Por Juan Cárdenas
“¿Cuánto cuesta la ametralladora?, 5.000 dólares. ¿Y esa pistola?, 2.500. Deme un palo de escoba”. Para asumir el libre porte de armas y gas pimienta se necesita cushqui que no tenemos. Estamos fritos porque ya nos dijo el que sabemos: “el mayor miedo hoy es sentirse inseguro, en medio de una guerra entre ustedes y los delincuentes…”. Él no tiene nada que ver. Como quien dice: “allá, mátense” y él viendo los toros de lejos. ¡Increíble!, porque la seguridad ciudadana es un deber constitucional del Ejecutivo, para eso es el comandante en Jefe de la Policía, no sólo para estrenar a diario gorritas institucionales. En los países donde existe libre porte de armas no ha bajado la inseguridad, sino todo lo contrario. Le hace bien al país la voz de la Universidad ecuatoriana que rechaza la decisión de armar a la gente para que se defienda como pueda. Igual se manifiesta la Federación Nacional de Trabajadores de la Seguridad Privada del Ecuador, desmintiendo así la afirmación oficial de que lo pidieron los guardias privados. Quienes baten palmas de felicidad y plusvalía son los fabricantes foráneos de armas y también los de acá.
Distractor para desviar la atención del juicio político, satisfaciendo la vieja tesis de la derecha violenta de andar siempre con pistola al cinto, con tal de bajarse unos cuantos votos por la censura; aunque los aludidos protestaron que no se dejarán chantajear y más bien identificaron al premier como el negociador…de votos. Deben tener sus razones porque siendo de los suyos, lo conocen muy bien, como también al otro belicoso ex Asambleísta de la 6 que pide a gritos una dictadura militar. Por otro lado, está el titular de la Comisión de Fiscalización de la Asamblea Nacional, convertido en defensor incondicional del interpelado, con fanático fervor propio de los serviles. Mientras tanto, los pautados mediáticos se siguen bajando porque perciben que el barco se hunde. Como el Verita. Los ministros también se botan. El ex Canciller cumplió su último acto de odio negando el ingreso al país de los Topos mexicanos, expertos en la búsqueda de víctimas entre escombros, simplemente porque fueron invitados por los correístas solidarios con la tragedia de Alausí.
Lo último: que iba a traer del cogote a Rubén Chérrez. Total, nunca se fue, estuvo asoleándose en Punta Blanca de Santa Elena. La policía no le buscó; lo encontraron los sicarios de la mafia, que le torturaron junto a sus 3 acompañantes, hasta asesinarlos. Qué curioso, se demoraron en reclamar el cuerpo, ¿acaso no tuvo parientes, amigos, ni relacionados? ¿Y cómo es que estuvo al nivel de las alturas del poder? Acallaron una voz que tenía mucho que decir…
El minfinanzas es un aparato. Ahora funge de modelo. Afirma que su gobierno es el que más ha bajado impuestos. Ha de ser a las élites, porque a la clase media, popular y micro emprendedora les saca la cabeza con altísimos impuestos que van a parar a la RMI para asegurar los papeles y bonos de deuda de sus amigotes, a quienes si entrega “incentivos”, eufemismo con que llaman a los cuantiosos subsidios, dizque para que afronten el riesgo-país. Ley del embudo, injusticia tributaria a favor de la oligarquía, el ministro modelo pagó de Impuesto a la Renta 36 dólares en 2021. Menos que un mísero kiosquito.