Por Juan Cárdenas
Los militares nos miran como el enemigo a vencer, no como ciudadanos. Al parecer no
tienen la formación adecuada en el conocimiento de protocolos y procedimientos de
aplicación obligatoria para la fuerza pública, como la doctrina de los Derechos Humanos,
eje transversal de nuestra Constitución inspirada en la acción de los Estados civilizados
del mundo, para la protección de esas garantías y derechos. “Se les fue la mano”,
comentaba la gente en 1988, cuando desaparecieron los hermanos Restrepo, provocando
el doloroso calvario de su padre, don Pedro, ejemplo de valentía y resistencia incansable
hasta su muerte. La desaparición forzada de los 4 niños de las Malvinas, declarada por
sentencia de Hábeas Corpus, con las consecuencias que puedan dimanar por el numeral
3 del Art. 129 de la Carta Magna, ha conmocionado al país y ha movilizado las fibras más
intimas de la solidaridad y la indignación de la ciudadanía, por los relatos que pretenden
imponer desde palacio, en medio de evidentes contradicciones como lo dicho
simultáneamente por un ministro, descalificando como delincuentes a los 4 menores,
dizque sorprendidos en asalto por la patrulla armada y al mismo tiempo la decisión oficial
de declarar a los desaparecidos como héroes nacionales. O peor aún, la grosera
insinuación a uno de los padres de las víctimas.
A los niños Restrepo les acusaron de drogadictos y traficantes, tendiendo el manto de
impunidad con todo el poder de “esa gente”. Igual que ayer, guardan las apariencias, no
vaya a ser que este lacerante hecho afecte las encuestas de don Polibio Cegatos. Pobre
señor, ¡no pega una!… pero cobra…Que nuestra voz solidaria y dolida se sienta sin pausa
ni cansancio. Como padre, abuelo, hermano, como ciudadano devastado por la angustia
de cuatro familias que pasaron la navidad en la morgue y seguro en Año Nuevo, pido que
nos digan la verdad por dura que sea. Que el “espíritu de cuerpo” en las FFAA no obnubile
su responsabilidad de poner a disposición de la justicia toda la información y los hechos
que expliquen la actuación de los 16 uniformados. Si aún están vivos Steven, Saúl, Ismael
y Josué, “culpables” de ser pobres, afros y soñadores, devuélvanlos sanos y salvos. Y si
ya no están, si volaron más allá del sol, esa sangre inocente les marcará de por vida.
Sigue el culebrón. Nos advirtió: “como enemigo soy un pésimo enemigo…”. A la vice
una jueza valiente y versada le reconoció sus derechos constitucionales. Se les cayó el
impresentable “sumario administrativo” de la parlanchina, la señora Abad se queda de
vicepresidenta, a la señora Moya le agradece por decreto y ¡tome asiento!; pero allí no
termina. La vice con sentencia en mano corrió a su despacho y se topó con vallas y puertas
cerradas con cadena. Llamó, gritó y nadie salió, cuando de pronto, otro decreto: te vas
porque te vas. Pero ¿a dónde?: a Turquía, ¡pero ya!, tienes que estar AYER en Ankara. La
jueza Nubia Vera después de firmar su sentencia, lloró amargamente por las amenazas,
ofertas e intimidaciones que denunció en contra del mismísimo presidente del CNJ y 2
más. Y no se quedó allí, sino que fue a la Asamblea Nacional a repetir con pelos y señales
sus acusaciones, con un Pendrive como prueba del borrador de sentencia que pretenderían
imponerla para condenar a la vice. La jueza, pese a su angustia, no cedió a las presiones
que comprometerían al heredero. ¿Independencia de funciones del Estado? ¿Qué es eso?
Hay un candidato que pretende despachar desde la tarima, con la banda presidencial. Y
todo porque cuesta abajo es la rodada de su campaña: se cayó lo de los Isaías, le pararon
en la CC su ley antipillos, se queda la vice, los padres de los “4 menores de las Malvinas”
claman justicia. Y para rematar irán a juicio político la ministra que habla sin decir nada,
Pepe Cortisona y su pana Godoy. El Guarderas se les va por unanimidad.
Una preguntita: ¿Qué dirá la mafia mediática que acusó temerariamente a Rafael Correa
de la muerte de Fausto Valdiviezo? Privatizan el campo Sacha que aporta cerca de 80 mil
barriles diarios y más de 1.600 millones anuales a la caja fiscal. Las transnacionales
pagarán 1.500 millones por una sola vez en los próximos 20 años. Se llevan la “Joya de
nuestra Corona petrolera”. Para eso vinieron. Queridos amigos, feliz Año Nuevo