Por Jacques Ramírez
Amparo, salió de su natal Guayaquil a finales de enero de este año. Tomó a sus dos hijas, la mayor de 2 años y medio y la menor de pocos días de nacida, y junto con su marido se subieron en un bus rumbo a Rumichaca para pasar la primera frontera de su largo periplo rumbo a Estados Unidos.
Ella, de 21 años, como miles de ecuatorianos y ecuatorianos ha aptado por migrar debido a que en su barrio, Guasmo sur, se han incrementado los robos, los secuestros y las muertes violentas. Nos cuenta que “a cada rato mueren chicos, niños menores que están metidos en esas bandas” y que teme por el futuro de sus hijas. “El país se ha puesto feo” continúa. No solo por los temas de inseguridad sino también porque cada vez hay menos empleo: “Yo trabajaba en un asadero de pollos, ahí atendía, lavaba y hacía de todo. Me ganaba mis 15 diarios. Pero ya el dueño no quería que trabaje porque no le alcanzaba para pagarme”.
Estos motivos que señalan Amparo coinciden con el relato de otros migrantes como el de Linda: “Por la delincuencia y por lo que no hay casi trabajo que nos alcance”, y con los datos de una reciente encuesta de OIM (2023) en donde los ecuatorianos señalaron que las principales causas para migrar son los problemas económicos/financierosn (47%) y los problemas de inseguridad/violencia (43%). Esta crisis estructural que vive el país desde hace algunos años atrás ha llevado a que cientos de miles de ecuatorianos decidan salir provocando una nueva estampida migratoria.
Gráfico 1. Salgo Migratorio de ecuatorianos 2021-2024
En efecto, entre enero de 2021 hasta abril 2024 el saldo migratorio es de aproximadamente 400.000 ecuatorianos que se fueron y no volvieron, siendo el año pasado el de mayor salida con alrededor de 120.000 migrantes. Sin embargo, los datos de este primer cuatrimestre muestran un crecimiento exponencial nunca antes visto.
En este contexto, el presidente Daniel Noboa al llegar a Corondelet intentó vincular los temas de la inseguridad con la presencia de inmigrantes en el país, algo que ya habían hecho sus antecesores, tanto Guillermo Lasso como Lenin Moreno. Fue por esto que, en su primer paquete de preguntas de su proyecto de Consulta Popular, incluyó una en la cual proponía reformar los procedimientos de inadmisión, deportación y expulsión para, “controlar la migración y fortalecer la seguridad del Estado” (pregunta 10).
Lo que el Presidente no sabía, o no le habían informado, es que tanto nacionales como extranjeros están saliendo del país y esto se ha incrementado en los primeros meses de su gobierno. Un reciente estudio realizado a finales del 2023, arrojó que 7 de cada 10 ecuatorianos declaron tener la intención de migrar al extranjero en los próximos 12 meses. Muhos ya empezaron a hacerlo, sobre todo despúes de la declaratoria de “conflicto armado interno” (Decreto Ejecutivo 111). Cómo se observa en el gráfico 2, alrededor de 68.000 ecuatorianos salieron los meses de febrero y marzo: 34.000 cada meses. Nunca, desde el inicio de la nueva ola migratoria, se había tenido estas cifras.
Gráfico 2. Saldo migratorio por mes enero 2023 a abril 2024
Entre ese grupo está Amparo y su familia, quines salieron usando la llamada ‘ruta pobre’, intentando atravesar siete fronteras terrestres de Sur y Centroamérica hasta llegar a los Estados Unidos. Con Amparo nos encotramos en Necocli-Colombia, conocida como la puerta del entrada al Darién. Sin embargo, ella lleva tres meses en dicho lugar, tratando de reunir dinero para continuar el viaje, dado que fue asaltada en el camino, motivo por el cual tuvo que continuar su recorrido “muliando” o en ‘pirateados’ como se les conoce localmente a los camiones que son usados por los migrantes en tránsito. Ahora ella vende chupetes a las afueras de un supermercado, con su hija menor en brazo. Termina contándonos que “todos los días están llegando más migrantes desde Ecuador”.
Pero para el Presidente Noboa la migración por el Darién a disminuido, lo cual es falso dado que se mantiene el promedio de 3.000 migrantes mensuales por esta ruta desde octubre del año pasado según datos de Migración Panamá. Y, además, se observa un incremento significativo de migrantes que prefieren sortear la peligrosa selva del Darién y deciden ir por vía áerea hasta El Salvador. En efecto, desde enero hasta abril de 2024, aproximadamente 40.000 ecuatorianos han volado a dicho país (Ministerio del Interior, Ecuador), para de ahí continuar la ruta de manera terrestre.
Esto hizo Willy, quien viajó para San Salvador el 30 de abril, sin embargo ahí le atrapó ‘la migra’ y fue deportado a Ecuador, sin embargo, inmediatamente volvió a salir esta vez por tierra. La mayoría de su familia ya está en Estados Unidos nos cuenta. Todas los migrantes en tránsito con los que hemos hablado, narran lo duro de la travesía. Y, aunque los ojos ahora están puestos sobre todo en lo que ocurre en el Tapón del Darién, el paso por Centroamérica y México es igual de peligroso ya que también ahí operan, desde tiempo atrás, mafias y carteles de la droga quienes capturan, secuestran y ‘vacunan’. Edú, otro migrante que mientras escribo estas letras se encuentra transitando por México, nos cuenta vía whatsApp que ayer fueron secuetrados 40 migrantes.
Nos comenta que la situación se ha puesto muy caliente, más aún a raíz de la ruptura de relaciones diplomáticas debido a la invasión de la polícia ecuatoriana en la Embajada de México en Ecuador: “ahora toca conseguir coyote para poder seguir avanzando, a unos panas de Ecuador les mocharon los dedos solo por ser ecuatorianos y los tienen secuestrados”. A este drama se suma la noticia del cierre de consulados de Ecuador en México desde mediados de mayo, con lo cual los compatriotas, tanto los que transitan como los que ahí residen, se quedan en la indefensión. Resulta vergonzoso pedir a organismos internacionales como OIM y ACNUR que se encarguen de los ecuatorianos en México como informó el gobierno en la III reunión ministerial de la Declaración de los Ángeles, cuando es una responsabilidad del Estado velar por los ecuatorianos en el exterior tal como indica la Constitución de la República.
José, oriundo de Chimborazo, otro migrante ecuatoriano que se dedicaba a la agricultura antes de salir, nos contó como en uno de sus intentos de migrar en el año 2016, les agarró la policía en el Estado de Tuxtla Guitiérrez, México, y fueron encerrados por 5 semanas en la Estación migratoria Siglo XXI, ubicada en Tapachula. Cuenta lo duro que fue esa experiencia y que lograron salir gracias a que “nos contactamos con el embajador de Ecuador y nos dio asistencia en México”.
Como es de conocimiento, la Convención de Viena sobre Relaciones Consulares de 1963, señala claramente las atribuciones que tienen los cónsules, entre los cuales está prestar ayuda y asistencia a los connacionales, representar ante tribunales, entre otras. Lo que cuenta José es una muestra de la importancia y el apoyo que se puede dar desde el servicio exterior. Vale resaltar que en el artículo 2, numeral 3, de dicha Convención, se señala de manera textual que: “La ruptura de relaciones diplomáticas no entrañará, ipso facto, la ruptura de relaciones consulares”.
Sabiendo la necesidad e importancia de tener una representación consular, más aún en el contexto de incremento de migrantes ecuatorianos en tránsito por dicho país, el gobierno no solo que miente al señalar que se ve obligado a cerrar los consulados en dicho país, sino que con tal decisión no hace más que ratificar la poca o nula importancia que el Presidente del ‘nuevo Ecuador’ da a los asuntos migratorios. El propio hecho de negar el incremento de migrantes y no decir absolutamente nada sobre el tema en su informe a la Nación, nos da a enteder que para Noboa y su equipo, la salida de cientos de miles de ecuatorianos no es un asunto de interés público ni de preocupación en su administración. Los supuestos ejes de acción en esta materia, “reducción y prevención de la migración riesgosa” y “protección de ecuatorianos en el exterior” señalados en la gira a Italia del Presidente y la Canciller, se quedan solo en retórica.
No hay luces de que la crisis en Ecuador vaya a solventarse en corto tiempo. Los datos sobre inseguridad, pobreza, desempleo, ‘vacunas’, muertes violentas dan cuenta de ello. Mientras esto ocurre, para muchos ecuatorianos el mayor riesgo no es la migración, sino quedarse en el país, por eso veremos en este segundo sementre más imágenes e historias como las de Amparo, Willy, Pepe, Edú, quienes están buscando días mejores en tierras lejanas, dado que el país se está poniendo feo, muy feo.
Si, el último que apague la luz o sople la vela…