No siempre es fácil captar bien el sentido de lo que viene del Vaticano. Es lo que puede pasar con la última carta del papa Francisco. Los grandes medios de comunicación titularon sus comentarios escribiendo: “El papa dice ‘no’ al sacerdocio de los casados, al diaconado de las mujeres y a los ritos amazónicos”. Más bien la carta deja la puerta abierta y, por otra, va mucho más allá. Personalmente, en la carta de Francisco trato de ver lo positivo, porque sí, lo hay y muy importante.

1.-El papa deja abiertas todas las puertas: no cierra ninguna… y pone el Vaticano en segundo lugar.

Eso es la gran novedad de la carta: Francisco no toma decisiones ni impone normas. Más bien invita a que esto se haga en otras instancias, en particular en la Amazonía.

Llama la atención que en los primeros párrafos, el papa invita a leer atentamente el Documento de conclusión del Sínodo, a dejarse inspirar por él y a tomar decisiones con ‘audacia’. Quiere decir el papa: Eso es asunto de la Iglesia en los nueve países de la Amazonía… Lo tradicional del Vaticano era más bien: ‘todo parte de arriba’. Por eso los conservadores dicen: “La conclusiones del Sínodo no son magisterio; la carta papal, sí”. Esa nueva práctica del papa Francisco, que fue una característica del Sínodo sobre la Amazonía, se llama ‘sinodalidad desde las bases de la Iglesia’, o sea, ‘caminar juntos, dejándonos guiar por los pobres’. En la Iglesia católica, el término ‘democracia’ es una palabra prohibida: Imagínese ‘¡dejarse guiar por el pueblo de los pobres!”… tal como lo hizo Jesús.

De allí viene una primera conclusión

Ahora y en adelante, no hay que mirar primero el Vaticano sino lo que pasa en las bases de la Iglesia, y en nuestro caso en la Amazonía, o sea, cómo van a actuar las Iglesias de la Amazonía. Estas forman una unidad eclesiástica propia entre siete países: la REPAM (Red Eclesial Pana Amazónica). En el Sínodo se pasaron escuchando mucho y tienen varias ideas, reflexiones y actividades claras: las que constan en el Documento final.

  • Lo de ordenar sacerdotes a varones casados y diaconizas a mujeres, es asunto también de la Amazonía.

Eso ha de ser un proceso y una articulación entre los 9 países amazónicos (REPAM): proceso y articulación en marcha. El papa Francisco escribe que no hay que ‘clericalizar’ a las mujeres, sobreentendido  y ‘tampoco a los varones’. Esa clericalización es el gran problema actual del clero -diáconos, sacerdotes y obispos- que concentran en ellos todos los poderes. Y eso sería lo que pasaría al ordenar sacerdotes y diaconizas según el actual esquema clerical.

A mi parecer poco a poco los ministerios ordenados, sacerdocio y diaconado actuales, deben ser sustituidos por el ministerio sacerdotal bautismal, o sea, laicos ‘sacerdotes’ y laicas ‘diaconizas’, tal como lo fue Jesús y como eso existía en las primeras comunidades cristianas. Entramos un en una nueva perspectiva, de cierta manera un cambio bastante radical… que no gusta a los que están más interesados en conservar el pasado que construir el futuro. Se entiendo que no se va a hacer en un día. No todo está dicho, y es lo valioso; pero el papa Francisco ha roto con una práctica tradicional del Vaticano: no quiso tomar decisiones desde arriba, ni en favor ni en contra, sino que espera las propuestas que vendrán de las diócesis, de la conferencias episcopales nacionales o de la Red Eclesial Panamazónica.

  • En cuanto a los ‘ritos amazónicos’, escribe el papa que se debe construir una Iglesia con rostro amazónico.

Eso está en marcha en las bases de la misma Amazonía. Ahora lo que importa es hacer más visibles estas experiencias, darlas a conocer, reflexionarlas y articularlas. Eso ha comenzado con mucha fuerza en el Sínodo y por lo mismo se va a ampliar, porque las Iglesias de la Amazonía se sienten confirmadas y responsables de los desafíos conversados y definidos en el Documento final del Sínodo.

  • En su carta, Francisco nos da 4 espacios donde intervenir fuertemente. Además de lo eclesial están lo social, lo cultural y lo ecológico.
  • En lo social el papa invita a los cristianos a ser profetas y profecía, según el ejemplo de Jesús, en palabra y en hechos. Significa, por una parte, denunciar todo lo que destruye la vida, la dignidad y la identidad de los pueblos amazónicos y, por otra, anunciar que el Bien vivir es una Buena Nueva llena del Evangelio de Jesús de Nazaret, porque pone primero y por encima de todo las personas, el bien común y la protección de la naturales.
  • En lo cultural están las tareas de la inculturación y la interculturalidad, eso es, como Iglesia, encarnarse en las culturas amazónicas y dejarse guiar por las sabidurías y las expresiones religiosas de los pueblos amazónicos. Así se podrá, con el protagonismo de los mismos habitantes de la Amazonía, salvar a los pueblos en vía de desaparición, rescatar las cosmovisiones indígenas y emprender nuevas maneras de ser sociedad e Iglesia.
  • En lo ecológico, como escribe el papa Francisco, los pueblos amazónicos tienen mucho que aportar a la Humanidad entera que está en marcha hacia un suicidio global. Su ‘bien vivir’ es un ejemplo de relaciones humanas respetuosas de las personas como de la naturaleza. Ofrecen su espiritualidad para ayudarnos a salvarnos juntos del colapso en el que nos encontramos todo el planeta, consciente o inconscientemente.

El Sínodo, confirmado por el papa Francisco, ha puesto en marcha, de un lado, la defensa tenaz de los pueblos amazónicos y de su entorno, para nuestro propio bien. Por otro, nos da a los cristianos la oportunidad de ser una nueva manera de ser Iglesia, más respetuosa de estos pueblos, de la Amazonía y del mismo mensaje de Jesús. En este caminar va a haber tropiezos y resistencias, y seguramente muchas. Es la ley de la vida, pero no por eso las cosas no avanzan. Es mejor trabajar en chiquito y sin mucho ruido. Francisco no ha querido repetir anuncios ni opciones ‘desde arriba’. A los pueblos indígenas y sus Iglesias les toca ser sujetos creativos y audaces de su propio caminar, desarrollo y fe. También hay que notar que es la primera vez que Francisco habla de las Comunidades Eclesiales de Base (CEBs) en un documento ‘oficial’ de esta envergadura. Nos confirma a las y los que hemos emprendido este camino desde 50 años.

Allí viene una segunda conclusión.

El papa invita a avanzar desde abajo y con las y los de abajo. El Documento de conclusión del Sínodo ha abierto y trazado los caminos y los confirma el mismo papa. También hay que decir que eso conlleva emprender una nueva manera de ser Iglesia al servicio de los pueblos amazónicos y de la Amazonía con un nuevo método: en sinodalidad, es decir, juntos y con la opción por las causas de los pobres y de la naturaleza. Las CEBs hemos abierto esa posibilidad, desde 50 años; otros nos están ‘copiando’, o mejor siguiendo el impulso del Espíritu de manera creativa y audaz. Por eso que el Sínodo fue tan rico.

Démonos cuenta también que los jóvenes están inventando su manera propia de ser sociedad e Iglesia, porque el futuro no se detiene.

Por Editor