Por Juan Fernando Terán
¿Existe menos desempleo en Ecuador? Todo depende de las capacidades persuasivas de los medios que apoyan al Presidente Guillermo Lasso.
La comunicación social no es ni simple ni llanamente envío de información. Aquello que sale de la televisión, las redes sociales o la radio son datos procesados… e incluso cocinados según la sazón de los intereses involucrados. Esto es inevitable pero no es todo lo peor que podría suceder.
Tiempo atrás, como editor económico, descubrí que ni economistas ni periodistas suelen estar capacitados para encontrar, procesar y trasmitir datos con relativa “pulcritud”, es decir, suponiendo que todo el proceso comunicativo ocurre sin las interferencias de quienes suelen hacer gala de poder.
El periodista tiene que lidiar con eso todos los días. Y el editor tiene que lidiar con redactores cuyas condiciones extenuante de trabajo les impiden tener tiempo para adquirir los conocimientos que “la facultad” olvidó impartirles.
Por eso, todavía recuerdo cuán difícil era explicarles a colegas de trabajo que la inflación negativa existe y es igualmente preocupante para un país sin moneda propia (y… “sin gobierno”, les diría hoy).
El problema de la comunicación social de datos económicos podría resolverse “contextualizando la nota”. Pero esta tarea tampoco se soluciona con facilidad en el espacio reducido de una artículo que se dirige a un público no especializado. Peor aun cuando el periodista tiene que enfrentarse a practicas contemporáneas de lectura que le hacen al individuo aburrirse después de 40 palabras.
En las mesas de redacción, la labor se complicó más cuando Ecuador actualizó la metodología para registrar lo que sucede dentro y fuera del mercado de trabajo. Aquella actualización, sin embargo, no era una maniobra de “los correístas” para ocultar lo que sucedía. El cambio respondía a criterios internacionales de registro en correspondencia con aquello que la teoría y política económica contemporánea sugiere.
Dicho lo anterior, veamos algunas cosas que podrían servir para entender lo que sucede. En primer lugar incluso asumiendo que las cifras no han sido cocinadas, aquello que la prensa informa con despreocupada y descontextualizada alegría es la reducción de la tasa de desempleo anual según los datos publicados en julio de 2022 y cuya referencia son los datos publicados en julio de 2021.
“De acuerdo a la última Encuesta Nacional Empleo, Desempleo y Subempleo (ENEMDU), de julio de 2022, 94.000 personas salieron del desempleo,” dice el Ministerio de Trabajo, según aquello que podría encontrar un ciudadano utilizando Google en casa sin abrir su ventana al mundo.
¿Noventa y cuatro mil personas? ¿Es eso un logro en un país con más de 17 millones de habitantes? ¿Es ese un logro atribuible al actual gobierno? Dado que la respuesta amerita otro articulo, permítame una pregunta diferente: ¿dónde están esas 94.000 personas que salieron del desempleo?
Una persona que sale del desempleo puede salir… hacia el exterior como migrante… hacia el subempleo en las calles…. hacia el empleo de mala calidad y mal pagado… hacia ocupaciones no remuneradas que le permiten ver Netflix si alguien en casa todavía tiene unos pocos dólares….
O, si tiene suerte, el desempleado podría salir hacia un trabajo de buena calidad y remunerado según la ley manda. Obviamente, esta es la última posibilidad lógica y estadística en nuestro país. Analice las cifras del INEC y descúbralo por Usted mismo. Mientras tanto, le comento unos pocos datos.
Entre 2021 y 2022,el “desempleo” pasó del 5,2 al 3,9 por ciento de la población económicamente activa. Esta tasa refiere a aquellas personas que definitivamente no pueden encontrar ninguna forma de emplear su capacidad de trabajo. Ninguna. Ni siquiera por unas “horitas”… Ni siquiera por unos “dolaritos”. Nada.
En el mismo período, el “empleo no remunerado” pasó del 11,1 a 12,4 por ciento y el “empleo no pleno” aumentó de 26,6 a 29,4 por ciento . ¿Ya se dio cuenta “hacia dónde salieron” los desempleados?
Si a Usted los cálculos le incomodan, abra la ventana al mundo…. O mejor dicho, use el celular para preguntarle a su pariente o amigo qué está haciendo desde que perdió el trabajo.
Para descubrir “hacia dónde salieron” los desempleados, Usted podría comparar las reducciones por el lado del desempleo (5.2 – 3,9 = 1,3) con el aumento por el lado del empleo no remunerado (12,4 -11,1 = 1,3 ) y por el lado del “empleo no pleno” (29,4 – 26,6 = 2,8)…. Pero no haga juegos numéricos, mejor pregúntele al pariente o amigo.
En esta república cuya capital tiene todavía a la Virgen del Panecillo sin mirar hacia el sur, la tasa de “empleo pleno” aumentó en 0.3 por ciento en ese mismo periodo. Esa cifra contabiliza a todos aquellos que ganan aunque sea un dólar más que el salario mínimo vital…. Sin importar si tienen que trabajar más de 40 horas por semana.
Así de simpáticas son las definiciones. Para evitar constar en el grupo de desempleados, basta con que Usted se quede en casa cuidando al gato o que haya conseguido unos dolaritos por unas horitas de trabajo que le cayeron después de meses, muchos meses, de no tener absolutamente nada.
Por eso, para las próximas elecciones, en las cuales Guillermo Lasso podría incluir una consulta popular con sabores para todos los gustos, POR FAVOR NO LE PREGUNTE sobre política económica al pariente o amigo. Lea y tome posiciones informadas.
Aquí, todavía quedan demasiados ciudadanos sin un trabajo adecuado pero con mucha fantasía… Su imaginación es mala consejera porque se alimenta de culpar a “los correístas” de lo todo que pasa.