Por Juan Montaño Escobar
Hegel dice en alguna parte que todos los grandes hechos y personajes
de la historia universal aparecen, como si dijéramos, dos veces.
Pero se olvidó de agregar: una vez como tragedia y la otra como farsa[1].
El 18 brumario de Luis Bonaparte, Karl Marx
Obertura: el bueno, el malo y el feo
Mientras hubo westerns nunca me cansé de mirarlos, por ese elogio de la épica individual y esa ética elástica al servicio de los débiles. Así fueron los mejores del género. En la historia se enfrentan dos circunstancias ideológicas principales: el valor cimarrónico quijotesco del héroe y la moral bandidesco-cínica de los adversarios. Los westerns son eso por la inevitable lucha de contrarios entre quienes se apropian del total material y también el dominio del transcurrir anímico. El momento crítico ocurre cuando alguno no quiere someterse. El paisaje, por repetido que sea, parece el mismo ecosistema asociado al drama, unas calles polvorientas, el silbido del viento y unos crepúsculos que en vez de amortiguar elevan la tensión, unos rostros sólidos calculadores el instante definitivo y vemos la curiosidad asustada de los vecinos. Cuadro cinematográfico completo. Musiquita pedorra y malhumor. El Gobierno anuncia aquello que ya nadie atiende y en la retirada las palabras tienen clasificación para mayores de 18 años. Ahora sí, a nuestras calles. Gente de ida y vuelta con mascarillas naso-bucales, todos tienen el mal poema de otro día de agotadas esperanzas y pasan los vendedores, que uno cree, apelando al razonamiento lógico sobre la crisis, son mucho más que la probable clientela; ellos gritan su mercancía en plan de retirada buscando al último comprador. Es el western de nuestro trópico urbano, por ahí unos jovencitos cowboys, en motocicletas, ubican alguna víctima para el despojo de la cartera, del móvil o aquello que puedan. A mujeres u hombres de la edad tercera. La aceptación del Gobierno de Lenin Moreno está en la marcación glacial del termómetro, la penúltima esperanza es que un día de estos ya no esté y la última es que el próximo presidente después del discurso de posesión empiece con los milagros. Este jazzman invoca la épica del progresismo ecuatoriano. Un meditado silencio popular responde.
La crisis es del republicanismo ecuatoriano
Una cosa es invocar al diablo y otra es que acepte y se presente. En persona, aparezca tal y como es, con sus diabluras de ‘quítate tú pa’ ponerme yo’ y sus resabios de quien se sabe qué es eso: satán. Una anti virtud del llamado a comparecer es su falsedad. Y eso es lo que hay: repitieron tantas falsedades, en tono monocorde de quienes creen poseer los protocolos de aquellos sabios de Sión, en encendidas peroratas radiales o simples balandronadas para impresionar a tímidos de último rato. Un día de esos se creyeron sus embustes, pero con creencia diferenciada. Unos para no desentonar y otros en cambio sí se convencieron de sus vainas chimbas. ¿Y todo para qué? Es la pregunta para desprevenidos (si es que los hay). ¿Para qué? ¡Para derrotar al progresismo ecuatoriano! O precisando: para desparecer al correísmo. ¡Tanto así y más! Este jazzman muestra al Ecuador de estos últimos años. No ‘república’, es decir, res cosa y publica de ‘igual procedencia’ y destino etimológico. O sea todo aquello que interesa y participan los ‘comunes’ eso es una república. Ecuador, por ahora, está suspendida la vaina republicana. Desde las pampas australes hasta estos manglares rascacielos esta conseja de abuelos:
– Hay que volar bajito, porque las verdades se ven de lejos y se comprenden de cerca. El barrio busca ser parte de ese tuntuneo[2] común y bendito. El barrio es la geopolítica de las revoluciones. Y los palenkes mucho más, porque el cimarronismo jamás fue monárquico o de palacio. La negritud siempre fue del campo[3].
No la busquen por el embrollo de la ‘inclusión’ y siempre por el igualdad y equidad, diferencias y sinónimos en ambas palabras cuentan en la militancia republicana. ¿Está en crisis el republicanismo ecuatoriano? Liberté, égalité, fraternité fue el grafiti asumido por la naciente República de Haití y prescrito en las nebulosas repúblicas americanas del siglo XIX. La República ecuatoriana comienza por los barrios de allá y de acá, los de la sobrevivencia con escasos dólares y los de sueldos de bajitos. Así lo creemos los afroproletarios que amanecemos con el amén del milagro que no será. Y la república revivida en las parroquias de monte adentro. ¿Dónde termina esa república de nuestros anhelos? Podría ser allá, en aquel punto llamado palacio de Carondelet. Chévere, saberlo porque un palacio es una mansión de aristócratas. Una contradictoria república de arcaicos símbolos: palacios por sangre diferenciada, privilegios seculares y dinásticos, democracia de servilleta y “los afrolatinos que deberían perder el derecho al voto”. El Copyright del entrecomillado corresponde a aquel académico[4] y su tribu. Ripley’s Believe It or Not! [5] Una curiosidad para Robert Ripley (1890-1949) y para la ciudadanía de las Américas. O como se dice en La Ferroviaria Alta[6]: “¡cosa de no creer!” Pero ese es el auténtico pensar y sentir de los grupos privilegiados de Ecuador. ¡Y sobra credulidad! ¿Cómo interaccionan género-raza-poder económico en esta elección presidencial?
Estrategia y táctica del anticorreísmo
Táctica es materializar unas estrategias, pero antes se selecciona cierto objetivo. ¿Qué sucedió en estos últimos años de manejo político de la derecha reaccionaria? ¿Cuál es su objetivo? Fácil de responder si se pregunta a cualquier descamisado: el retorno de los brujos neoliberales apurados por la angurria de los grupos babilónicos del privilegio absoluto. Es como el 1 o 2 % de los ecuatorianos, incluyan los que son y aquellos que sueñan con ser de la tribu dorada. Aclaración necesaria: el empobrecimiento popular y prolongado no es ninguna virtud. Al punto: la gente ecuatoriana, acarreando su diversidad cultural, quiere que la vida no transcurra sin ser aquello que la inicia y completa. O sea El-Estar-Bien-Colectivo o gritado desde la Constitución, el ‘Buen Vivir’. ¿Será mucho exigir?
O las estrategias son para producir unas tácticas demoledoras contra el correísmo. Este jazzman cree que el correísmo no solo es aplicable a una desconocida doctrina de Rafael Correa, de acuerdo, pero precisando mejor, es el equívoco nombre del progresismo ecuatoriano, pero más que aquello es el pretexto bastardo para devolvernos al siglo XIX y reeditar ese Estado de plantación (o de hacienda) en este siglo digital. Siendo una estrategia para vengarse de Rafael y a la vez dejarlo en la intemperie de la peor historia, en este desmadre perdemos la mayoría, porque se trituró salud, empleo y educación hasta convertir el desamparo en razón definitiva de este Gobierno. Estos grupos sociales golpean al barrio y a la parroquia, con la contundencia atroz de su angurria oligárquica dizque para preservarlo del correísmo. ¿Cómo la vieron? Como con un catalejo invertido, seguro. Y no hay plazo que no se cumpla ni deuda que no se pague: llegaron estas elecciones, se invirtió el catalejo y el fin del este desmadre político se lo ve cerquita. La elección presidencial es la táctica, cuya estrategia es el anticorreísmo, porque el objetivo es continuar con la apropiación de los bienes del Estado ecuatoriano a precio de nada.
La otra política de la destrucción (la lumpen-burguesía)
¡Todo vale en estos meses de cambalache electoral! Juez electoral reuniéndose ‘sin-querer-queriendo’ con el candidato que clama su inconformidad por supuesto fraude; llamados a grito pelado a golpe de Estado porque vuelve el correísmo (¡otra vez el ubicuo fantasma!); lawfare racista contra ciertas autoridades que no aplicarían para gobernar de acuerdo al ancien régime[7] quiteño. Cabe el garcía-marquesianismo, “vivir para contarlo”. Y Gabriel García Márquez la cuenta así: “En algunos de los libros que nos prestaron los maestros conocí una frase atribuida a Lenin (no éste, el verdadero): “si no te metes con la política, la política terminará metiéndose contigo”. Exacto. Pero por acá otra política estropea la vida de barriadas y recintos rurales, aun si las comunidades se involucran. Es lío malvado e idiota, pero así es.
Aunque estos grupos oligárquicos la busquen por el pedigrí, su comportamiento es fácil de describir: lumpen-burguesía. ¿Y eso qué es? Sencillo de saber: es esa ‘orientación depredadora’ para adquirir bienes o lo que sea sin ninguna consideración legal o moral, solo alcanzando el mayor beneficio para el grupo (de privilegiso) o para sí. El Ecuador de estos años, no lo olviden. Y ya que nos metimos con los clásicos de la izquierda. “La revolución social del siglo XIX no puede sacar su poesía del pasado, sino solamente del porvenir. No puede comenzar su propia tarea antes de despojarse de toda veneración supersticiosa por el pasado[8]”. Es válido para la ‘revolución social’ también lo es para la ‘revolución conservadora’, pero estos libros no están en su mirada paleolítica. Estos grupos tienen veneración radical y ‘supersticiosa por el pasado’ y así se esfuerzan para que sea la sociedad ecuatoriana, no por afición sino por la riqueza del país. Por eso el correísmo, lo que sea que entiendan por aquello, los encabrona por el lado del culipandeo. Entonces, la elección presidencial es la táctica y el objetivo es, anticorreísmo mediante, la existencia artificial y beneficiosa del ancien régime en el Ecuador.
(De vuelta al epígrafe)
No se sabe, pero este jazzman sospecha de algo parecido (o reamente lo es) a amnesia cultural. ¿Se olvidaría la gente ecuatoriana de la expropiación de su dinero en el feriado bancario? El jodido bipolarismo (correísmo vs anticorreísmo) causa amnesia. Casi son las mismas tribus del privilegio que han retornado con las mismas angurrias, más recargadas sin dudas, para plantear el mismo juego de expropiación en algo llamado Código Monetario y Financiero. O llamando al engaño como ley de ¿defensa? de la dolarización. Aprovechan el desbarajuste de la bipolaridad para repetir la historia, ¿será como comedia ácida? ¿O tragedia advertida?
[1] Libro en pdf, p. 7.
[2] Coloquial afropacífico: sonido del bombo.
[3] Yo soy un negro del campo, discurso de Malcolm X, del 10 de noviembre de 1963, en la iglesia bautista King Solomon, en la ciudad de Detroit.
[4] El día 31 de enero del 2021, desde su cuenta de twitter @SgangotenaG, Santiago Emilio Gangotena Gónzalez (canciller de la Universidad San Francisco de Quito) emitió mensajes fuertemente racistas contra las Comunidades Afroamericanas.
[5] Ripley, ¡aunque usted no lo crea! Traducción textual.
[6] Barrio de Quito, capital del Ecuador.
[7] Así se burlaban los revolucionarios franceses a las dinastías
[8] El 18 brumario de Luis Bonaparte, Karl Marx, documento en pdf, p. 9.