Fernando Casado

Durante la campaña presidencial Lenín Moreno afirmó que la política social sería la bandera de su gobierno. Sin embargo, hasta ahora no se conoce mucho del desarrollo concreto de planes en esta materia. De hecho, cuando indagamos en sus promesas electorales lo más destacado hasta el momento es la contradicción o incluso la omisión de las mismas.

Para muestra un botón. En febrero de 2017, en plena campaña, el hoy Presidente de Ecuador anunció que acabaría con la pobreza extrema en dos años a través del plan “Menos pobreza y más desarrollo”, un ambicioso objetivo pero creíble si atendemos a la reducción de esta lacra durante la década previa, que pasó de 16% a 8%, es decir la nada desdeñable disminución de la pobreza extrema en un 50%.

La estrategia propuesta por Lenín Moreno para alcanzar el objetivo sería subir el Bono de Desarrollo Humano de 50 hasta 150 dólares. El uso de la preposición hasta en cursiva es a propósito, pues causó cierta controversia en la misma investidura del nuevo presidente el hecho de que se anunciara que el bono podría llegar a 150 dólares, dependiendo de la situación de las familias beneficiarias, lo que no significaba en absoluto que se incrementaran todos los bonos. Muchos fuimos los confundidos que creímos que el bono sería triplicado.

Pero volvamos al plan “Menos pobreza y más desarrollo” que desapareció de las narrativas y planes gubernamentales durante casi un año desde que fuera anunciado. No se volvió a hablar del asunto hasta que la Vicepresidenta María Alejandra Vicuña, en enero de 2018, en una de sus primeras intervenciones públicas tras su ratificación en el cargo sin voluntad popular, proyectó la erradicación de la pobreza extrema para el año 2021. La meta era llevar la pobreza extrema del 8% (que seguía en ese nivel desde el año anterior cuando fue lanzado el plan) al 3,5%, pero ya no sería en dos años, sino que se doblaría a cuatro el alcance de la meta. Un cambio sustancial en relación a la promesa electoral.

Vicuña también adelantó en su intervención que espera sacar de la pobreza a 74 mil familias, y sin establecer exactamente cómo, de sus palabras se intuyó que el incremento en el Bono de Desarrollo Humano sería la estrategia a seguir. Ahora bien, teniendo en cuenta que cuando Lenín Moreno propuso el plan “Casa para Todos” y la construcción de 325 mil viviendas, de las que 191 mil hogares de pobreza extrema recibirían la vivienda en forma gratuita. ¿Cómo puede ser que interviniendo en 74 mil hogares se acabe con la pobreza extrema si se reconoce que al menos existen 191 mil en dicha situación en Ecuador?

Alguien no está haciendo bien las cuentas en materia social o no se está tomando en serio el sufrimiento y la situación de las personas que viven en condiciones extremas, y para un gobierno cuya prioridad en el discurso es “proteger a los más pobres y que más necesitan” la realidad de la política social pareciera ser una burla.

 

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