Por Luis Varese
Ningún futuro evolutivo aguarda a la persona, si no es en asociación con los demás.
(Pierre Theilard de Chardin.SJ)
Cristianismo y Revolución
Pretender que lo justo radica en la discriminación va en contra del predicamento de Cristo, que este mes cumple 2022 años de nacido y de su mensaje de igualdad, fraternidad, solidaridad. Va contra el mensaje de Amor Universal de todas las religiones, y de condena al único pecado que reconoce el Nuevo testamento, el egoísmo, la codicia. “Ser cristiano es ser testigo de la resurrección de Jesús, y significa también superar la pobreza, que es muerte, algo inhumano, contrario a la voluntad de Dios. Si la pobreza es contraria a la voluntad de vida de Dios, luchar contra la pobreza es una forma de decirle sí al reino de Dios.” Gustavo Gutiérrez, Dominico peruano. Teología de la Liberación.
Estas concepciones originaron en América Latina el impulso de una corriente de pensamiento teológico que recogía como elemento fundamental el compromiso de la Iglesia Católica con los pobres, con los desposeídos. Es decir la relación con Dios no es solamente vertical, individual, sino que es y debe ser horizontal a través del conjunto de la comunidad. Y esa comunidad no puede tener discriminados. Es inherente a la colectividad la lucha por la igualdad de derechos y de acceso a los recursos.
En Nuestramérica así se entiende la militancia cristiana desde las comunidades de base, desde la iglesia de los pobres. Aquí se ha producido un pensamiento coherente y lúcido que se convirtió en enemigo del Imperio y de los ricos, que hicieron todo lo posible por liquidarlo.
La Teología de la liberación se volvió inmediatamente materia de estudio de los think tank, de los aparatos de inteligencia y de la derecha estadounidense. Aparece como enemigo a ser derrotado en los Documentos de Santa Fe 1 y 2, compilados por la CIA. Reagan primero y luego los Bush la tuvieron en la mira, e hicieron lo posible por destruir esta opción de militancia religiosa, en complicidad con la iglesia de los ricos. El asesinato de sacerdotes, de monjas, de militantes cristianos en sus parroquias dejó de ser condenado públicamente y con la fuerza indispensable, por la Curia Romana. La iglesia de los ricos, pasó a ser enemiga y cómplice de dictadores y gobiernos de ultraderecha, en Argentina, Chile, Paraguay, Bolivia, Brasil, Colombia, Perú, Ecuador. La iglesia de los ricos se convirtió en refugio de las más oscuras conspiraciones y confesiones.
Y hoy en Nicaragua, la Iglesia de los ricos se levanta como cabeza visible de una reacción antipopular, anti cristiana, defendiendo privilegios que el Evangelio condena.
La corriente de donde nace la opción de Gaspar García Laviana
Una clarinada de mucho impacto, fue la incorporación pública del Padre Camilo Torres Restrepo a la guerrilla del ELN, en Colombia en 1966. Su militancia y sacrificio inspiró a muchos, definió a otros y convocó a miles de jóvenes hacia el movimiento revolucionario. Su libro Cristianismo y Revolución es precursor y parte de esta corriente de pensamiento en un Continente mayoritariamente católico y brutalmente desigual.
Pensadores militantes, como Frei Betto, Leonardo Boff, Dom Elder Cámara, Monseñor Casaldáliga en Brasil; Miguel de Escoto Brockman, Fernando Cardenal, Ernesto Cardenal, Edgard Parrales, Uriel Molina, en Nicaragua; Gustavo Gutiérrez en Perú, Samuel Ruiz en México o Monseñor Leonidas Proaño en el Ecuador, por citar algunos ejemplos, fueron sancionados o marginados con los mecanismos propios de la curia vaticana, utilizando el Derecho Canónigo a favor de los ricos. Unos suspendidos ad divinis (es decir sin poder ejercer plenamente su sacerdocio) otros llamados al silencio y otros simplemente colocados en lugares donde no “dañaran” y fueran menos influyentes.
En los años 80 en Centroamérica, la represión contra los seguidores de la Teología de la Liberación o contra aquellos miembros progresistas de la Iglesia Católica fue despiadada. El 24 de marzo de 1980 se produce el asesinato de Monseñor Óscar Arnulfo Romero mientras oficiaba misa. Poco tiempo antes, Monseñor Romero, había estado en el Vaticano, pidiendo apoyo en su apostolado contra la represión al pueblo salvadoreño, no fue recibido por el Papa Wojtyla y retornó con la premonición de que estaba condenado.
El 16 de noviembre de 1989, el Padre Ignacio Ellacuría y cinco sacerdotes Jesuitas, la empleada doméstica y su menor hija son asesinados en la Universidad Centroamericana, la UCA de San Salvador. De los seis sacerdotes, cinco eran españoles, esto contribuyó al impacto de la noticia, en los medios europeos.
Karol Wojtyla, el Papa Juan Pablo II, jugó un papel muy importante en la sanción y desmantelamiento de las corrientes progresistas dentro de la Iglesia Católica.
El Comandante Martín
Como se ve todo un movimiento de católicos por la revolución, se movía en Nuestramérica. En 1969, Gaspar García Laviana, llegó como misionero a Nicaragua y el pensamiento progresista que traía desde Asturias, se desarrolló y creció hasta llevarlo a empuñar las armas pues comprendió, junto con otros sacerdotes nicaragüenses que Somoza con el apoyo de los EEUU, solamente podía ser derrotado por la vía de la insurrección popular armada, que dirigía el FSLN. La consecuencia con sus ideales lo lleva a dirigir una columna guerrillera y muere en un enfrentamiento contra la Guardia Somocista en el departamento de Rivas, junto con otros cuatro compañeros.
Este ejemplo de militancia revolucionaria, desde un sacerdote católico, terminó de romper las compuertas de una marea de jóvenes cristianos de varias denominaciones y los católicos que no dudaron en sumarse a la lucha del FSLN.
Dice el poema del sacerdote guerrillero: “Las angustias de mi alma/no las calma el Rosario/ni la misa ni el breviario./Mis angustias las mitigan/las escuelas en los valles/el bienestar campesino/la libertad en las calles/y la paz en los caminos”.
El 10 de Diciembre de 2021, la Asamblea Nacional, a propuesta del Presidente de la República, Comandante Daniel Ortega, declara héroe Nacional a Gaspar García Laviana. Entre los considerandos, el número 2 enuncia: “La contribución inconmensurable del Sacerdote y Comandante Guerrillero Gaspar García Laviana a las Bases Fundacionales genuinamente Cristianas, Fraternales Y Solidarias de la Revolución Popular Sandinista y de nuestra Nicaragua;”.
El gobierno de Reconciliación y Unidad Nacional de Nicaragua camina hacia la ruta de igualdad que propugna el poema del Comandante Guerrillero Martín. Las escuelas, los hospitales, el acceso al crédito, el acceso a la tierra, la igualdad de derechos y oportunidades entre mujeres y hombres, la equidad de género, la integración y la Soberanía Nacional. Contra todo ello aún hay quienes se preguntan por qué el Frente gana las elecciones y pretenden, de la mano del imperio, destruir lo avanzado y lo sacrificado.
Esta breve reflexión sobe la Teología de la Liberación desde un punto de vista político nos debe traer como ejemplo la necesidad de retomar el camino de la unidad y de la fuerza espiritual y política que tienen las religiones.
Ya lo aprendió el imperio y una de sus formas ha sido fortalecer sectores de denominaciones católicas y evangélicas, para combatir a las fuerzas progresistas y a las revolucionarias. El ejemplo más evidente y nefasto han sido las elecciones en Brasil, donde un “cristianismo” manipulado y vendido como una mercadería electoral, ha llevado a encumbrar lo más oscuro del pensamiento político y religioso.
Retomar el camino de la conjunción entre Cristianismo y Revolución es, en gran parte, lo que ha llevado hoy a Nicaragua a tener un pueblo y un gobierno sólidos, en el enfrentamiento con el Imperio y en su lucha por la redistribución de los recursos nacionales.
A ello debemos añadir los conocimientos y las culturas ancestrales. Generar nuestras democracias en base a las culturas de los pueblos que conforman el Abya Yala, Nuestramérica. Será la única forma de derrotar al capital y al mercado como ideología dominante y destructora de la vida humana en el Planeta.
Es una época de Krisis, de ruptura radical. Las propuestas deben ser también radicales y de ruptura de un modo de vida, de un modelo de “desarrollo” que nos lleva a la muerte. Reincorporar la unidad de las propuestas, de las gentes, en la diversidad de los credos, las religiones y las culturas de nuestros pueblos. Esa unidad en la diversidad debe hacernos resurgir como una civilización moderna, democrática, creativa.
En ese marco sigo creyendo que el gran aporte de la Revolución francesa, además de Igualdad, Fraternidad/Sororidad, Libertad, es el Estado Laico. El Estado capaz de absorber todas las creencias, todas las religiones, todas culturas, todos los géneros, en la construcción de un socialismo creativo y democrático en su mejor expresión. El Estado construido desde las bases en sus diversas experiencias autonómicas y reales. Es utopía y gracias a ella caminamos, parafraseado a Eduardo Galeano.
*Este artículo no tiene pretensiones teológicas, solamente algunas reflexiones políticas y un homenaje a quienes dieron y dan la vida, o sacrifican su libertad, por una humanidad Solidaria y libre. LV