Por Alex Olano

El primero en hacerse visible es el Cartel de Sinaloa, traído a Colombia por Jaime Alberto “el pecoso” Uribe, hermano del expresidente colombiano Álvaro Uribe Vélez, con control territorial y del pacífico colombiano y ahora buscando someter a sangre y fuego el norte ecuatoriano, así como en los puertos de Esmeraldas, Manta y Guayaquil.

La prensa ecuatoriana está en mora de realizar estudios serios sobre este fenómeno de rápido crecimiento y destape, más cuando Ecuador pasó de un estricto control monetario al lavado de activos impulsado por el gobierno de Rafael Correa, a posiciones cada vez más laxas con ese delito como las de Lenin Moreno y el banquero Guillermo Lasso.

Ello sumado a la evidente propuesta de someter a los ciudadanos ecuatorianos con la ya conocida táctica del cartel de generar estrategias de pánico e intimidación a la población civil, carros bomba, colgados o cuerpos mutilados distribuidos principalmente en Guayaquil.

La punta de iceberg son los asesinatos en los centros de reclusión penal, donde las pequeñas bandas ajustan cuentas para asumir la distribución que requiere y por la que paga el cartel de Sinaloa

Una copia del modelo colombiano
Bajo esta metodología se interrelacionan varios elementos con la estructura criminal, un sector financiero que colabore con el lavado, una estructura militar que proteja el negocio, una clase política que someta a los entes de control (y ponga a disposición las leyes) y una agencia norteamericana que facilite la relación entre narcotráfico y política.

En este último punto la incidencia de la CIA en Ecuador desde la llegada de Lenin Moreno al poder ha sido más que evidente, de hecho, precisamente esta agencia es la que ha sido más vinculada a escándalos por promover alianzas entre gobiernos y actores del narcotráfico.

Y es que con la llegada de Lenin Moreno se inició el desmonte paulatino de controles al negocio de la droga, sobra recordar el desmonte de los radares de Manabí, la desfinanciación de los puntos de vigilancia fronterizos e incluso la desarticulación de los controles estrictos que tenía Rafael Correa en el sector financiero frente a esta actividad criminal

El cambio de gobierno en Colombia junto con el respaldo de la sociedad al fortalecimiento institucional, han hecho que mafias colombianas y mexicanas busquen consolidar sus estructuras en Ecuador, que ha ido convirtiéndose poco a poco en la salida portuaria de la droga suya y de Perú.

Múltiples informes de seguridad señalan que dichas organizaciones criminales les pagan con armas a las bandas delincuenciales encargadas de la logística en Ecuador, con lo que se pretende la toma territorial del país y el sometimiento con terror de los ecuatorianos.

De repetirse el modelo colombiano en Ecuador, los líderes del narcotráfico accederían al control del Estado a través de la política, de la sociedad con el sector financiero y los militares terminarían siendo los servidores de la seguridad del cartel.

De lo visto en Colombia, el narcotráfico busca alianzas comerciales con los sectores productivos del país que permitan realizar el lavado de activos además de consolidar una línea de extrema derecha que proteja la estabilidad del negocio gracias al control institucional y de la sociedad, llegando incluso muchas veces a la conformación de grupos paramilitares que consoliden el control territorial zonas agrícolas y rutas dedicadas a la producción y comercialización de coca.

Pistas a seguir
Si bien la exitosa fórmula de las organizaciones criminales de Colombia aún está en estudio, el modelo si deja prever algunas de sus características.

Banqueros con cuentas en paraísos fiscales.
En Colombia uno de los grandes aliados del narcotráfico es la banca, incluso muchas veces con la anuencia del gobierno de los Estados Unidos.

Militares sorprendidos transportando droga.
El uso de las fuerzas militares por el cartel es una práctica común, en Colombia parte del mecanismo de la principal organización criminal para asegurarse en el poder, fue hacer que miembros de la fuerza pública participaran en el negocio.

La prensa como elemento distractor.
Otra de las formas de este sistema criminal es controlar los medios de comunicación, de un lado para distraer a la sociedad mientras el cartel asume el manejo institucional, y de otro para maximizar el terror generando pánico paralizante en la sociedad.

Una agencia norteamericana bloqueando la justicia.
En sonados y múltiples casos la Embajada de los Estados Unidos en Colombia bloqueó o incluso intimidó a jueces para evitar que narcotraficantes bajo su protección fueran llevados ante la justicia.

Desaparición de mujeres y niños.
Una de las muestras más graves de cómo el cartel asume el control de la sociedad es la desaparición de personas, principalmente mujeres y niños.

Ello se debe a los negocios de tráfico de personas y órganos que mantiene el Cartel de Sinaloa como delito conexo con las mafias asiáticas.

Desafortunadamente los anuncios con rostros de personas desaparecidas comenzarán a hacerse comunes.

Ecuador vive un momento trascendental y coyuntural donde es extremadamente importante que la sociedad se entere y comprenda lo que está sucediendo.

Fuentes y sitios clave:

Bevins, Vincent. (2021) El método Yakarta. Ed Capitán Swing. Barcelona.

Levy, Aida. (2013) El rey de la cocaína. Editorial Vintage Español.

Maradeo, Julián. (2022) La DEA en Argentina, una historia criminal. Ed Planeta. Buenos Aires.

Rodríguez, Luis Torres. (2011) Fidel Egas Grijalva. Quiebras y corrupción en Ecuador, historia de un banquero.

Vélez, Álvaro. (2022) Economía Política de las drogas en la frontera norte ecuatoriana. Ed Simón Bolívar. Ecuador.

Webb, Gary. (1999) Dark Alliance: The CIA, the contras, and de crack cocaine explosión. L.A.

Tomado de diario 16

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