Por Luis Varese

La consulta popular es un ejercicio electoral cuyos resultados son mandatorios, vinculantes, en teoría.

Por primera vez en muchos años hubo un ausentismo del 28%. En Ecuador el voto es obligatorio y la multa no es menor.

De once preguntas preparadas por el gobierno, nueve, sobre seguridad, papel preponderante de las Fuerzas Armadas y Policiales, deportación de ecuatorianos que delinquen, impunidad para la violencia del Estado, fueron respondidas con un sí y dos con un no.

Luego de años de violencia brutal en las cárceles, barrios, calles y magnicidios (asesinados tres alcaldes y el director de un penal, los últimos 30 días). Luego de la declaración de Estado de Guerra Interno, la elevación de categoría, de bandas delincuenciales a “grupos terroristas con categoría de organizaciones beligerantes” y ante la demostrada ineficiencia (¿será ineficiencia?) del Estado en controlar esta situación, preguntar si el electorado está de acuerdo con radicalizar la presencia de la acción militar/policial, era obvio que la respuesta sería sí.

El gobierno lo presenta como un triunfo rotundo y contundente, 9 a 2 en términos futbolísticos, una gran goleada.

La oposición, el progresismo y la izquierda, destacan el triunfo del NO en dos preguntas que consolidaban el modelo neoliberal: someter al Ecuador a la dirimencia de contratos con transnacionales, en foros internacionales, donde habitualmente pierde el Estado Ecuatoriano. La otra pregunta fue sobre el contrato de trabajo eventual, sin estabilidad laboral, claro, ni seguro social y pagado por horas, es decir retornar al trabajo precario, por ley.

Esta consulta ha consolidado la figura del gobierno, pero sobre todo ha logrado, con apoyo y hasta reclamo popular, la militarización del país. Ese era básicamente el objetivo, poner a los procesos democráticos en manos de las Fuerzas Armadas y Policiales, dirigidos por el Presidente, quien ya dio muestras de su vocación autoritaria.

Es un gran triunfo de esta oligarquía. Mal hacen en caricaturizar al Presidente llamándole Nobita, o el joven presidente inexperto e ignorante. Él sabe lo que hace, cumple exactamente un plan quinquenal preestablecido, coordinado con la Generala del Comando Sur, Laura Richardson y por supuesto con el inefable embajador Michael Fitzpatrick, quien reparte o retira visas, como certificados de buena conducta.

Pensar que es ignorante y llamarlo muñeco, es hacerle un favor. Es responsable exactamente de sus actos y cumple el plan con precisión. La invasión militar-policial de la Embajada de México, no es un error, es una decisión que contribuye a la destrucción del orden jurídico internacional donde Ecuador cumple una función, como lo hace Israel, que realiza un genocidio en Gaza impunemente y bombardea el Consulado de Irán en Damasco.

En este marco el triunfo de la militarización es un éxito de la lumpenburguesía y del imperio.

Esto ha sido largamente preparado, miles de asesinatos en las calles, un despliegue de fuerzas criminales, de sicariato, muertes con complicidad de sectores de la policía (como el magnicidio del candidato Fernando Villavicencio), culpabilizando y generando el odio contra Rafael Correa y el correísmo, culpable hasta de si llueve o no.

Utilizando a los medios de comunicación masivos como el instrumento de LA MENTIRA Y LA CALUMNIA, así con mayúsculas. Táctica exitosa del fascismo y del nazismo que se aplica a nivel mundial.

 Ha llegado el fascismo neoliberal y se fortalece campante, en Ecuador, en Perú, en la Argentina, en El Salvador.

Estas votaciones en Ecuador solamente han reforzado el camino militarista, que lo único que consolida es la dominación del capital por encima del ser humano. Ya el FMI acaba de firmar un préstamo por 4000 millones de dólares, parte de los cuales van destinados a pagar la deuda y la Ministra del Trabajo declaró antes de la consulta, que modificará el código del trabajo modernizándolo.

La votación contra las dos preguntas que fortalecerían el neoliberalismo, son efectivamente una demostración de conciencia del electorado.

Esto se puede convertir en un triunfo si es la base para la unidad de las fuerzas del progresismo y la izquierda. Es decir, de la Revolución Ciudadana, el progresismo electoral inteligente, la izquierda organizada y el movimiento popular, encabezado sin ninguna duda por la CONAIE, hoy en día, la única que se ha mostrado capaz de movilizar población organizada.

Si en base a un programa antineoliberal y a la defensa de la Constitución, como el que refleja el rechazo a las dos preguntas, se logra avanzar en la unidad, será el gran salto que permita retomar el rumbo Patriótico y Soberanista.

En 2025 habrán elecciones para la Presidencia de la República y para asambleístas. Es la oportunidad de un gran frente amplio antiimperialista, contra el fascismo y por la recuperación de las conquistas sociales (aunque no sea este el nombre, sí su contenido). El correísmo es fuerza mayoritaria, pero no supera su propio límite del 25 a 30% y desea seguir siendo el paraguas para todo el campo popular. El movimiento indígena con Leonidas Iza a la cabeza no cubrirá solo, el 50%, del electorado y ambos movimientos no se sientan aún a conversar. Otros sectores como el feminismo o los ecologistas son “anticorreistas”. Solamente un gran esfuerzo de humildad y de entrega de la fuerza mayoritaria, hará posible la construcción indispensable de este Frente Amplio.

La tarea es compleja y hay mucho pan por rebanar. Quienes detentan el poder y no me refiero solamente al presidente Noboa, han demostrado que están dispuestos a todo por mantenerlo. Dispuestos a todo como pocas veces ha ocurrido en la historia. Una decisión que los lleva hasta el asesinato y la alianza con el narcotráfico. No afrontarla es aceptar vivir bajo un régimen de terror, donde los derechos humanos se han vuelto una mala palabra y donde la libertad pasará a ser un recuerdo a reconquistar.

Esta consulta popular consolida, repito, el modelo que se nos impone desde los EEUU, en su objetivo de mantener la hegemonía política y militar.

 Está en los dirigentes políticos y de los movimientos sociales, la decisión que nos lleve a volver a respirar aires de libertad y democracia.

Por RK