Por Pedro Pierre
Las recientes elecciones europeas demuestran la fuerza de la extrema derecha. ¡En Francia y en Alemania pasa a ser el primer partido nacional! Frente a esta situación el presidente francés, Emmanuel Macron, disolvió la Asamblea legislativa y convocó a elecciones. Todo esto ha creado cierto pánico nacional, porque la costumbre es que el mayor partido pone el primer ministro del gobierno, situación muy incómoda para la gobernabilidad… El presidente del partido de Emmanuel Macron habló enseguida de un ‘pacto’ con la extrema derecha, lo que le costó su destitución. Los partidos de izquierda han decidido unirse con un plan de gobierno común, a pesar de sus diferencias y rivalidades: El Partido Socialista, los Verdes o Ecologistas, el partido Comunista, conformaron un “Nuevo Frente Popular”.
“Cada país tiene el gobierno que se merece”. ¿Cómo se ha llegado a esta situación? Con razón se culpa el presidente Emmanuel Macron y su partido de derecha que gobernaron según los presupuestos del neoliberalismo, favoreciendo las grandes multinacionales, las privatizaciones, la persecución a los migrantes, el silencio frente a genocidio de los Palestinos (¡Francia no ha reconocido la Autoridad Palestina!), el apoyo al gobierno de Ucrania, las sanciones a Rusia (en particular el corte de las informaciones provenientes de Rusia: ¡increíble!), etc. Desde décadas, los ciudadanos protestan por su malestar, como los conocidos manifestantes ‘Chalecos Amarillos’… pero sin mayor incidencia sobre el gobierno. La mayoría de los ciudadanos se satisfacen con el consumismo, el confort, la buena comida y los buenos vinos, los celulares, el turismo, los juegos olímpicos y también la indiferencia y la poca importancia que prestan a la vida política nacional.
Igualmente, los grandes medios de comunicación son los responsables de esta situación. ¡Basta saber que el 90% de ellos están en manos de 9 propietarios!… neoliberales, por supuesto. Es la gran manipulación mediática y la falta de control de los medios digitales que se dedican a ‘formatear’ la mente de los ciudadanos para aceptarlo todo.
Añadiré un tercer responsable de la actual catástrofe política: la Iglesia católica. No me refiero sólo a «la jerarquía», sino a los cristianos en general. Estamos asistiendo al «colapso del cristianismo en Europa» … La gran mayoría de los cristianos, por diferentes motivos, han preferido abandonar la religión o seguir ‘mirando para otro lado’, en lugar de afrontar la realidad de las iglesias vacías y emprender el compromiso social del mensaje de Jesucristo. De allí viene el colapso religioso actual. Es cierto que en este tema los obispos y los sacerdotes tienen una responsabilidad muy grande por no abrir nuevos caminos más acordes a la nueva cultura.
Personalmente pienso que el desastre actual comenzó con la caída del Muro de Berlín en 1989. Debido a la implosión de la URSS a esta fecha, ‘el Pacto (militar ruso) de Varsovia’ se disolvió… pero no la OTAN (Organización -militar occidental- del Tratado del Atlántico Norte), a pesar de que no tenía más razón de ser. Fue en ese momento cuando la CIA (Centro de Inteligencia de América del Norte) puso en marcha en Europa la manipulación de las mentes europeas para llegar a donde estamos en Francia, Alemania, Ucrania y Europa en general: la restauración de la extrema derecha y del nazismo (como es le caso de Ucrania) para salvaguardar la hegemonía del capitalismo bajo la tutela del gobierno de Estados Unidos. La mayoría de los gobiernos de Europa, con el apoyo mayoritario de sus ciudadanos, apoyan a Ucrania y el enfrentamiento de la OTAN con Rusia. Por una parte, la extrema derecha supo aprovechar hablando de paz con Rusia, pero al mismo tiempo continúa con un discurso belicista contra el comunismo. Por otra parte, fomenta el nacionalismo contra las prerrogativas de Europa, uniéndose con la derecha europea.
¿Qué futuro esperar tanto en lo socio-político como eclesial y religioso? Europa y Francia en particular necesitan dar un gran salto para no hundirse bajo el nazismo y el materialismo deshumanizante. Una mirada histórica puede darnos luces de esperanza. Miremos el desarrollo de la Segunda Guerra Mundial. Cuando el nazismo amenazaba con dominar Europa, surgieron la Resistencia armada clandestina en Francia, desde 1940, con el apoyo de Rusia en el frente norte de Europa y la alianza con Inglaterra, España e Italia; Estados Unidos llegó 5 años después. Se logró vencer al nazismo.
En lo eclesial, el Concilio Vaticano II, a principios de los años 1960 marcó el comienzo de una renovación de la Iglesia católica. Lastimosamente se detuvo en este caminar…Ahora, frente a la búsqueda de nuevas espiritualidades y sus correspondientes expresiones religiosas, se necesita retomar creativamente el camino conciliar para no hundirse más. ¿O tal vez tenga que ‘morir’ la Iglesia católica para ‘resucitar’ renovada y libre de todo lo que la detiene? El Papa Francisco abre nuevos caminos a una ‘locomotora’ vieja de más de 16 siglos, por ejemplo, con la sinodalidad. Pero, ¿se interesa la mayoría de los católicos en la sinodalidad? Allí están los desafíos.
La crisis actual social y eclesial es la oportunidad que debemos aprovechar para despertar, construir juntos una Europa nueva y emprender decididamente el camino del ‘Movimiento por el Reino de Jesús de Nazaret. Como ayer cuando la 2ª Guerra Mundial y el Concilio, cada uno tomará su propia decisión para enfrentar el futuro: hundirse más en el abismo del fascismo y el materialismo o unirse y decidir luchar colectivamente por un futuro más humano, es decir, más fraterno, más justo y espiritual. Sigo apostando por este último camino con todas y todos los que, especialmente entre los jóvenes, no esperaron la confirmación del desastre actual para vivir y creer de otra manera.
América y Ecuador especialmente están es una encrucijada algo parecida y su historia reciente y ancestral les ofrece caminos de esperanza, resurrección y valentía para conseguir la vida mejor que se merecen.