Por Daniel Kersffeld

La segunda vuelta electoral entre Andrés Arauz y Guillermo Lasso el próximo 11 de abril podría impactar, de distinto modo, en Estados Unidos, China y Rusia.

Estados Unidos: La alianza se fortaleció durante los gobiernos de Donald Trump y de Lenín Moreno tanto en términos económicos como políticos. Lo más significativo son las decisiones tomadas en los últimos meses: Ecuador se asoció a la iniciativa Red Limpia (“Clean Network”) en noviembre de 2020 para recibir un préstamo por parte de la Corporación Financiera Internacional para el Desarrollo (DFC) de los Estados Unidos por 3.500 millones de dólares, que debería ser utilizado para pagar la deuda externa con China.

La condición para que Ecuador reciba esa suma es que se excluya a China del mercado de las telecomunicaciones a ser desarrolladas en redes de alta velocidad de quinta generación (5G). Se señala principalmente a la empresa Huawei y a su producción de celulares a un menor costo que los que se hacen en Estados Unidos. Al mismo tiempo, Ecuador deberá abrirse a la venta de activos estatales (petróleo e infraestructura energética, sobre todo) a empresas estadounidenses.

El acuerdo, firmado pocos días antes de que Donald Trump abandonara el gobierno, implica un alineamiento directo de Quito con la política exterior de Washington, y es el primer avance desde EE.UU. frente a la presencia china en la región. El préstamo funcionará como un importante condicionante para el próximo gobierno en Ecuador: hay algunas expectativas de que podría modificarse en el actual gobierno de Joe Biden, pero en su momento, el proyecto fue aprobado con apoyo bipartidario en el Congreso.

China: Cuando Ecuador incumplió con sus bonos en 2009, China se convirtió en su principal prestamista a través de bancos como China Development Bank y Export-Import Bank of China. Los 19.000 millones de dólares concedidos fueron para financiar proyectos hidroeléctricos, carreteras, puentes y centros de salud. Además, los capitales chinos se han hecho cada vez más presentes y hoy controlan tres de las cinco mineras más grandes del Ecuador.

Sin embargo, solo el 10% de la deuda externa total de Ecuador correspondería a China, que durante la pandemia ofreció (y el gobierno ecuatoriano aceptó) demorar los vencimientos de pago. En todo caso, el monto de deuda pendiente con el FMI es un problema mayor al que tiene con China. Más aun teniendo en cuanta que en agosto de 2020 se aprobó un nuevo préstamo del organismo por 6.500 millones de dólares.

Mientras que Arauz tiene una postura a favor del diálogo con China, Lasso en cambio circunscribe su campaña en su relación con Estados Unidos. Pero el problema no es sólo crediticio y se vincula con las condiciones políticas que podría tener para desarrollar actividades extractivas en Ecuador ahora que el gobierno de Biden pretende marginar a China de la carrera tecnológica en América Latina. El gobierno estadounidense, desde el Departamento de Defensa, creó hace pocas semanas el “China Task Force” justamente para analizar (y actuar) frente a las actividades de Beijing en la región.

Por otro lado, la entrega durante los próximos meses de dos millones de dosis de la vacuna china Sinovac (en caso de que concrete en los tiempos estipulados) podría ayudar a mejorar las relaciones entre los dos países, más aun, teniendo en cuenta que Ecuador se encuentra todavía en una fase muy inicial de vacunación a nivel nacional, con poco más de 20 mil dosis aplicadas.

Rusia: Ecuador es el tercer socio comercial de Rusia en América Latina y el Caribe, detrás de Brasil y México. Con un saldo de la balanza comercial positivo para Ecuador. Los temas preferenciales son comercio y sectores productivo, farmacéutico y biotecnológico.

Se prevé que en caso de que gane Andrés Arauz, aumentará la presencia rusa en Ecuador en materia de transferencia tecnológica e inversión en educación y salud. Sobre todo, se plantea la consecución de la vacuna Sputnik V, que para Moscú (y también desde Washington) es más un asunto de política exterior y de defensa que de salud pública. Sobre todo en un momento como el actual, cuando debido a las sanciones que podrían sobrevenir en los próximos tiempos, Rusia se decida a encarar una renovada estrategia diplomática en América Latina a partir de la Sputnik V.

Además, la permanencia de Arauz durante algunos años en Rusia, y su manejo del idioma ruso, podría facilitar la relación entre Quito y Moscú lo que, por otra parte, podría generar mayores inquietudes desde Washington respecto al alineamiento incondicional obtenido durante el gobierno de Lenín Moreno.

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