Por Gonzalo J. Paredes

En los días 14 y 15 de junio se llevó a cabo en la Corte Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) la audiencia pública del caso denominado “Palacio Urrutia y otros Vs. Ecuador”, donde cada una de las partes expusieron sus versiones de cómo fueron víctimas del Estado ecuatoriano al momento de ejercer la labor de periodistas cobijados bajo el principio de la libertad de expresión. La CIDH emitirá una resolución final en 2 meses, con base en lo expuesto por los querellantes, la defensa del Estado y los peritos, entre otros.

Hasta conocerla, quedará la duda acerca de si la Corte resolverá con base en el conocimiento pleno de que el ejercicio periodístico (y sobre todo el espacio de opinión) se ha prostituido en Latinoamérica, con graves consecuencias para sus democracias, o aceptar que el derecho a la libertad de expresión es intocable a pesar de los vicios de un poder omnímodo para quienes se adhieran a él (si que, bajo esa circunstancia, todavía se lo puede denominar derecho).

Y es que las suspicacias surgen de las posturas en la audiencia: i) Pedro Vaca, relator especial para la libertad de expresión (nacionalidad colombiana), denominó al artículo de opinión de Emilio Palacio Urrutia intitulado “No a las mentiras” del 6 de febrero de 2011 como “contenido de alto interés público”1; ii) el especialista y perito Toby Mendel, propuesto por la Corte IDH, señaló que la columna de Palacio fue un “artículo de estilo polémico”; y iii) la declaración pericial se sustentó en múltiples subjetividades2.

Por lo tanto, sustento que la columna de Emilio Palacio dista de ser “contenido de alto interés público” y fue una maliciosa opinión que constituye, como un todo, una injuria, ejercicio que realizo basado en la versión de Palacio en la audiencia de la Corte IDH: 

Describa, ¿cuál era su actividad y qué funciones cumplía como periodista y editor de opinión del Diario El Universo?

Muchas veces se afirmó que el juicio planteado por Rafael Correa solo debía ser para Emilio Palacio. Sin embargo, el propio exeditor del Diario El Universo sostuvo que su labor en el diario era hacer el editorial principal “reflejando el criterio del periódico”.

¿Sufrió usted alguna consecuencia por haber escrito algún artículo crítico a funcionarios públicos?

Más allá de que Emilio Palacio trata de relativizar su paulatino desprestigio como editor y periodista antes de 2007, lo cierto es que ya mantenía fuertes rivalidades con ciertos actores políticos por “injurias” en sus columnas, algo muy alejado del quehacer periodístico de contrastar siempre la información recibida y de su respuesta en la audiencia de la Corte IDH como “siempre había líderes políticos y sociales que criticaban o no le gustaban los artículos”3. De forma inmediata, Palacio sostiene “la persecución política empezó en 2005 cuando Rafael Correa era ministro (de economía)”. Si así fue, ¿por qué en 2007 fue invitado al Palacio de Carondelet para dialogar sobre libertad de expresión cuando el exministro se convirtió en presidente de la República? Una fuerte contradicción4

Por otro lado, miente reiteradamente cuando describe los hechos en el mencionado dialogo con periodistas: “en mayo (de 2007) recibí una llamada, invitándome a dar un … a participar de un debate sobre libertad de expresión. Cuando llegue a Palacio de Gobierno estaba repleto de simpatizantes de Correa y varios periodistas, la mayoría gobiernistas, otro independientes. Yo traté de llevar la discusión hacia un tema que Correa lo había repetido muchas veces que era la crisis financiera de fines de siglo pasado […] los argumento que yo le di, Correa no los pudo contestar, eso fue lo que ocurrió”.

Palacio se extravió con los verbos dialogar y debatir. Sus intervenciones se caracterizaron por el uso de la palabra de forma insolente, tratar de ofender a la persona que lo había invitado y de exacerbar constantemente los ánimos de todos los presentes. En la audiencia de la Corte sostuvo que “simpatizantes de Correa” lo esperaban adentro de Palacio. En realidad, eran los estudiantes del colegio Luciano Andrade Marín5, a los cuales Palacio directamente se dirigió varias veces durante esa visita.

La verdad fue que Palacio, en una de sus intervenciones, realizó conjeturas que incluían a la familia del presidente. Sin embargo, esto tampoco ocasionó su salida de Carondelet, fue poco después cuando el presidente Correa hizo uso de la palabra y Palacio, fiel al guion que se había trazado, lo interrumpió varias veces. Un presidente calmado exigió la salida de Emilio Palacio a los funcionarios de la casa de Gobierno ¡Quintales de paciencia!

¿Por qué usted decidió escribir su artículo de opinión llamado, titulado, “No a las mentiras” con relación a los hechos ocurridos el 30 de septiembre de 2010?

Emilio Palacio argumentó en la audiencia (cita textual):

“para sugerirle al presidente que en vez del indulto les de la amnistía y dije casi al terminar el artículo, la amnistía incluso lo puede bloquear a usted, en que el futuro algún enemigo suyo quiere declararlo […] llevarlo a juicio por lo que ocurrió el 30 de septiembre. No era un ataque, era una advertencia”

La “advertencia” contenía 9 y 2 veces el calificativo de “Dictador” y dictadura, respectivamente. Se suma una lista de imputaciones:

“no pierde oportunidad para perdonar a los criminales”

“se compadeció de los asesinos presos en la Penitenciaría del Litoral”

“cultivó una gran amistad con los invasores de tierras”

“ocultar la irresponsabilidad del Dictador de irse a meter en un cuartel sublevado”

“un luchador de cachacascán”

“pero entonces tampoco allí hubo ningún complot porque ni siquiera deseaban verle la cara”

“podría llevarlo ante una corte penal por haber ordenado fuego a discreción y sin previo aviso contra un hospital lleno de civiles y gente inocente. Los crímenes de lesa humanidad, que no lo olvide, no prescriben”.

Esta última expresión guarda un mensaje bastante claro: la supuesta advertencia es una amenaza ante un enemigo a destruir. Si el espacio en el Diario El Universo fue usado para publicar un ultimátum con base en una lista de injurias, ¿quién puede sostener que esta columna de opinión es “contenido de alto interés público”? Por esta razón, Palacio argumentó en la audiencia que “llevarlo a juicio por lo que ocurrió el 30 de septiembre”. No se atrevió a decir lo que en la columna expuso: “los crímenes de lesa humanidad, que no lo olvide, no prescriben”. Asimismo, ¿qué perito, especialista o defensor de la libertad de expresión se puede atrever a analizar la columna de Emilio Palacio sin un enfoque holístico? Son preguntas que retumban desde lo que se intuye es una falta de idoneidad de los peritos (y sus intervenciones).

¿Cómo reaccionó usted al enterarse que el presidente Rafael Correa lo había demandado personal y legalmente por injuria agravada en virtud de haber escrito y publicado ese artículo de opinión?

Palacio alega que la lucha fue desigual y se enfrentaba a un ciudadano que afirmaba “el Estado soy yo”. Algo contradictorio, si se considera que en la columna “NO a las mentiras” no se advierte tal imagen del presidente Correa dada toda la argumentación expuesta en la misma.

¿Usted se pudo defender adecuadamente de la demanda del presidente Rafael Correa?

Emilio Palacio recordó el fallo del Juez Juan Paredes (20/7/2011) y señaló varias posibles circunstancias por las cuales el juicio estaría viciado. Sin embargo, existió la segunda instancia (20/9/2011) y la última (16/2/2012), las mismas que no son mencionadas en la audiencia, mucho menos criticadas.

¿Cómo se vio afectado su actividad periodística durante los meses que tuvo que atender ese juicio?

Emilio Palacio renunció al cargo de editor de opinión en julio de 2011. Sin embargo, en la audiencia no señaló que el proceso judicial fenecía, si ofrecía las disculpas públicas por tal opinión desafortunada. Si los jueces de la Corte IDH revisan los editoriales de la época podrían evidenciar que colegas de Emilio Palacio sostenían lo desacertado de sus argumentos.

¿Usted por qué tuvo que salir de Ecuador y pedir asilo político en otro país?

Emilio Palacio señaló la existencia de dos testimonios acerca de su condición de “perseguido político”: Lenín Moreno (presidente de la República, 2017-2021) y Guillermo Lasso (presidente de la República, 2021-2025). Los actores políticos en mención son declarados adversarios del progresismo, tanto en Ecuador como en América Latina. Esto deja otras interrogantes abiertas: ¿por qué no regresó al Ecuador, si Moreno es enemigo del “correísmo y lo considera perseguido político”? ¿Qué fuerzas lo impulsan a permanecer fuera del país, concretamente en los Estados Unidos?

Emilio Palacio describió un “clima de miedo” de la siguiente forma: “lo que más influyó […] el clima de miedo que se había instalado en el Ecuador, en los años que estuvo en el poder, la prensa mostró como alrededor de 10 asesinatos de críticos al gobierno, algunos de los cuales, se pudo demostrar que el gobierno los había querido encubrir, el caso emblema, el de Fausto Valdiviezo”.

Desconozco cuáles serán los otros nueve a los que hace referencia, pero las últimas investigaciones sobre el asesinato de Fausto Valdiviezo se sustentan en una nueva teoría, muy alejada de la política nacional y del gobierno de Correa6. Parece que el señor Palacio está tan alejado del Ecuador que no se entera de las noticias7. En fin, una de las mentiras más vergonzosas de toda su exposición.  

¿Cómo vivió usted y su entorno familiar la llegada a un país ajeno, teniendo que pedir asilo y tratar de continuar con su actividad periodística y sostenimiento?

Por respeto a este espacio, a la columna y a los lectores, prefiero no analizar los argumentos expuestos por Palacio.

El presidente Correa perdonó la ejecución de esa sentencia. Sin embargo, ¿usted cree que el perdón de la ejecución de esa sentencia lo reparó? o, en su caso contrario, ¿cómo usted cree que esta Corte puede reparar los daños que usted y su familia han sufrido?

Palacio señaló: “me perdonó cuando yo ya me había ido”. Rafael Correa concedió el perdón cuando el proceso judicial llegó a su término con la última instancia.

Por último, no quiero dejar pasar por alto la aseveración de Pedro Vaca, relator especial para la libertad de expresión: “las sanciones […] tuvieron un efecto amedrentador y silenciador no solo sobre el señor Emilio Palacio, sino sobre toda la sociedad ecuatoriana”. Si uno pasa revista por todos los artículos de opinión y notas periodísticas acerca del gobierno de Correa, posterior al fallo de primera instancia, parece que nunca ocurrió tal proceso judicial. Para muestra, el artículo de opinión de Hernán Pérez Loose8 denominado “La peste”9.

Notas

  1. Pedro Vaca, en su posición de director de la Fundación para la Libertad de Prensa (FLIP), exhortó a Gustavo Petro a no exigir a la Revista Semana el derecho a la réplica y le recordó que “su cargo le exige un comportamiento distinto al del resto de los ciudadanos”. La revista es muy conocida en Latinoamérica por tener una línea editorial de oposición a los movimientos y gobierno progresistas, y por sus investigaciones sin sustento en principios periodísticos. Véase  https://www.semana.com/nacion/articulo/flip-se-pronuncia-sobre-ataques-a-revista-semana-y-vicky-davila/696080/
  2. Revisar la intervención del perito Juan Pablo Albán, véase https://www.facebook.com/CorteIDH/videos/342524050549236
  3. Revisar la carta del expresidente León Febres-Cordero al Diario El Universo como derecho a la réplica a una columna de Emilio Palacio (una de tantas que escribió al diario por este motivo), léase: https://www.eluniverso.com/2007/11/01/0001/22/04DE368255534A27BC353F8047B421E4.html/
  4. Véase: https://www.youtube.com/watch?v=yANBg7fYlQE
  5. Léase: https://www.eluniverso.com/2007/05/20/0001/8/22A9947719D94A21ACAB15770517B06A.html/
  6. Léase: https://www.elcomercio.com/actualidad/seguridad/fausto-valdiviezo-asesinato-involucrados-periodista.html.
  7. Véase: https://www.youtube.com/watch?v=NlK9i2QNVFU
  8. Hernán Pérez Loose,fue uno de los abogados del Diario El Universo en la causa. Lease: https://www.elcomercio.com/actualidad/politica/abogados-de-caso-universo-vigilaron.html
  9. Léase: https://www.eluniverso.com/opinion/2017/05/23/nota/6196441/peste/

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