Por Dax Toscano
El Movimiento de Unidad Plurinacional Pachakutik nació en el año 1995 con el objetivo de hacerle frente al modelo neoliberal en el Ecuador y acabar con toda forma de explotación, opresión e injusticia, en defensa de la soberanía y la autodeterminación de los pueblos. Este movimiento surge de las resistencias, fundamentalmente indígenas, que durante más de 500 años de conquista, colonialismo y racismo se han llevado adelante.
Su presencia en el escenario político estuvo acompañada de la participación en diversas luchas populares para hacerle frente a los gobiernos de derecha que impusieron el modelo neoliberal en el Ecuador, movilizaciones que tienen su antecedente en el primer gran levantamiento indígena que inicio con la toma pacífica de la Iglesia de Santo Domingo, en Quito, el 28 de mayo de 1990 y las protestas en diversas provincias de la Sierra y Amazonía ecuatoriana desde el 4 de junio del mismo año.
En ese momento se plantearon que se den soluciones al problema de la tierra y territorios de las nacionalidades indígenas, el establecimiento de un Estado Plurinacional, la expulsión del Instituto Lingüístico de Verano, una fachada de la CIA para penetrar en las comunidades indígenas.
La oposición a la dolarización y al feriado bancario bajo el gobierno de Mahuad fue otro de los momentos prominentes de la las luchas indígenas y sus organizaciones políticas.
Nadie puede desconocer el aporte que en el enfrentamiento a los gobiernos neoliberales y a las políticas impuestas por el FMI el movimiento indígena ha hecho. Eso sería un craso error. Pero de igual manera sería incorrecto encubrir los acuerdos políticos a los que muchos de sus dirigentes han llegado, precisamente con sectores a los que han señalado como los responsables de la crisis política, económica y social que el Ecuador vive y contra quienes las bases indígenas se han levantado, ofrendando muchas veces su vida.
En 2003 Lucio Gutiérrez fue elegido como presidente del Ecuador. Había enarbolado un discurso progresista que se diluyó de inmediato, al aliarse con el gobierno colombiano de Uribe para combatir a la insurgencia colombiana y confrontar al presidente Hugo Chávez, así como al ponerse a las órdenes del gobierno de W. Bush, a quien dijo que quería convertirse en su mejor amigo y aliado.
De igual manera, Lucio, quien nombró como ministro de Economía al neoliberal Mauricio Pozo, firmó en febrero de 2003 la carta de intención del FMI. Nina Pacari, dirigente de Pachakutik, nombrada canciller de la República, al igual que el asesor económico, también de esa organización política, Fernando Buendía, conocieron del plan económico a aplicarse desde antes mismo de la posesión de Lucio. En el documental de Elisabetta Andreoli y Gabriele Muzio “Como Bush ganó las elecciones en el Ecuador”, Pacari rehúyo a responder las preguntas sobre la aplicación de las medidas impuestas por el FMI bajo el gobierno del que ella fue parte, mientras que Buendía incluso llegó a señalar que el FMI se había humanizado.
Hay que recordar que Pachakutik, pese a esto se mantuvo en el gobierno durante los primeros siete meses, a pesar de que el equipo económico de Gutiérrez estaba conformado por personajes como Mauricio Pozo, Guillermo Lasso, Mario Canessa y del cual participó Fernando Buendía. La relación con Lasso, por tanto, no es nueva.
En 2017 la dirigencia de Pachakutik de ese entonces, presidida por Lourdes Tibán, decidió apoyar la candidatura del general Paco Moncayo, postulado por la Izquierda Democrática.
Característica de este movimiento ha sido el vaivén entre una y otra agrupación partidista, sin tener una posición política clara, lo cual les ha hecho balancearse entre sectores de la derecha, la socialdemocracia y la llamada extrema izquierda como el extinto MPD, hoy UP.
En ese año, Tibán terminó apoyando al banquero Guillermo Lasso frente a Moreno, candidato por Alianza País, en ese momento la agrupación política del presidente Rafael Correa.
Tibán fue una acérrima opositora al gobierno de Correa. Su hermano Marco Tibán participó en la intentona policial golpista del 30 de septiembre de 2010.
En Latacunga y en Quito, Lasso y Tibán aparecieron juntos en mítines políticos e incluso se abrazaron. La alianza con el banquero estaba sellada. Salvador Quishpe, también dirigente de Pachakutik y prefecto en ese entonces de Zamora Chinchipe, había antes propuesto a Lasso que Tibán sea su binomio presidencial.
Como se puede apreciar la cercanía con el banquero y las alianzas con su agrupación política por parte de dirigentes de Pachakutik, no es algo nuevo. Lo paradójico es que, siendo un movimiento que se declara abiertamente contra el neoliberalismo y en defensa de los intereses del pueblo, pacte precisamente con quien durante más de dos décadas ha trabajado por la defensa de ese modelo económico.
A más de su inconsistencia política y de su doble discurso, lo que ha conducido el accionar de Pachakutik ha sido el odio visceral contra el ex mandatario Rafael Correa al que solo les ha faltado acusarle de la extinción de los dinosaurios.
Este 12 de febrero de 2021, Yaku Pérez acusó al ex mandatario de manejar el CNE a control remoto y de actuar como Nostradamus haciendo predicciones casi precisas para ser él el que determine los porcentajes de votos a favor de los candidatos que quedaron en los tres primeros lugares. Pérez también lo calificó de aguafiestas y dijo a Lasso que hagan el recuento de votos, prácticamente disponiendo ellos sobre el CNE, y que de ello puede haber la sorpresa de que Arauz quede en tercer lugar y Lasso y él pasar a la segunda vuelta y luego de que gane la presidencia, Lasso apoyarlo a él en su mandato. Los que no triunfaron en la primera vuelta, queriendo cambiar la realidad a la fuerza.
Sin pruebas, sin principios, con bufonadas, irrespetando a sus bases y los deseos de estas de buscar un cambio a la situación del país, Pérez habla de llevar adelante un pacto precisamente con quienes cogobernaron con Moreno y fueron durante el año 2020 los que condujeron a una situación crítica en materia de salud y económica a trabajadores, empleados públicos, sectores populares, indígenas, campesinos. Con los que apoyaron la denominada Ley Humanitaria y Ley Financiera para afectar los derechos de los trabajadores quiere pactar Pérez, aunque fue un miembro de su movimiento el que también dio el voto favorable a estas infames leyes.
Ya en 2017, Carlos Pérez Guartambel expresaba que es preferible apoyar a un banquero que una dictadura, siempre en alusión a Rafael Correa.
En 2015 el movimiento indígena se movilizó al tenor de los sectores de la derecha para oponerse a la Ley de Herencias y Plusvalía a través de las cuales se buscaba acabar con inequidades sociales, la especulación de los suelos y el encarecimiento de las viviendas.
La inconstitucional consulta popular propuesta por Lenín Moreno, aprobada el 4 de febrero de 2018, a través de la cual se posibilitó la desinstitucionalización del Estado ecuatoriano con el pretexto de descorreizar al país, también fue apoyada por Pachakutik. Julio César Trujillo dijo que sus decisiones estaban por encima de la Constitución. El resultado fue la imposición de autoridades a dedo como es el caso de la Fiscal Diana Salazar.
Guartambel se presenta como un hombre humilde, ligado a los intereses del pueblo. Sin embargo, queda claro su ambición personal, así como su insensatez política al pretender pactar con los enemigos del pueblo por su odio a Correa, pero también su verdadera posición en caso de llegar a ser mandatario puesto que ha hablado de eliminar el impuesto a la salida de capitales en favor de los grandes empresarios.
De igual manera, la posición política sobre temas internacionales por parte de Pérez deja claro que sería un aliado de los sectores reaccionarios, proimperialistas, enemigos de la unidad latinoamericana. Pérez ha atacado a los gobiernos legítimos de Venezuela y Bolivia, llegando a pronunciarse a favor del golpe de Estado perpetrado en 2019 contra Evo Morales.
Lo cierto es que Yaku, junto a su grupo de confianza, entre las que resalta Martha Roldós, tienen mucho de parecido con esos otrora jóvenes progres de Ruptura de los 25, funcionarios de este mal gobierno, que han sido los responsables directos de las políticas más criminales de Moreno.