Por Juan Fernando Terán
Me gustaría pensar que la visita de Laura Richarson, la comandante del Comando Sur de los Estados Unidos (Southcom), está relacionada con la consulta popular que promueve Guillermo Lasso. Me gustaría pero no lo haré… La “Casa del Dragón” satisfizo ayer mi dosis de fantasía. Además, aunque esté en decadencia, el Imperio no puede ser tan burdamente tonto.
Entonces, ¿para qué viajó la Generala a Ecuador? Comencemos recordando quién es ella y delineando en qué contexto ejercerá su labor. La piloto estadounidense tiene una hoja de vida impresionante en la cual destaca su experiencia de combate en Irak, sus labores como enlace del Ejército ante el Congreso y su liderazgo en la planificación de campañas desde el Pentágono. Como podrá inferirse, Richarson sabe de guerra y conoce sobre la extensión de la guerra (la política).
Desde octubre de 2021, ella está a cargo del Southcom, una de las once unidades a través de las cuales Washington busca alcanzar lo que quiere en el mundo. Y… ¿qué es lo que desea? Como diría un estratega realista, la supervivencia de Estados Unidos depende del acceso a recursos naturales. Para estos fines, Richarson tiene mucho más que buena motivación… Ella tiene el escenario, la oportunidad y los conocimientos.
Richarson obtuvo una maestría en Estrategia de Recursos Nacionales cuyas destrezas aplicará en una coyuntura en la cual la Reserva Federal está preocupada por las severas implicaciones económicas que podrían generarse si el precio del galón de gasolina se aproxima a 5 dólares en Estados Unidos. Su capacidad para combinar prospectiva y acción práctica vuelven a Richarson crucial en el manejo de una región repleta en recursos energéticos. Pero eso no es todo.
¿Recuerdan por qué Colombia se convirtió en el mayor productor de coca? ¿No?… Eso sucedió conforme Bolivia abandono las estrategias torpes de lucha contra el narcotráfico y desestimuló el cultivo para fines ilícitos. La producción rentable se trasladó entonces hacia Colombia.
Sin criminalizar la coca no hay negocio porque el negocio solo surge cuando las restricciones institucionales generan artificialmente “precios monopólicos”, como dijo décadas atrás Milton Friedman, el economista conservador que estaba a favor de legalizar la droga.
¿Qué pasaría si Colombia acaba con el asunto de la coca? ¿Hacia dónde se desplazaría su producción? El aparato de seguridad estadounidense se ha formulado preguntas como las anteriores porque son relevantes y adquieren mayor importancia cuando el gobierno de Gustavo Petro tiene la intensión de acabar con la violencia endémica en su país mediante políticas que rompen con la lógica de la seguridad convencional.
¿Hacia dónde se desplazaría la producción de coca si el Presidente Petro crea y sostiene alternativas de paz en las zonas rurales colombianas? ¿En cuánto tiempo se produciría ese desplazamiento? ¿Migraría toda la cadena de valor o algunos de sus eslabones? ¿Migrarían las actividades más manuales o los eslabones financieros? ¿Por qué el Imperio podría preocuparse por un cambio en el centro regional de operación de narcotráfico? ¿En qué sentido Washington podría temer la consolidación de un “Estado Fracasado” en la mitad del mundo?
Contenga sus anhelos de fantasía para cuando mire “La Casa del Dragón”. Conténgalos… Washington no pierde el sueño por Gustavo Petro en Colombia o Lula da Silva en Brasil. Pero si podría causarle pesadillas una minúscula república sin gobierno donde el narcotráfico ha logrado en los últimos 5 años lo que no pudo hacer en México en dos décadas.
Mis respetos a la Generala Richarson. En esas condiciones, no puedo imaginar cuán difícil habrá sido mantener ciertas reuniones con “colegas locales”… Pero por eso ella está dirigiendo el Southcom… Ella sabe como guardar las apariencias. Lo aprendió en el Capitolio.
¿Y la consulta popular de Lasso? Eso no motiva ni un guion para Netflix. Apenas es una nueva muestra de viveza criolla que las oligarquías “muertas de hambre” emplean para ganar tiempo hasta amarrar todos los negocios y partir hacia el próximo paraíso fiscal. A nosotros, nos dejarán las sobras de lo que quede de este país.
Y la culpa no la tendrán ni Correa ni los gringos. Los banqueros que viven de nuestro trabajo son “disfuncionales” hasta para Estados Unidos. ¡En serio!… ¿O acaso cree que Washington ya encontró la receta para la sucesión? Las oligarquías voraces son un problema, en serio.