Por Margarita Rosa de Francisco
A ver cómo lidiamos con semejante palabro (en masculino, sí). Si ha habido un país gobernado por gente “preparada” es Colombia. Del mismo impresidente Duque decían eso: que era un joven economista preparado (les advierto que voy a repetir esa palabra hasta empalagarlos y empalagarme con ella). Pues hoy, entre todos los preparados, él y el preparado desde la cuna, Andrés Pastrana, se están peleando el premio por la peor gestión de gobierno. Y así hemos padecido muchos funcionarios muy bien preparados con importantísimos cargos, como, por ejemplo, el exfiscal Néstor Humberto Martínez; el actual, que se proclama a sí mismo como “el fiscal mejor preparado” que hemos tenido; el exministro de hacienda Bonosdeagua Carrasquilla, y otro preparado que jamás olvidaremos: Andrés Felipe Arias. En fin, no me voy a gastar el capital de esta columna con nombres propios que surgen como chispas desde el pasado y el presente político de nuestra tierra torturada y que no hacen una real diferencia entre uno y otro.
Oigo decir que Colombia no está preparada para tener una presidenta ni vicepresidenta, negra; y que esa candidata a vicepresidenta, negra, no está preparada para ese lugar en el gobierno porque nuestro país es muy complicado y necesita una persona mejor preparada. Ahora sí, ampliemos la pregunta que titula este texto.
¿Para qué no está preparada una mujer que lleva más de dos décadas luchando por los derechos de una comunidad ninguneada como la suya? ¿Para qué no está preparada una mujer que se ganó el reconocimiento mundial más importante como defensora del medio ambiente? ¿Para qué no está preparada una madre abogada y cabeza de familia que ha puesto en su lugar a los candidatos presidenciales que han debatido con ella, al utilizar palabras firmes, asertivas, sabias, sencillas y respetuosas? Sí, Francia maneja un modo respetuoso de expresarse. Decirle a un neoliberal como el expresidente Gaviria, “neoliberal”, es una tautología; es aplicar una de las leyes fundantes del pensamiento lógico (occidental, eso sí) como es el principio de identidad: un neoliberal es un neoliberal. ¿Dónde está la grosería? Probablemente en el salvajismo de una política económica que no ha hecho sino aumentar la desigualdad social que Francia, la fórmula vicepresidencial de Petro, ha vivido dolorosamente en carne propia.
Ahora tratemos de responder la pregunta. ¿Para qué no está preparada Francia Márquez? Yo no veo a Francia preparada para robarse una playa ni para actuar como lo han hecho los preparados que han ocupado ese puesto y todos los que exigen alta responsabilidad ética. No la veo preparada para someterse a lo que Petro le imponga. No la veo preparada para ser condescendiente ni para echarle cepillo a nadie ni para seguir usando un lenguaje mohoso y patriarcal. No la veo preparada para venderse a los intereses económicos de los poderosos. No la veo preparada para no ser ella misma en todos los momentos. No la veo preparada para aprovecharse de un cargo público y darle la espalda a su propio discurso e historia, como la gran líder social que es.
Tampoco creo que Francia esté preparada para sentirse infalible. Sus electores estaremos atentos y dispuestos a criticar su gestión y a hacerle el control político que requiere todo funcionario del Estado. Pero que eso no nos exima del deber de prepararnos nosotros como pueblo para estar a la altura de un fenómeno que raya en lo poético como es la llegada a la contienda política –sin más músculo que la propia fuerza de su inteligencia– de una mujer que también representa la autoridad de aquellas que todavía ayudan a criar a las niñas y los niños de este país. Preparémonos, entonces, para estar al nivel de una mayora que simboliza, con todas sus letras, la dignidad (que creíamos perdida) de una nación.