Por Juan Cárdenas

“Justicia que tarda, no es justicia”. La máxima prioridad de los complotados, al mando del extinto perverso y su alter ego, el innombrable traidor, fue acabar con Correa y la Revolución Ciudadana. Montaron la farsa del caso “sobornos” y sin  pruebas, trabajaron sobre el calendario electoral para impedir con la vergonzosa sentencia del “influjo psíquico”, la participación electoral de su archi enemigo. Y lo consumaron contra reloj. ¿Que hay una grave denuncia en contra del traidor y su entorno, sustentada en el descubrimiento de la cuenta número 100-4 1071378 de INA INVESTMENT en un paraíso fiscal? Ni bola le paró. Casi cinco años después, cuando ya los implicados se pusieron a buen recaudo, la Fiscalía solicita a la Justicia que señale día y hora para la audiencia de formulación de cargos en contra del traidor, familiares y más testaferros. Le cambia el nombre del caso INA Papers a SINOHYDRO. Que no sea para seguir con el Lawfare persecutorio.

Desde su guarida, el cínico pretende desviar los graves indicios que pesan en su contra, con el agravante de que algunos países colaboraron con la acumulación de pruebas que no fueron actuadas a tiempo, con la diligencia que la Ley obliga. Recordemos que el entonces Defensor del Pueblo, Freddy Carrión pidió a la Fiscalía que impida su salida del país. En respuesta le armaron una trampa y le privaron de su libertad. Además se la tenían jurada por haber designado la Comisión de la Verdad, Justicia y Reparación que concluyó que en octubre del 2019 los represores cometieron delitos de lesa humanidad en contra de los manifestantes. Nos solidarizamos con el Doctor Carrión.

Otra vez en la retina nacional el 30S. Se quedaron con un palmo de narices los fanáticos de la “negación total” que en su mente afiebrada construyeron el relato perverso del “autogolpe”. Nadie les creyó. Quedó intacto el honor y la dignidad de militares que se jugaron la vida en el cumplimiento de su deber, en defensa de la Democracia y la protección de su Comandante en Jefe, el Presidente Correa, pues su vida pendía de un hilo en manos de violentos armados, inducidos por golpistas civiles y uniformados agazapados. Quedó al descubierto la menguada intención de forzar una diabólica acusación de lesa humanidad, para llevar ante tribunales internacionales al Líder de la Revolución Ciudadana, a quien en la Década Ganada vieron con terror alzarse con 14 victorias electorales, en medio del cariño de la gente. Eso no le perdonan…

Casi un carnavalazo. De lo que se ve y oye, comienza el lavado de manos con el “yo sí le dije, se lo advertí”, para despistar la salpicadura mafiosa. Ningún distractor alcanza para desviar el dedo frente al escándalo del Gran Padrino. Que sigan la investigación fiscal y la fiscalización legislativa. En esa instancia fue SENSURADO su ex Ministro de Represión, digo del Interior, responsable además del abandono a la Institución del Orden, cuya cúpula permite la producción de videos de respaldo oficial,  conociendo que el pueblo se expresó mayoritariamente en las urnas en desacuerdo con esa gestión. La misión de la Policía es la de garantizarnos la seguridad y el orden. Ya, ¡háganlo!

Por RK