Por Rodolfo Bueno
Los rusos son eslavos descendientes de guerreros vikingos, que luego del bautizo del Príncipe Vladímir se cristianizaron el 988. La simbiosis de las culturas bizantina y eslava, llevada a cabo por los santos Cirilo y Metodio, caracteriza al Imperio Ruso y a la Rusia moderna. En 1242, los caballeros teutónicos, enviados a conquistar Rusia en una cruzada, fueron derrotados por Alexander Nevski en el lago congelado Peipus. Luego de vencer a los tártaros y mongoles, en la batalla de Kulikovo de 1380, el Principado de Moscú conformó el Imperio Ruso, que llegó a extenderse desde Finlandia y Polonia hasta el norte de California y Alaska. A partir de la caída de Bizancio en 1453, Rusia se convirtió en el mayor Estado cristiano de Europa. Iván IV, llamado injustamente el Terrible y zar desde 1547, derrotó a los kanatos tártaros, conquistó Siberia y consolidó el Estado ruso. El levantamiento popular de 1612 expulsó a los ocupantes de Polonia y Lituania. Pedro I, el Grande, derrotó en Poltava a los invasores suecos, culturizó Rusia y en 1703 fundó San Petersburgo y la Academia de Ciencias de Rusia. La emperatriz Catalina II, la Grande, protegió y mantuvo amistad con Francisco de Miranda, quien creó las banderas de Venezuela, Colombia y Ecuador inspirándose en la rusa; también convirtió a Rusia en una potencia europea y en 1783 conquistó Crimea. En 1812, Napoleón invadió Rusia y fue derrotado en la batalla de Borodinó. En 1861, Alejandro II eliminó la servidumbre e hizo reformas que industrializaron Rusia. Stolypin, Primer Ministro del zar Nicolás II, inició una reforma agraria que abasteció a las ciudades y redujo las importaciones; su muerte en 1911, en un atentado terrorista, frenó sus reformas.
La revolución de abril de 1917 terminó con la dinastía de los Romanov, que había gobernado Rusia los últimos tres siglos. Se instauró el Gobierno Provisional del Príncipe Lvov y Kérensky, pero los Soviets, órganos de poder popular, fueron captados por los bolcheviques. Las diferencias entre ambos poderes del Estado se hicieron antagónicas respecto a la continuación de Rusia en la guerra, la paz inmediata y la profundización de las conquistas populares. Poco después, los destacamentos de obreros y soldados asaltaron el Palacio de Invierno, lo que dio inicio a la Revolución Socialista; la misma fue un proceso prácticamente incruento, no así la Primera Guerra Mundial y la Guerra Civil, que desangraron a Rusia. Luego de que los bolcheviques derrotaran a los ejércitos blancos y a la intervención extranjera, el socialismo se consolidó en Rusia.
El gobierno de la URSS comprendió que al no producirse la Revolución Mundial, el mundo occidental la iba a invadir y que para subsistir el socialismo dependía de sus propias fuerzas, para lo cual el país se industrializó mediante planes quinquenales, que lo transformaron en una moderna sociedad industrial. Pese a que la URSS era la segunda potencia mundial, estuvo al borde de desaparecer derrotada por la coalición militar más poderosa de la historia, que en 1941 Hitler aglutinó bajo su mando. Sin embargo, después de heroicas batallas y de liberar a una veintena de países del yugo nazi-fascista, las tropas soviéticas entraron en Berlín y el 2 de mayo de 1945 izaron la bandera roja en el Reichstag, el parlamento alemán. Una semana después, Alemania nazi capituló ante los Aliado el 9 de mayo de 1945.
La guerra ocasionó a la Unión Soviética la muerte de 27 millones de sus ciudadanos y la destrucción de bienes materiales por un valor cercano a los tres billones de dólares; el pueblo soviético, sin ayuda de nadie, reconstruyó su país. La humanidad se libró de ser esclavizada por el nazi-fascismo, pues en las entrañas de la URSS fue destrozado el 75% del más potente complejo militar bélico creado por la especie humana, la Werhmacht. Merced a la valentía del pueblo soviético salvaron su vida millones de americanos y europeos, que deberían reconocer que si en 1942 Rusia no hubiera sostenido su frente, Alemania nazi los habría conquistado.
Posteriormente, al interior de la URSS se desarrollaron fuerzas oscuras que en 1991 provocaron su colapso. EEUU esperó que Rusia no podría superar sus conmociones sociales, se derrumbaría y el mundo tendría que soportar para siempre sus dictados hegemónicos. Pero Rusia resistió la crisis, se fortaleció y, como el ave Fénix, revivió de las cenizas de su predecesor.
Según el Presidente Putin, Occidente busca la oportunidad para golpear y destruir a Rusia; simplemente están obsesionados por el hecho de que exista un país tan enorme y glorioso, con tantas riquezas naturales y recursos, con un pueblo que no sabe, y nunca sabrá, cómo vivir bajo órdenes ajenas.
Sostuvo que Estados Unidos está dispuesto a pasar por encima de todo con tal de preservar el sistema neocolonial que le permite parasitar, de hecho, saquear al mundo a expensas del poder del dólar y de los dictados tecnológicos, para cobrar a la humanidad un verdadero tributo, para extraer la principal fuente de prosperidad no laborada, el diezmo a la potencia superior; el mantenimiento de esta contribución es un motivo clave, genuino y absolutamente egoísta. De ahí su agresividad hacia los estados independientes, hacia los valores tradicionales y las culturas originarias, de ahí sus intentos de socavar los procesos internacionales y de integración fuera de su control, las nuevas monedas mundiales y los centros de desarrollo tecnológico.
Para estas élites es fundamental que todos los países entreguen su soberanía a EEUU; algunos gobernantes lo aceptan voluntariamente y se convierten en vasallos suyos, otros son sobornados o intimidados. Y si eso no funciona, destruyen estados enteros, dejando tras de sí catástrofes humanitarias, millones de destinos humanos arruinados, desastres, pobreza, enclaves terroristas, protectorados y zonas de real calamidad social; todo esto no les importa mientras obtengan su propio beneficio.
Subrayó que la codicia y la intención de preservar su poder ilimitado es precisamente donde están las verdaderas razones de la guerra híbrida que Occidente, como colectivo, está librando contra Rusia. No desean libertad de Rusia, sino que quieren verla como una colonia; no quieren una cooperación en igualdad de condiciones, quieren robar; no quieren una sociedad libre en Rusia, sino una multitud de esclavos sin alma. Para ellos, el pensamiento y la filosofía rusa son una amenaza directa, por eso atentan contra sus filósofos; la cultura y el arte rusa son un peligro, por eso están tratando de prohibirlas; el desarrollo y prosperidad de Rusia también es una amenaza, pues crece la competencia. Ellos no necesitan en absoluto de Rusia, son los rusos los que necesitan de su país. Pero Rusia siempre será Rusia y los rusos seguirán defendiendo con su vida sus valores morales y espirituales.
Alguna vez, el régimen de Kiev afirmó que si quienes viven al este de Ucrania se consideran rusos y aspiran a hablar ruso, entonces deben escapar a Rusia, por su propio bien y el futuro de sus hijos y nietos. En lugar de eso, las repúblicas de Donetsk y Lugansk, así como las regiones de Jersón y Zaporoyia, territorios poblados mayoritariamente por rusos, anunciaron un referéndum para su adhesión a Rusia. Luego de conocerse los resultados, el Presidente Putin, a nombre de las generaciones pasadas, de aquellos que siempre construyeron y defendieron a Rusia, firmó el decreto mediante el cual a partir del 30 de septiembre estos territorios se convirtieron en parte de Rusia, todo basado sobre el derecho inalienable establecido en el artículo 1 de la Carta de la ONU. Hizo un llamado al régimen de Kiev para que cese la guerra que desató desde el 2014 y regrese a la mesa de negociaciones, que Rusia está lista para eso, pero que no discutirá la elección de la gente de Donetsk, Lugansk, Zaporozhie y Jersón; eso ya es un hecho y Rusia no los traicionará y los defenderá con todas las fuerzas y medios a su alcance. Prometió que Rusia reconstruirá las ciudades y todo lo destruido, que los ciudadanos de las nuevas regiones sentirán el apoyo de toda Rusia, su patria grandiosa.
Respecto a los atentados contra los gasoductos Nord Stream I y Nord Stream II, el Presidente Putin denunció: “A los anglosajones ya no les basta con las sanciones, pasaron a los sabotajes. Increíble, pero cierto. Al organizar las explosiones en los gasoductos Nord Stream, que pasan por el fondo del mar Báltico, prácticamente comenzaron la destrucción de la infraestructura energética paneuropea… Es evidente para todos quién se beneficia de esto. El que saca provecho, es el que lo hizo”.
El problema es que EEUU y el sector occidental al que domina se involucraron en conflicto de Ucrania contra Rusia, por lo que existe el real peligro de que entre Rusia y el Occidente colectivo estalle la Tercera Guerra Mundial. Y ahí sí no habrá donde esconderse ni quedará títere con cabeza. ¡Que Dios airee la esperanza!