

Según su biografía asegura haber visto “pruebas de prolongación de la vida en organismos gracias a la eliminación de genes”. Desde su podcast No Priors analiza el futuro de la IA.

El 11 de septiembre, Kusher fue invitado al episodio 131 para hablar de Brain Co., de sus negocios con Israel y de su visión sobre la región: “Latinoamérica ofrece muchas oportunidades”. “Después de la crisis, las corporaciones estadounidenses se muestran mucho más reticentes a depender de Asia para su cadena de suministro. México ha sido y seguirá siendo un gran beneficiario de esto”. Y añadió: “Trump está intentando resolver algunos problemas, particularmente los cárteles y la inmigración ilegal, para asegurar una relación justa y equilibrada”.

Negocios manchados de sangre: TikTok en disputa

El anuncio de Brain Co. coincidió con otro movimiento clave: Trump firmó una orden ejecutiva para forzar la venta de TikTok a inversores estadounidenses por 14 mil millones de dólares. Según Bloomberg, el acuerdo permitirá a capitales locales controlar hasta el 80% de la plataforma.

La principal beneficiaria es Oracle, que supervisará operaciones, almacenará datos de usuarios y controlará el algoritmo de recomendación. Según The Intercept, Oracle y su fundador Larry Ellison se preparan para ampliar la propaganda pro-Israel y reprimir la disidencia pro-Palestina.

Ellison ya había mostrado su lealtad en 2017, cuando donó 16,6 mil millones de dólares a los Amigos de las Fuerzas de Defensa de Israel (FIDF, por sus siglas en inglés). “Hemos pedido que defiendan nuestro hogar” “No hay mayor honor que apoyar a algunas de las personas más valientes del mundo”, dijo entonces.

Tanto Videgaray como Kusher cargan con un historial cuestionable.

Un día después de la firma sobre TikTok, el primer ministro israelí Benjamín Netanyahu se reunió con influencers en Nueva York y declaró: “Hoy no puedes luchar con espadas. Tenemos que luchar con las armas que corresponden al campo de batalla en el que estamos y las armas más importantes están en las redes sociales… TikTok es la número uno”.

El objetivo es claro: controlar las narrativas y decidir qué se hace viral y qué desaparece. Quien controle la conversación sobre Palestina controlará también el sentido común global.

Resistencias a flote

Mientras Brain Co. se presenta como una nueva joya de Silicon Valley, la resistencia internacionalista sigue en pie.

El 02 de octubre, la Flotilla Global Sumud –con unos 500 activistas de 44 países en más de 40 embarcaciones–, logró atravesar aguas internacionales y llegar a las costas de Gaza. Fue una victoria política de alcance histórico: demostró que es posible romper el bloqueo con barcos, redes digitales y cuerpos dispuestos a hacer lo que los Estados rehúyen por complicidad: frenar el Genocidio y luchar por la vida.

Brain Co.: mucho más que soluciones tecnológicas

El desembarco de Brain Co. simboliza la alianza entre poder político, financiero y tecnológico para convertir la IA en un negocio al servicio de la colonización y la guerra.

No es un hecho aislado. Es parte de una nueva dinámica de poder en la que la tecnología se transforma en arma geopolítica y en herramienta predilecta de la nueva colonización.

Frente a esta maquinaria de guerra se levantan resistencias que insisten en defender la vida. No hacen falta más tecnócratas enriqueciéndose con el despojo y la muerte, sino más flotillas capaces de abrir rutas hacia la dignidad y la justicia.

Publicado por primera vez en Diario Red

Por RK