Por Diane Rodríguez

Nuestro país se encuentra en un momento crítico, enfrentando no solo desafíos económicos y sociales, sino también una crisis de seguridad. A estos problemas se suman los constantes cortes de energía, que en algunas ciudades pueden durar entre 10 y 15 horas diarias. Estos apagones alteran drásticamente la vida cotidiana de miles de ecuatorianos. Más allá de lo discutido ampliamente, quisiera abordar este aspecto desde la salud mental, debido a que, hasta el momento, nadie se ha percatado que pueden afectar nuestra salud mental.

Desde una perspectiva psicológica, el estrés provocado por los apagones es uno de los principales factores que desencadenan trastornos emocionales. La prolongada exposición al estrés puede afectar tanto el bienestar individual como el funcionamiento de nuestra familia y sociedad en conjunto. En este sentido, los apagones no son meras interrupciones; son eventos que intensifican la ansiedad, perturban el sueño y generan un desgaste emocional que muchos no están considerando.

De hecho, para entender cómo estos cortes de energía afectan la salud mental, es esencial reconocer que desorganizan por completo las rutinas diarias. Muchos ecuatorianos nos vemos obligados a hacer «malabares» para continuar con nuestras actividades: el trabajo (incluso el remoto) se interrumpe, los estudiantes pierden horas valiosas de estudio, y las tareas más simples del hogar se complican. Según Sonja Lyubomirsky, en su investigación, estos factores afectan la felicidad de cada uno de nosotros. Esta falta de predictibilidad no solo disminuye la productividad, sino que también incrementa los niveles de angustia. Esto muy a pesar que el gobierno de Noboa, presente previamente los cortes de energía por sectores, porque tampoco es una novedad que no se cumplen.

La ausencia de una planificación adecuada del gobierno de Noboa, de él mismo y la falta de comunicación efectiva por parte de su “equipo”, han exacerbado esta situación. El presidente saliente, había prometido resolver los problemas relacionados a la energía eléctrica durante su campaña, pero hasta la fecha, la situación sigue siendo crítica.

A nivel familiar, estos cortes transforman las dinámicas cotidianas. Las largas horas sin electricidad en las noches (aparte de los cortes en el día), afectan el sueño y provocan irritabilidad y fatiga. La privación del sueño es un factor clave en el desarrollo de trastornos del estado de ánimo como la depresión y la ansiedad. El científico Robert Sapolsky, indica que el estrés crónico que pueden generar estos apagones inclusive, puede dañar nuestra capacidad cognitiva y nuestra memoria.

Además, hay efectos indirectos que son igualmente preocupantes. En muchos sectores rurales, el acceso a la electricidad es crucial para mantener la comunicación con el mundo exterior. Sin ella, las personas se sienten aisladas, lo que aumenta la sensación de soledad y desconexión social, especialmente para aquellos que ya enfrentan problemas de salud mental.

Los niños y adolescentes son particularmente vulnerables a esta situación. Su desarrollo emocional y cognitivo depende de un ambiente estable. La desorganización en sus rutinas y el aumento del estrés en casa afectan tanto su rendimiento académico como su bienestar psicológico. El fenómeno conocido como «indefensión aprendida», descrito por el psicólogo Martin Seligman, podría estar afectando a los jóvenes ecuatorianos, quienes observan cómo los adultos a su alrededor luchan por enfrentar los desafíos cotidianos.

Finalmente, los empresarios despiden a sus trabajadores por la baja producción y servicios, las familias enfrentan un caos doméstico (sobre todo las mujeres dedicadas al trabajo doméstico no remunerado) y los niños cuyos estudios se interrumpen, sufren las consecuencias de una falta de previsión gubernamental. Esto, no solo representa una falta de administración pública y demagogia de Noboa, sino que, es un ataque directo al bienestar emocional y económico de cada uno de nosotros como ecuatorianos; con impactos psicológicos que requieren respuestas urgentes. Porque hasta ahora, Noboa y su gobierno incompetente no ha “RESOLVIDO” nada.


Referencias

  1. Lyubomirsky, S. (2008). The How of Happiness: A Scientific Approach to Getting the Life You Want. Penguin Press.
  2. Sapolsky, R. M. (2004). Why Zebras Don’t Get Ulcers: The Acclaimed Guide to Stress, Stress-Related Diseases, and Coping. W.H. Freeman.
  3. Walker, M. P. (2017). Why We Sleep: Unlocking the Power of Sleep and Dreams. Scribner.
  4. Seligman, M. E. P. (1975). Learned Helplessness: On Depression, Development, and Death. W.H. Freeman.

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