En esta semana, el gobierno ecuatoriano anunció la reestructuración de la deuda externa contraída en bonos. A través de redes sociales, se difunden mensajes que festejan resultados que no existen y circulan videos “pedagógicos” que convierten a los sofismas numéricos en verdades contundentes.
Mientras tanto, los detalles de la renegociación suelen permanecer en reserva “para no perturbar el proceso”. No obstante, utilizando la información disponible en la revista Koyuntura Express No. 15 publicada el 7 de julio, los datos sobre “la cruda realidad” pueden ser procesados para que el ciudadano pueda apreciar aquello que muchos quisieran no evidenciar.
1.El gobierno ecuatoriano no ha conseguido nada hasta el momento
Lastimosamente, esta acotación es necesaria. Y lo es porque la publicidad política presenta como un hecho consumado a aquello que apenas es una aspiración.
A la ciudadanía se le induce a pensar que YA se ha logrado extensión del plazo para el pago del capital, que YA se ha logrado reducción de los intereses y que YA se ha logrado “ahorrarle” dinero al Estado Ecuatoriano. Nada de esto es así.
Para que existan nuevas condiciones para el servicio de la deuda externa, el Estado Ecuatoriano necesita que por lo menos el 66% de los accionistas privados acepten formalmente cambiar los términos de pago. Y que esto eventualmente suceda no significa que los accionistas privados acepten lo que el gobierno de Lenin Moreno desea, aspira, plantea o promueve.
Si algún rato se reestructura la deuda, el resultado final podría ser muy diferente a aquel que se pregona con infundada alegría. Si no quieren leer este tipo de acotaciones, entonces, por favor, dejen de hacer publicidad política.
2.En los últimos tres años, el gobierno contrató US$11.645 millones en bonos.
A través de la prensa internacional, Usted podría constatar que la deuda externa emitida en bonos no tiene la magnitud que suele pregonarse. Procesando los datos disponibles en Ecuador, y agrupándolos para destacar lo que no suele decirse, Usted observará que US$7.250 millones de deuda externa fueron contratados entre el 24 de junio de 2014 y el 1 de enero de 2017.
En cambio, entre el 31 de mayo de 2017 y el 27 de septiembre de 2019, el gobierno de Lenin Moreno colocó bonos por US$11.625 millones, un monto superior al contratado por Rafael Correa.
Si Usted es un ciudadano que contribuirá al pago de la deuda externa, entonces esta “impertinente” comparación debería conducirle a pensar en la eficacia de la acción del actual gobierno.
Si desea encontrar la quinta pata en el gato, mejor busque en otro lado. Échele la culpa a Correa por cualquier otra cosa.
3.- El servicio de deuda no se evitará solo se postergará.
Otra vez, una frase que debería ser obvia. Pero no es así. “Nos hemos ahorrado US$15 mil millones” dijeron primero. Luego frenaron su entusiasmo un poco y dijeron que “nos ahorramos US$1.500 millones”. Correcciones van, vienen y vendrán.
No importa… los memes y los videos siguen festejando “cinco años de gracia”, “se acordó reducir la deuda en US$1.500 millones”, “se reducirá la tasa de interés promedio en casi la mitad”, etc.
¿Qué pasó? En primer lugar, por si no le quedó claro, TODAVIA no ha pasado nada. Utilizando los datos disponibles, se puede obtener la siguiente tabla:
Entendamos las cifras. En los años 2020 y 2021, el gobierno de Moreno debería pagar, por lo menos, US$2.779 millones a los propietarios de los bonos. Ese dato aparece en la columna intitulada ANTES.
Si se llegase a renegociar la deuda en los términos que el gobierno anhela, el Estado Ecuatoriano pagaría US$79 millones en los esos años. Esa cifra aparece en la columna intitulada DESPUES… pero repito, en estricto sentido, esa cifra NO ES un dato… porque todavía eso no sucede. No obstante, sigamos suponiendo.
En la columna intitulada ALIVIO, las cifras con signo positivo corresponden a los valores que el Estado Ecuatoriano evitaría transferir a los acreedores durante un determinado periodo gubernamental (primera columna). Ese alivio no es cancelación de la deuda ni “ahorro”. Simplemente, los US$2.700 millones que deberían haber sido transferidos a los acreedores en los años 2020 y 2021, se pagarán posteriormente.
Si se llegase a concretar la renegociación, la actual deuda externa emitida en bonos (US$27.664 millones) se pagará hasta el año 2040. Para esa fecha, si se llegase a concretar la renegociación, el Estado Ecuatoriano habrá pagado US$27.314, es decir, US$350 millones menos que el monto que se debe pagar según los contratos actualmente vigentes.
Los “alivios” fiscales se prolongarán hasta el 2029. Suponiendo que no hay sorpresas en el régimen político ecuatoriano, el actual gobierno, el próximo gobierno (2021-205) y el gobierno subsiguiente (2025-2029) evitarán hacer servicios de deuda externa. Pero…alguien, en algún momento, tendrá que comenzar a pagar el capital y el interés de los bonos.
Y eso le tocará hacer al gobierno que comience en el año 2029 pues éste desafortunado tendrá que responder a una deuda por US$7.590 millones que no habrán sido cancelados hasta ese momento.
Lo que el gobierno de Moreno quiere hacer (y no lo logra todavía) les dará un respiro fiscal a los dos próximos gobiernos. Eso es todo. La deuda seguirá intacta.
Y esto hay que repetirlo una y mil veces porque…. la publicidad política del régimen sigue haciendo odas a pajaritos que no pueden volar… porque todavía no han nacido.
4.-Y… ¿cómo pueden imaginarse tanta maravilla?
«Con esto liberaremos más de US$16.000 millones en los próximos 10 años”, dijo el Presidente Lenin Moreno el 6 de julio.
“Ecuador liberará US$16.000 millones de deuda externa para salud, vivienda y alimentación,” anunció Lenin Moreno.
Entre estas dos frases solo hay un pequeño salto… efectuado por comunicadores, publicistas o políticos dispuestos a crear ilusiones frescas. Entendamos el sofisma basándonos, una vez más, los datos obtenidos en la revista Koyuntura. Presentemos la información sin eufemismos.
Hasta este momento, Ecuador está obligado a pagar US$13.432 millones (por capitales e intereses) en el periodo 2020 a 2025. Ese será el resultado ACUMULADO que emergerá de pagar US$1.191 millones en el 2020, US$1.588 millones en el 2021, US$3.427 millones en el 2022, US$2.329 millones en el 2023, US$3.206 millones en el 2024 y US$1.691 millones en el 2025. Si no existe una reestructuración de la deuda, eso deberá suceder y eso sucederá.
En cambio, si se modifican los términos de los bonos ecuatorianos según lo que el gobierno desea, los pagos anuales PODRIAN reducirse hasta formar un acumulado de US$2.365 millones que deberán cancelarse hasta el 2025. Si y solo si esta situación hipotética acontece, quienes gobiernen hasta el 2025 habrán evitado transferir US$11.067 millones a los acreedores de bonos.
Eso no significa que el Estado Ecuatoriano se haya ahorrado US$11.067 millones. Tampoco significa que se hayan “liberado” US$11.067 millones.
Para transferir dinero a alguien, Usted tiene que tener ese dinero previamente. ¿O acaso Usted puede transferir algo que no tiene?
Si Usted no tiene US$11.067 millones, entonces tampoco podrá utilizar esos US$11.067 millones para salud, vivienda o alimentación. No puede utilizar algo que no tiene.
Por tanto, incluso suponiendo que el gobierno de Lenin Moreno lograse todo aquello que anhela, existe un gran diferencia entre decir “no transferiremos US$11.067 millones a los acreedores” (proposición A) y decir “liberaremos US$11.067 millones” (proposición B).
La proposición B no es, ni teórica ni empíricamente, una consecuencia necesaria de la proposición A. Pero eso no importa… estamos en año electoral… “la culpa es de la vaca” y “los terneros vuelan”.
Si sigue haciendo el mismo ejercicio de suma acumulada con todos los pagos desde el 2020 hasta el 2030, Usted arribará a la conclusión de que “nos ahorraremos” US$15.901 millones en servicio de deuda externa para los tenedores de bonos. Una conclusión lamentable equivocada y engañosa.
Pero así surgen todas las quimeras en política… Poco importa que la razón o la realidad desbaraten el error. Lo que importa es que la pelotita, el espejismo, la ilusión ya está circulando.
A Usted le corresponde decidir si esta dispuesto a creerles.