Por Roberto Marchán

En las Constituciones Políticas de la República del Ecuador previas a la del 2008, existían tres estados o situaciones en las que podía estar el Estado Ecuatoriano:

1. Estado de normalidad

2. Estado de excepción y

3. Estado de guerra.

Esta realidad obedecía que el país (en especial desde la invasión peruana de 1941 y la consecuente firma del Tratado de Rio de Janeiro de 1942), se encontró por mucho tiempo con un conflicto permanente de carácter internacional con el Perú, y que se percibía como una amenaza existencial a la supervivencia misma del Estado.

El “estado de guerra”, que se aplicaba de forma exclusiva para el caso de un conflicto internacional, le permitía al ejecutivo a tomar medidas específicas y amplias como:

  • Movilizar a las FFAA
  • Restricción de derechos y libertades
  • Dictar medidas de emergencia económica
  • Dictar medidas de emergencia para el orden y seguridad

En general una gran cantidad de acciones discrecionales para movilizar recursos del estado e incluso privados, para apuntalar el esfuerzo bélico y que contaba con un poco control de parte del Congreso Nacional, el cual solo era notificado de la situación, sin tener capacidades reales de modificarla.

A partir de la Constitución del año 2008, y después de la firma de la paz con el Perú (1998), se establecieron cambios importantes a la normativa:

  1. Desaparece el “estado de guerra” como una figura constitucional autónoma
  2. Se regula los “estados de excepción” que incluye: Conflicto armado internacional o interno; grave conmoción interna; catástrofes naturales; emergencia sanitaria; otras circunstancias que amenacen la seguridad del Estado.

Esto implica que el conflicto armado internacional se incluía dentro del marco del estado de excepción.

La constitución del 2008 establece un marco más riguroso y garantista para todos los estados de excepción al contrario de lo que ocurría antes, estableciendo entre otros:

  • Duración limitada de máximo 60 días prorrogables
  • Control judicial inmediato por parte de la Corte Constitucional
  • Informe favorable de la Asamblea Nacional
  • Y establece prohibiciones expresas como que no se pueden suspender los derechos como el DERECHO A LA VIDA, LA INTEGRIDAD Y EL DEBIDO PROCESO.

En general esta constitución tiene un enfoque basado en Derechos Humanos y en la proporcionalidad de la acción del Estado que debe ser: justificada, proporcional, no discriminatoria y restringida a lo estrictamente necesario.

Además reconoce explícitamente la aplicación del derecho internacional humanitario y las normas del derecho internacional que no se pueden violar ni en un conflicto armado.

Resumen de los principales cambios

AspectoAntes (constituciones anteriores a 2008)Después (Constitución de 2008)
Figura de «estado de guerra»Existía como figura separadaDesaparece, se integra en «estado de excepción»
RegulaciónMenos control, más poder presidencialMayor control constitucional y judicial
DerechosSuspensión más ampliaLímites claros y protección reforzada
EnfoqueSeguridad y soberaníaDerechos humanos y proporcionalidad
Derecho internacionalMenos explícitoReconocimiento obligatorio del DIH y DD.HH.

Como podemos ver, la doctrina constitucional fue evolucionando y en el 2008 se pretendió poner límites al poder que mantenía el gobierno de turno en una situación de guerra internacional, y además ir alineando la legislación del Ecuador a la doctrina de Derechos Humanos, el derecho Internacional Humanitario, el Derecho Internacional y a las garantías y libertades de la población.

Esta situación no fue del agrado de ciertos mandos y miembros de FFAA que vieron en ello una disminución del poder del estado y en particular de la institución militar para actuar en contra del “enemigo interno”, una figura derivada de la vieja “Doctrina de Seguridad Nacional” establecida en todas las Américas por parte de los norteamericanos en el marco de la “guerra fría”.  El “enemigo interno” es una figura ampliamente diseminada en la mentalidad de los militares de las Américas y que sirve para justificar la ejecución de acciones de carácter militar (eliminar al enemigo), en contra de connacionales, lo que en circunstancias normales sería objeto de acciones únicamente policiales.

El Gobierno Nacional, en el marco de su supuesta “guerra interna”, ha visto como una limitación a su accionar la norma constitucional que elimina la figura de “estado de guerra”, y que establece controles y restricciones legales. Para sortear esta situación el gobierno pretende saltarse la norma constitucional para que, por medio de una ley de carácter inferior, “resucitar” la figura de “estado de guerra” pero sin nombrarla, además ampliarla y reforzada, extendiendo su accionar a la figura de la supuesta “guerra interna” que según el gobierno vivimos los ecuatorianos.  

Pretende también incrementar las capacidades discrecionales del Presidente de la República para legislar, suprimir derechos y movilizar recursos, a la vez que va disminuyendo los controles de los organismos encargados de ello: la Corte Constitucional y la Asamblea Nacional.  Todo ello con el entusiasmo de ciertos mandos de FFAA, de la Policía Nacional, y de una gran parte de la prensa y de una población asustada por la supuesta “guerra interna”, la inseguridad y la retórica de guerra.   

La probable aprobación de ese marco legal, nos retrae como Estado a la realidad que se vivió durante una gran parte de la segunda mitad del siglo XX, con un Estado, sus FFAA y Policía con un gran poder por sobre los ciudadanos. Poder que probablemente será mal utilizado y nos llevará a una nueva situación donde los derechos de los ciudadanos serán limitados, restringidos y donde se pueden cometer muchos abusos y situaciones que nos recordarán a lo ocurrido en los países del cono sur.

En resumen, el gobierno al cual los políticos y los medios acusaron de “autoritario” nos legó una constitución con grandes limitaciones al poder real del presidente, que estableció controles y restricciones a ese poder; mientras que, el gobierno que los medios tildan de “democrático” está intentando retraer las conquistas sociales en cuento a derechos y libertades, incrementar su poder y perennizar su permanencia en el gobierno, todo ello en base a una manipulación maniquea de la supuesta “guerra interna” que no existe.

La realidad del país, la acción de un gobierno claramente oligárquico, políticos irresponsables y  medios de comunicación coludidos con el Gobierno, nos hace presagiar días obscuros para la República y sus ciudadanos, ojalá nos equivoquemos, pero lo que ocurre en el país y la acción del gobierno nos hace pensar que se está irresponsablemente intentando abrir las puertas del infierno, lo que nos puede llevar a un gran sufrimiento social y a la desaparición misma del Estado Ecuatoriano como lo conocemos.

Por RK