Por Atilio Boron
Mucha gente de la Patria Grande, que lucha por la emancipación integral de nuestros pueblos, me ha escrito pidiéndome una explicación ante la propuesta del «voto nulo» para las elecciones del 11 A. No la sé. La historia continúa y la lucha sigue. Comprender cabalmente el sentido de esa propuesta nos permitirá enfrentar con éxito nuevas batallas. Merecemos que quienes la propusieron brinden una explicación.
Buenos Aires, 18 Abril 2021.
Estimadas/os:
Estoy intrigado porque aún espero que “las izquierdas del Ecuador” y los compañeros del Consejo Político de la Conaie, que el 9 de Abril llamó a votar nulo -por ser esa la única “expresión de la rebeldía y el rechazo frente al saqueo, la corrupción, el racismo, el entreguismo”- hagan el favor de sacarme de las tinieblas y explicarme los avances de la liberación nacional, la emancipación social y la restauración de los derechos de los pueblos originarios producido gracias a la oportuna derrota de Andrés Arauz en las elecciones presidenciales del pasado 11 de Abril.
Afortunadamente, y gracias a ese resultado, ahora el Ecuador estaría un paso más cerca del socialismo y la revolución, y el camino de la lucha anticapitalista, antiimperialista, antipatriarcal y antiextractivista se abre ancho y venturoso bajo el liderazgo de Guillermo Lasso. Pese a que este fraudulento banquero sintetiza en sus entrañas al más rancio neoliberalismo con las excrecencias medievales del Opus Dei, la caprichosa e inescrutable dialéctica de la historia ha puesto en sus manos la realización de las bellas expectativas de “las izquierdas del Ecuador” y el Consejo Político de la Conaie, mismas que sin dudas se verán materializadas más pronto que tarde. Sin embargo, el hecho de que Lasso haya enviado la invitación para participar en la ceremonia de asunción presidencial del próximo 24 de mayo a Juan Guaidó y la promesa de la llegada de una delegación de muy alto nivel de Washington parecerían indicar que el nuevo gobierno alberga algunas vacilaciones -que no habría que magnificar, por supuesto- en relación a lo esperado por los partidarios del «voto nulo.»
Puede ser que mi cansado cerebro ya no sepa descifrar los matices de este cambio y se inquiete ante algunas extrañas paradojas. De ahí mi ruego a los compañeros y compañeras arriba mencionados para que se compadezcan de mis limitaciones y de forma clara y distinta, como quería un tal René Descartes, me expliquen los contenidos del paso adelante para las causas populares que en buena hora se concretara gracias al triunfo de Guillermo Lasso el pasado 11 de abril. Sólo así podré recuperar mi tranquilidad de espíritu y retornar a mis labores docentes sin el peso de inquietantes –seguro que infundados- presagios.
A la espera de vuestra pronta respuesta, me despido con un fraternal abrazo