Estoy cansado. No puedo dormir. La prisión es mucho más ruidosa de lo que hubiera podido imaginarme. Súmale a esto tener que dormir en el suelo, en una pequeña celda con otros seis reos; poder descansar es todo un desafío.

He estado pensando sobre mi situación y el caso en mi contra -o mejor dicho la ausencia de un caso real- ante los hechos que están sucediendo. En este momento pienso sobre las posibles implicaciones para la seguridad informática en Ecuador, y honestamente veo un panorama muy oscuro. Si actualmente quien me lee está trabajando en este campo en el Ecuador, yo le recomiendo que cambie de profesión o actividad. Voy a explicar las razones.

Mi caso se puede resumir en una sola cosa: conocer a Julian Assange. Sin embargo, esas no fueron las razones por las que el Juez me puso en prisión. Por el contrario, las razones esgrimidas por el Juez, que se basaron en una supuesta “evidencia” mostrada por la Fiscalía, fueron la presentación de computadoras, memorias USB y libros técnicos de mi propiedad.

La prensa junto con funcionarios del Gobierno ha pretendido posicionar la idea que soy un “hacker” y que he intervenido sistemas públicos de gobierno, teléfonos y otros dispositivos para “robar” o “destruir” información. Estas personas y esta prensa no han dado ningún detalle sobre tales acusaciones, así como tampoco han presentado ninguna prueba o evidencia para comprobarlas. Por supuesto, hay una razón muy simple para esto: YO NO HE COMETIDO NINGUNO DE LOS HECHOS NI ACUSACIONES QUE SE ME IMPUTAN.

¿Es verdad que tengo varios libros sobre seguridad informática, privacidad informática, criptografía e intrusión informática? ¡Por supuesto que sí! Ese es mi campo de trabajo y este conocimiento recabado en estos libros es básico para desarrollar sistemas informáticos más fuertes y resilientes, y de esta forma PREVENIR QUE LOS SISTEMAS INFORMATICOS SEAN ATACADOS.

Adicionalmente, es muy importante mencionar que la intrusión informática es una parte crucial en el desarrollo de estrategias de seguridad informática. Quienes hacen ese trabajo se denominan comúnmente como “hackers de sombrero blanco”. Estas personas que realizan intrusiones en sistemas informáticos tienen autorización expresa de los dueños de dichos sistemas para poder hacerlo. Esta actividad es esencial para la seguridad informática, además que es una profesión muy bien reconocida y reputada en la industria de la seguridad y privacidad informática.

Todas las personas y todos los sectores de la economía necesitan de este tipo de profesionales. Sin el concurso de sus servicios profesionales, nunca una empresa o persona se podría sentir segura sobre la integridad, privacidad y fortaleza de sus sistemas informáticos.

Lo que diferencia fundamentalmente a una persona que hace test consentidos frente a sistemas informáticos de un criminal que hace intromisiones informáticas no consentidas no es el nivel de conocimiento, dado que las destrezas de unos y otros son idénticas. Lo que los diferencia son sus actos. Por tanto, acusar a una persona como sospechosa basado únicamente en sus capacidades y conocimiento, y no en los actos que realiza, convertirá, como es mi caso, a personas totalmente inocentes de cualquier acto ilícito en supuestos “sospechosos”.

Debo recalcar, como ya lo he dicho varias veces, que YO NO REALIZO TETS NI INTROMISIONES INFORMATICAS. YO NO SOY UNA PERSONA QUE REALICE INTROMISIONES A SISTEMAS INFORMATICOS, PERO SOY UNA PERSONA CON AMPLIO CONOCIMIENTO EN LA SEGURIDAD INFORMATICA, A PESAR DE NO HABER REALIZADO ACCIONES DE INGRESO, ESPIONAJE O INTROMISION EN NINGUN SISTEMA INFORMATICO POR LOS QUE AHORA SOY INVESTIGADO. Esta situación que me ocurre, y que es tan terrible e injusta, seguramente preocupará mucho a los profesionales de la seguridad informática en el Ecuador. Esto podría pasarle a cualquiera de ellos. Es decir, sus domicilios podrían ser allanados, secuestrados sus libros de informática, sus memorias USB, sus computadores; y ser puestos en prisión por ser sospechosos de “saber mucho” sobre seguridad informática; y, por tanto, ser sujetos de investigación penal.

Si mi caso avanza en las cortes ecuatorianas, significará que muchos profesionales informáticos en Ecuador evitarán dedicarse a realizar test de seguridad informática y dedicarse a esta muy importante actividad; lo que significará que los sistemas informáticos en Ecuador serán inseguros y llenos de puertas traseras para intromisiones no consentidas.

El haber judicializado el conocimiento en seguridad informática, acusándome sin ninguna prueba o evidencia que yo intervine o ingresé en sistemas informáticos, significa, irónicamente, que el Ecuador está creando un futuro donde este país será el más inseguro en términos de sus sistemas informáticos, y, por tanto, se convertirá en un objetivo para los verdaderos hackers durante los siguientes 10 a 20 años.

Esto es lo que pasa cuando le declaras la guerra al conocimiento y cuando lo judicializas: obligas a las personas a alejarse del conocimiento, a mantenerse en la ignorancia; cuando el conocimiento es vital para nuestro futuro como humanidad.

#FREEOLABINI

*Traducción Ruta Krítica.

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