Por Gonzalo J. Paredes

¿Es posible la reducción de las tasas de interés? El liberalismo sostiene que el mercado libre es el motor del progreso, idea que se desprende de la principal obra de Adam Smith Investigación sobre la naturaleza y causas de la riqueza de las naciones, publicada en 1776. Y es que la búsqueda del interés propio, la obtención y maximización del beneficio, traería consigo prosperidad para el conjunto de la sociedad. Sin embargo, Atilio Boron en su libro El hechicero de la tribu cuestiona estas aseveraciones y señala que: “el escocés era consciente de que, dadas ciertas circunstancias, la “mano invisible” podía ser incapaz de realizar su acción bienhechora y producir, como resultado, la generalización de la pobreza” (p. 64).  

Las reflexiones de Boron giran alrededor de que la búsqueda del interés propio no resulta en una prosperidad generalizada (y tampoco en una asignación eficiente de los recursos escasos). En los años de la dolarización, la banca privada ecuatoriana ha obtenido una rentabilidad superior al promedio de todos los sectores de la economía. En 2019, mientras que la economía se desaceleraba fuertemente y estaba a las puertas de una profunda crisis por la gestión de Richard Martínez en el ministerio de Economía, la banca alcanzaba un spread de 6,28 % (Paredes, 2021, p. 182) y utilidades por USD 615,77 millones (el ROE fue de 13,9 %, el más alto desde 2012). 

Pero más allá del nivel de rentabilidad y su relación con el ciclo económico, lo preocupante ha sido la orientación y asignación del crédito. Con respecto a la primera, el crédito de consumo aumentó sostenidamente. Al 31 de diciembre de 2019, esta cartera representó más del 38 % del total de créditos cuando en 2003 era un poco más de su cuarta parte. Con respecto a la asignación crediticia, la búsqueda de la maximización de la utilidad con base en los techos a las tasas de interés (vigente desde 2007) llevó a que los banqueros colocaran créditos a una tasa que no correspondía al nivel de riesgo de los prestatarios menos problemáticos. Asimismo, se profundizó el llamado racionamiento crediticio. Esto ha contribuido a los problemas estructurales de la economía ecuatoriana.

Por lo tanto, con el mecanismo de fijación de las tasas de interés, los banqueros no clasifican a los clientes por su nivel de riesgo para el otorgamiento de los préstamos, sino que los ubica (a casi todos, en sus distintos segmentos) en el límite de las tasas de interés estipuladas por el banco central. Si lo hiciera, la rentabilidad de los bancos disminuiría, más acorde a las necesidades del desarrollo productivo del país.

Por otro lado, cuando a los banqueros se les pide que apliquen una reducción a las tasas de interés, señalan lo costoso del fondeo, los impuestos y la prima de riesgo. Sin considerar, los altos costos generales y los gastos de provisión. Según cifras de FELABAN (2021), Ecuador y su sistema bancario ostenta un indicador de ineficiencia a diciembre de 2020 por encima de gran parte de los países de la región, solo superado por Argentina, El Salvador, Guatemala y Perú1

Entre 2002 y 2020, los costos generales (gastos operacionales, según nomenclatura de la Superintendencia de Bancos) fluctuaron en un rango de 41-51 % (sobre los ingresos totales). Asimismo, entre 2002 y 2020, el gasto de provisión oscila en un rango de 9 a 22 % y, según FELABAN (2021), la provisión acumulada que cubre a la cartera vencida es una de las más altas de la región, lo que demuestra que la banca privada ecuatoriana es excesivamente prudente y conservadora (Paredes et al., 2020). El nivel de gasto operativo y de provisión influyenen gran manera en la imposibilidad de reducción de las tasas de interés, estos rubros en conjunto absorbieron 56 % y 62,77 % en 2019 y 2020, respectivamente. Los impuestos y la participación a los trabajadores ni siquiera alcanzaron los 7 puntos porcentuales de los ingresos totales (los más altos en 2007 y 2019). 

En las últimas semanas, desde las autoridades del Banco Central del Ecuador (BCE) y de la Superintendencia de Bancos se han bosquejados los nuevos principios para la regulación de las tasas de interés: i) la existencia de bandas, en vez de techos2; y 2) el nivel de tasa de interés corresponderá por el tipo de cliente (y su riesgo)3. Si estos principios se aplican repercutirán positivamente en la rentabilidad del sector bancario, y aunque la nueva regulación implique que el crédito llegue a más consumidores y empresarios (con un mayor riesgo), eso no contribuirá a la sostenibilidad de esos actores económicos.  

Frente a la falta de competencia del sector en el corto y mediano plazo, las tasas de interés se pueden reducir mediante disposición de la Junta de Política y Regulación Monetaria y Financiera, ya que el mercado por sí solo no llevaría a cabo tal caída. Y es que el fuerte poder de mercado y la alta concentración lo impiden, excepto cuando disminuye la demanda de crédito y los bancos compiten por ella (Prado, 2018). Mientras tanto, las tasas se mantendrán en niveles que no impulsan la acumulación de capital, necesaria para establecer un crecimiento fuerte y sostenible. La propuesta sería de la siguiente forma: 

1) los créditos a las empresas grandes tendrían las tasas de interés más bajas, menos de cinco por ciento, de tal forma que los banqueros se vean desincentivados a concentrar cada vez más el crédito en este segmento;

2) aumento del techo de la tasa de interés de los segmentos de la cartera consumo para desincentivar a los prestatarios; 

3) disminución del techo de los créditos productivos pymes a un digito; 

4) aumento del techo de la tasa de interés de los segmentos del crédito comercial; y, 

5) mantener los niveles de tasas de interés de los otros segmentos de créditos. 

Estos nuevos techos deben acompañarse con la fijación de montos de préstamos para cada segmento para aplicar una reorientación del crédito que corrija el cada vez mayor peso de los créditos de consumo e incentive la producción y la exportación. Asimismo, la Superintendencia de Bancos debe promover políticas en conjunto con el Banco Central del Ecuador para que los bancos privados, dentro de los techos estipulados, concedan créditos a tasas de interés más acordes al riesgo del solicitante. Esto para evitar que una persona o empresa de muy bajo riesgo reciba un crédito al techo fijado en su segmento. 

Por su parte, los banqueros privados señalan que “hay que entender que las tasas de interés son el resultado de las condiciones en las que opera el sistema bancario, es una consecuencia y no la causa de los problemas” (Prado, 2018, p.2). Sin embargo, la cada vez mayor participación de los créditos de consumo en la cartera total de los bancos y una asignación crediticia que castiga a los tomadores de créditos de bajo riesgo con la aplicación de los techos estipulados por la regulación estatal ponen en duda de que las tasas de interés sea una consecuencia de la intervención del Estado.

Más bien, la búsqueda de la maximización de la utilidad ha provocado que la banca cada vez más se separe de su rol fundamental en la economía: trasladar el ahorro a la inversión y generar un crecimiento económico sano, fuerte y sostenible para superar problemas estructurales. Por lo tanto, si se materializa la propuesta de la Superintendencia de Bancos y del Banco Central del Ecuador para una nueva regulación de las tasas de interés, los resultados serán: i) crédito más caro4; ii) una asignación y orientación más proclive a tomadores de crédito más riesgoso (la cartera microcrédito ganará peso y se racionará el crédito a los menos riesgoso); iii) se profundizará la separación de la banca con los sectores más productivos del país; y, iv) un sistema bancario altamente rentable en disociación permanente con los demás sectores de la economía. 

Notas

1. Shamshur & Weill (2019) afirman que una mayor eficiencia bancaria se asocia con un menor costo del crédito para las empresas prestatarias. 

2. Orozco y Alvarado (15 de julio de 2021). 

3. Villon (23 de julio de 2021).

4. Como era antes de 2007. Véase Altas tasas por créditos financieros, (4 de abril de 2002).

Bibliografía  

Altas tasas por créditos financieros. (4 de abril de 2002).  El Universo, p. 5A. Recuperado de https://www.eluniverso.com/2002/04/04/0001/9/ECEF254343A045108C399F8F6D80F27D.html/

Boron, A. (2019). EL hechicero de la tribu Mario Vargas llosa y el liberalismo en América Latina. México, D. F.: Ediciones Akal. 

Federación Latinoamericana de Bancos (FELABAN) (2021).  Estadisticas indicadores homologados. Recuperado de https://indicadores.felaban.net/indicadores_homologados/

Orozco, M. y Alvarado, P. (15 de julio de 2021). No habrá techos sino bandas para tasas de interés. Diario El Comercio. Recuperado de https://www.elcomercio.com/actualidad/negocios/techos-bandas-tasas-interes-economia-ecuador.html

Paredes, G. J. (2021). La orientación del crédito y el spread de la banca privada en Ecuador: causa y medición. En Paredes, G. J. y López, G. (Coords.),Teoría y análisis de la banca privada en Ecuador (pp. 173-184). Guayaquil, Ecuador: Dirección de Publicaciones UCSG. 

Paredes, G. J., Brenta, N., Maridueña, Á., & Pareja, M. J. (2020). Ecuador: la prudencia financiera de la banca privada en dolarización (2001-2019). Revista Economía72(115), 51-67.

Prado, J. J. (2018, octubre). Respuestas sencillas a preguntas complejas. Revista asobanca. Recuperado de https://www.asobanca.org.ec/publicaciones/revista-asobanca/revista-asobanca-no90-octubre-2018

Shamshur, A., & Weill, L. (2019). Does bank efficiency influence the cost of credit?. Journal of Banking & Finance105, 62-73.

Villon, J. (23 de julio de 2021). Se ha propuesto una tasa de interés en función del riesgo del cliente, señala superintendenta de Bancos, Ruth Arregui. Diario El Universo. Recuperado de https://www.eluniverso.com/noticias/economia/se-ha-propuesto-una-tasa-de-interes-en-funcion-del-riesgo-del-cliente-senala-superintendenta-de-bancos-ruth-arregui-nota/

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