En los tiempos de catástrofe siempre surgen líderes y sabios que guían a los demás para salir adelante. Pero también hay ‘demonios’ que se aprovechan de la situación para empeorarla y sacar beneficios personales. Lo vemos con la pandemia del coronavirus. Cuba sobresalta por acoger un crucero anclado en el mar Caribe desde más de un mes.
La mentira infecta más que el coronavirus
Cada vez más nos estamos dando cuento de la manipulación y de la ingenuidad en relación a esta epidemia gripal. No es que hay que descuidarse, sino darle la gran importancia que se merece. Podríamos poner en la canasta de la ingenuidad y aprovechadores los alarmistas, los individualistas, los que no se interesan en la política, los que no analizan la realidad local y global, los que llenan su refrigeradora por miedo al fin del mundo, etc.
Miren cómo los grandes laboratorios se soban las manos y saltan de alegría por sus cuentas bancarias en alza, como los gobiernos aprovechan para tomar decisiones a escondidas (¡no hay mascarillas pero sí perdigones para matar a manifestantes!). Por allí dice un indígena que ‘el coronavirus es una enfermedad de los blancos’… Claro, si los ‘blancos’ no fueran afectados no hubiera tanta bulla informática. En los países pobres centenares de personas y hasta decenas de miles mueren cada semana por hambre, guerras y enfermedades curables: ¿dónde están los medios de información para escandalizarse, asustarnos y presionar? El sarampión, el cáncer, las enfermedades catastróficas y la misma gripe que todos padecemos en algún momento, matan a muchas gentes cada año. ¿Por qué no se organizan campaña para denunciar la poca combatividad de los laboratorios farmacéuticos que podrían suprimir o a lo menos reducir de mucho a estas enfermedades?
El papa Francisco nos dice que ‘la tercera guerra mundial ha comenzado, por pedazos’. La guerra química está en marcha y los laboratorios gringos, europeos, rusos y chinos trabajan 24 horas sobre 24 para perfeccionar la eficacia mortífera de los virus y así matar a mas ‘enemigos’… ¿Cómo que no van a utilizar estos virus para probar sus masacres? Parece que el coronavirus se les escapó de las manos, después del de la ‘vaca loca’, la gripe aviar y la porcina, el ébola (¡Allá en África, por la extrema pobreza masiva, es más eficaz!) y cuántos más. ¿No lo habrán hecho estallar en China porque ya los chinos han pasado a ser la primera potencia económica y digital al nivel planetario?
Tal vez fuera bueno recordar lo que, en su tiempo, dijo Jesús sobre la destrucción de Jerusalén y el fin del mundo: “¡No se asustan! ¡No hagan caso! ¡Sean vigilantes: No caigan en el descuido ni en la bebida o las preocupaciones mundanas!” Y también el libro del Apocalipsis: “Mira: Estoy tocando tu puerta. Si me abres, entraré, me sentaré a tu mesa y cenaremos juntos.” Esa es la vigilancia mayor que debemos tener: Dios quiere venir a cenar con nosotros, a diario, para una convivencia feliz, sencilla y liberadora… Pero nosotros estamos ocupados en cuántas cosas muy secundarias que nos ocultan lo esencial: la fraternidad, el compartir, la solidaridad, la comunión con Dios…
¡Cuánto egoísmo y rivalidad ya está provocando este coronavirus entre nosotros! Y dejamos pasar la felicidad por la amistad ofrecida, por una vida más comunitaria, más sana, más sencilla… porque el individualismo, la agresividad, el consumismo, los vicios… sí son el fin de nosotros.
Cuba solidaria por el coranavirus
Mientras todos los países cierran sus fronteras y Trump quiere tener la exclusividad de la vacuna alemana contra el coronavirus, “Cuba autoriza el atraque del crucero británico MS Braemar con cinco casos confirmados de covid-19”. Cuba abre su país -¡cuya frontera no está cerrada!- “ante la urgencia de la situación, dice el gobierno cubano, y el riego para la vida de las personas enfermas”. ¡La Cuba de Fidel y de Che Guevara, la Cuba comunista, la Cuba dictatorial, la Cuba bloqueada criminal y económicamente desde más de 50 años por los gobiernos de Estados Unidos, la Cuba censurada por los grandes medios de comunicación comerciales internacionales, la Cuba satanizada! ¿Cuántos se han enterado de la noticia?
Y también ¿quiénes se han enterado de que “Cuba destaca capacidad para producir medicina contra Covid-19”, “Médicos cubanos se unen a Venezuela para contener el coronavirus”, “Italia recluta médicos de Cuba, Venezuela y China para luchar contra el coronavirus”? Y todos sabemos que en Ecuador ¡el gobierno ha despedido a los médicos cubanos de su territorio!… seguramente sobre ‘invitación amistosa’ del gobierno gringo. Lastimosamente sabemos que el gobierno de Estados Unidos ha decretado que ninguna ‘Buena Noticia’ puede venir de Cuba ni de Venezuela. ¡Triste realidad!… cuando la realidad es otra. Es de preguntarse dónde está la perversidad.
El crucero británico llamado ‘MS Braemar’ estaba anclado en el mar caribeño cerca de las Islas Bahamas desde febrero pasado, porque ni Estados Unido, ni América Central ni América del Sur lo autorizaban a atracar en alguno de sus puertos. ¡Se ve la insolidaridad y la debilidad de sus sistemas nacionales de salud de estos países, incluidos Estados Unidos, cuyo presidente se autoproclama el salvador de la humanidad! Del Braemar se cuenta a bordo hay más de 1,000 pasajeros con pasajeros de Canadá, Australia, Bélgica, Colombia, Irlanda, Italia, Japón, Países Bajos, Nueva Zelanda, Noruega y Suecia. El gobierno de Cuba se ha puesto de acuerdo con el gobierno británico para trasladar a los pasajeros hasta algún aeropuerto para que puedan viajar con seguridad a Gran Bretaña. Llama la atención que los ‘padres’ de los primeros invasores de Norteamérica hayan aceptado la ayuda de los cubanos: un buen golpe a su orgullo congenital.
Muchas lecciones hemos de sacar de esta solidaridad cubana. Los que conocemos a Cuba sabemos de su solidaridad con América Latina y África. Sabemos también que el sistema sanitaria cubano -me parece haberlo leído no hace tanto tiempo en un texto de la ONU- es el más eficaz del mundo. También son primeros o entre los primeros en biotecnología, deportes, cultura, erradicación de la miseria… Pero todo esto se debe silenciar porque el Occidente capitalista ha decidido satanizarlo para que nadie se atreva a imitar o seguir a los cubanos y a su sistema de gobierno.
Deberíamos leer o releer, en estos días de cuarentena, el libro del dominico brasileño Frei Betto titulado “Fidel y la Religion” para hacernos una idea del comunismos humanitario que rige en ese país. ¡En la Cuba de Fidel no ha habido gente asesinada por ser cristiana! mientras en los muy católicos países latinoamericanos han matado a montones y siguen matándolos. ¡Qué pena también que a los cristianos no se nos identifique por la solidaridad sino por rezar, ir a misa, sobarles los pies a los santos, leer mucho la Biblia y palmear abundantemente! El único mandamiento de Jesús es que ‘nos amemos unos a otros como él nos amó’. En el caso que toca, los cubanos nos están dando una lección de humanidad y de cristianismo, porque según la parábola del juicio final: entran en el Reino, en vida y para siempre, ‘los que están visitando y ayudando a los enfermos porque lo están haciendo al mismo Jesús’.
Así que ¡a revisar nuestra calidad humana y nuestro cristianismo! Y agradezcamos a los cubanos, buenos samaritanos, su valor humano y sus gestos de solidaridad internacional, ética bastante rara en estos tiempos: nos dicen con hechos que “otro mundo es posible”, urgente y necesario.