César Bermeo Castillo
En la escuela, cuando no llevabas un deber, rogabas para que la campana suene o haya cambio de hora; que el profesor se distraiga para que se olvide de esa tarea… tales recuerdos de las épocas estudiantiles me provocan una comparación: ver cómo el gobierno de Lenín Moreno desvía la atención para que el pueblo no reaccione ante la ineficacia de su administración, que ha hecho todo lo posible por destruir lo mucho o poco que se construyó en 10 años.
Con un cerco mediático apadrinado por los medios de comunicación privados y la falta de medios públicos que puedan discrepar frente a la información oficial, en estos días se habla de quitar los subsidios a los combustibles. Ya lo anunciaron algunos ministros, entre ellos Carlos Pérez, el de Hidrocarburos, quien indicó en una entrevista brindada a Canal UNO: “que es una necesidad y que el pueblo está consciente de que los combustibles deben subir de precio” y esa constatación se basaba en un sondeo que habría realizado el actual gobierno. Al parecer ni hay el sondeo ni es el sentir del pueblo, y claro, justo cuando el pueblo quisiera reaccionar la justicia decide la pre libertad de Galo Lara, acusado de ser el autor intelectual de un triple asesinato con el agravante de que entre las víctimas estuvo un niño de 4 años. Ahora la discusión es ésta y con ello el Gobierno desvía la atención y continúa con sus planes económicos. ¿Cuáles son? Pues hacer todo lo que los organismos internacionales ordenen mientras afianza su pacto con los empresarios y la derecha retrógrada.
La distracción sigue con el anuncio del ministro de defensa Oswaldo Jarrín de que no habrá base militar estadounidense pues la Constitución lo prohíbe, pero sí habrá una oficina militar y se encargará de tareas de inteligencia como las que tenía la SENAIN; pero mucha gente quiere explicaciones por el entreguismo al que estamos expuestos. Luego llega otra distracción: la entrevista de la cadena Univisión a Lenín Moreno, quien habla de que estamos en crisis, olvidándose que con la nueva Ley económica recién aprobada por la Asamblea Nacional perdona a ciertos grupos empresariales de sus deudas con el Estado. Y la distracción sigue.
Esta táctica de distraer la atención está a la orden del día. Los supuestos audios que aparecen en el caso Balda, en el que maliciosamente está involucrado el objetivo de toda esta táctica, el ex presidente Rafael Correa (a quien de un tajo quieren desaparecer de la memoria colectiva), primero con el ataque mediático y luego con el judicial, tanto es así que la jueza Camacho, encargada del juicio por supuesto secuestro, difiere la audiencia para septiembre por pedido de la defensa del acusador Balda. Viene enseguida otra distracción: el retiro de toda la memoria fotográfica de la gestión presidencial de Correa. ¿Era esto necesario? Bueno, todo vale con tal de distraer también de otros hechos que necesitan aclararse.
Vale recordar que los familiares del equipo periodístico de El Comercio, secuestrado y posteriormente asesinado, piden explicaciones y reaccionan a lo que ellos llaman una burla del Gobierno frente a su caso, pues la información desclasificada no aporta en nada al esclarecimiento de los hechos. La estrategia de distracción se centró en el discurso sin sentido de Moreno en España, en el que habló de física cuántica. Al preguntarle sobre su ideología, contestó en tres palabras: no lo sé y esto rápidamente fue sustentado por sus portavoces, entre ellos Juan Sebastián Roldán, quien dijo que la ideología es un “progresismo moderno” donde lo privado y lo público van de la mano. ¿Están hablando en serio? Otra táctica de distracción para sacarnos de una realidad que nos abruma: no hay medicinas en los hospitales, regresan las colas para conseguir cupos en los colegios públicos, hay mayor desempleo, se perdió la capacidad adquisitiva, regresan los TBI, ingresamos a la voraz Alianza del Pacífico, nos imponen medidas desde el FMI, nos endeudamos en un año y medio mucho más que el anterior gobierno en 10 años y con un precio del petróleo a 70 dólares y así se habla de crisis. Crisis que no impide que se renegocien los contratos petroleros y que les dé una ganancia superior; a las empresas privadas les concede el 80% quedándose el Estado con un pírrico 20% y aun así hablamos de crisis.
¡Ojo! Dentro de las empresas beneficiadas está la cuestionada ODEBRECHT y nadie dice nada, pues los medios de comunicación también forman parte de esta gran táctica del despiste.
El gobierno de Moreno nos distrae mientras acaba con la Patria.