Luis Varese
Me pregunta, compañero, cómo llegué a Sandino, cómo me incorporé al EPS, cómo te identificas con la RPS y con el pueblo de Nicaragua.
Vengo de una familia de migrantes. Mi abuelo materno fue fundador de la primera cooperativa de estibadores del puerto de Génova llamada La Mutua. La bandera rojinegra de los anarquistas, es parte de mi conciencia desde niño tal vez, o adolescente. Cuando cumplí 10 años triunfó la Revolución Cubana, Bandera rojinegra del M 26 de Julio. Admiración por los barbudos que llegaron a Lima.
El cristianismo y la religión en mi casa siempre fueron tema de justicia social. La búsqueda de cambiar el mundo de injusticias, era parte de las conversaciones desde niño.
Descubrir a Sandino
Llego a Solentiname en 1970. Recién casado y con mi esposa Tula en ese entonces, en búsqueda de una opción política militante, en el marco de la no violencia y la Teología de la Liberación. Eso eran nuestros ideales y pertenecíamos a un grupo de jóvenes que buscaban opciones diferentes para el Perú. Le escribí a Ernesto Cardenal, a sugerencias de un hermano que tuve.
Un atardecer de setiembre Fuimos recibidos por Alejandro Guevara e iniciamos una larga relación con la Comunidad de Solentiname.
Cuando Ernesto Cardenal regresó de Cuba hubo un cambio importante en la comunidad. Viendo y sintiendo el accionar político del FSLN, todos nos sentíamos muy atraídos. El pensamiento Gandhiano tenía mucho efecto aún en nuestras pequeñas mentes con vocación revolucionaria. Ernesto no descartaba la vía armada.
Desde los primeros días y luego a lo largo de los años en Solentiname, la historia y el pensamiento de Sandino eran tema de conversación cotidiana. El Poeta José Coronel Urtecho, gran erudito y sabio sobre el tema, influía mucho en nuestras ideas, deslumbrándonos con la manera de relatar y de acercarnos a Sandino. Las conversaciones larguísimas en su casa de Las Brisas, en Costa Rica, eran de una riqueza inapreciable.
Lo mismo era con Ernesto, que para mí, en ese tiempo, era el guía espiritual y político, del camino de la Revolución. Entre Cristianismo y Revolución no hay contradicción, ese era el pensamiento de ese tiempo y no voy a esconderlo ahora.
Primero en 1970, se me aparece el antisomocismo, la figura terrorífica de la dictadura sin límites, el respaldo incondicional del imperialismo yanki, en ese espacio político y vivencial la figura de Sandino crece de manera irreversible en mi mente y en mi corazón. “No somos un obstáculo para la Paz, somos enemigos de la guerra, solo hemos estado ejerciendo el derecho de la defensa”, dice el General del pequeño ejército loco.
El coraje que tenían los compañeros de la Comunidad de Solentiname era contagioso. En manos del Somocismo no había más que la protección del prestigio internacional del Poeta y así nace la figura de Sandino, en lo más profundo de la parte rojinegra de mis huesos.
Regresé al Perú para incorporarme al Proceso Revolucionario que dirigía el General Juan Velasco Alvarado. Ya era Sandinista. Con Alejandro Guevara fundamos una célula del FSLN en Solentiname. Eran miembros, Ernesto Cardenal, Alejandro Guevara, Laureano Mairena (a quien me cupo la alegría de incorporar) Elbis Chavarrìa, Donald Guevara, Nubia Arcia, Esperanza Guevara, Gloria Guevara, Bosco Centeno, Felipe Peña, William Agudelo.
Esa célula inicial participó luego del asalto al Cuartel de San Carlos el 13 de octubre de 1977. El asalto fue exitoso. Fueron posteriormente capturados Donald, Elbis y Felipe Peña. A los dos primeros los amarraron con alambre de púas y los quemaron vivos. A Felipe Peña, Mozote, le perdonaron la vida y salió en libertad rescatado por el asalto a la Chanchera, el Congreso de Nicaragua, dirigido por Edén Pastora. Felipe moriría posteriormente combatiendo en Nueva Guinea.
Quiero aquí conmemorar a quienes entregaron lo único que realmente poseían: la vida. De mis amigos cercanos y queridos se fueron Elvis Chavarría, Donald Guevara en el asalto al cuartel de San Carlos en 1977. Partió Felipe Peña (Mozote, por su cabello irredento) en Nueva Guinea. Después del Triunfo, cruzó el Gran Río, Laureano Mairena, gran hermano, Capitán en la lucha contra las bandas somocistas armadas por los EEUU.
Alejandro Guevara, en un feo accidente de tránsito camino a San Carlos. Dirigente, sereno, equilibrado, sabio, valiente, ético. Hoy estaría, como siempre, al lado de Daniel. Esos son mis cercanos, mis hermanos, mi sola idea, como se dice en el lenguaje de las prisiones peruanas. No voy a dejar de mencionar a Ernesto Cardenal que contribuyó de manera sustantiva a la incorporación de los cristianos de la Teología de la Liberación (por lo que yo me encontraba en Solentiname). Luego su historia cambió. Unos seguimos al lado del FSLN con Daniel, otros se fueron al lado del enemigo histórico. Ernesto nunca estuvo con el Imperio.
Hay otros, miles de héroes y mártires, estos que nombro son los que me llevaron al Frente Sur, con el corazón y la fe en el triunfo. Ellos y el Comandante Daniel Ortega a quien conocí en Octubre de 1978 (si no yerro en la fecha, en una casita en Costa Rica) él estaba con su compañera, Rosario Murillo. Hablamos de tareas que podíamos desarrollar en el Perú, en apoyo al FSLN. Me parece que cumplimos, al menos en parte. Vanguardias en estas tareas fueron compañeres que también han partido, Esteban y Lucía Pavletich, Oscar Balbuena Marroquín, Antonio, Chango, Aragón, Diana Ávila, Laura Madalengoitia, Juan Enrique Bazán, Marco Bonino, entre otros. A compañeras y compañeros que están aún en la batalla y que siguen con la fe en el triunfo, no los menciono para no dar material al fascismo que se construye en el Perú y que anda persiguiendo enemigos.
La conmemoración de nuestros muertos, no les quita alegría a las vigilias, a la fiesta que es el 19 de Julio, los incorpora desde el espacio donde están. Las banderas rojinegras de las plazas son sus fuegos vivos y presentes entre nosotros.
Los otros murieron de otra manera abandonando la lucha por la Revolución y al FSLN. Varios de ellos se aliaron con el imperio y algunos participaron en el intento de golpe de Estado de Julio de 2018. Todo se puede permitir, menos la alianza con el imperialismo ni con “los yankis, enemigos de la humanidad”, como nos canta el Himno del Frente.
En el asalto al cuartel de San Carlos, el 13 de octubre de 1977, no estuve pues me encontraba en Lima, participando de la seguridad de dirigentes campesinos y obreros que organizaron el gran paro nacional del julio de 1977, que hizo tambalear a la dictadura del general-felón Francisco Morales Bermúdez.
Los compañeros de Solentiname no me avisaron del asalto. Alejandro después me dijo que no querían arriesgar a todos (sic). Me sentí muy desilusionado, pero tal vez no estaría escribiendo estas notas.
“La Soberanía no se discute, se defiende con las armas en la mano”
Esta frase de Sandino la tengo grabada en lo más profundo de mi cerebro y es mi vínculo ineluctable con el FSLN de ayer y con el de hoy. Y la defensa de la Soberanía es el más profundo amor al pueblo.
Sandino me lleva al internacionalismo. Nunca fue un hecho pensado así. Siempre me sentí hijo del Perú y a la vez de la Patria Grande. Nicaragua, a partir de 1970 me enamoró de manera irreversible, apasionada. Sandino le daba cuerpo e idea a ese enamoramiento. El FSLN era el ejemplo a seguir.
En el pensamiento de Sandino, en sus escritos, la Soberanía no es solamente la independencia nacional y el resguardo de las fronteras como nos vendían los nacionalistas entrenados por el Comando Sur de los EEUU.
La Soberanía es el derecho del pueblo a vivir dignamente en su Patria. Soberanía sobre los recursos y la distribución de ellos. “Mi espada defenderá el decoro nacional y dará redención a los oprimidos”. El decoro nacional, La Soberanía; la redención de los oprimidos, la redistribución de la riqueza, el ejercicio pleno del pueblo, sobre sus recursos naturales. Todo ello es parte de la palabra y el pensamiento de Sandino.
La incorporación al EPS
En 1978, Herty Lewites llega a Lima y se reúne con alguna gente del Comité de Solidaridad con Nicaragua que presidía Esteban Pavletich, y pide el apoyo solidario de periodistas y cineastas para un futuro próximo. Se preparaba la insurrección y la ofensiva final: el asalto al poder.
Herty era quien me dirigía directamente y estaba en permanente contacto con él viajando por Panamá, Costa Rica y México, con tareas que me encargaba. Una de ellas fue reclutar cineastas y periodistas para la estructura de información y propaganda del FSLN, de la Tendencia Insurreccional o los llamados Terceristas.
Una madrugada de marzo de 1979, recibo su llamada diciendo: Tienen que venir los dos ingenieros especialistas y los veterinarios. Iniciamos la tala del bosque y abrimos la finca hay que prepararla y vos que te vengás mañana para dirigir el equipo que entra. Mañana no puedo le dije (era director de una ONG y tenía que preparar la transferencia o algo así), tenía dos hijos pequeños. Que te vengás jodido me dijo. Bueno, pasado mañana llego. Y así fue y así me fui. Nuestra confianza en el Frente y en Daniel era incondicional.
Los ingenieros especialistas eran el Mayor José Antonio Fernández Salvatecci y el Capitán Eloy Villacrez Riquelme. Ambos oficiales del Ejército Peruano que se habían ofrecido para ir a combatir a Nicaragua. Cumplieron con su palabra de internacionalistas, en el Frente Sur Benjamín Zeledón. El Capitán Villacrez, participó incluso en acciones de comando.
Los dos veterinarios fueron cineastas uruguayos, muy valientes, que con su carnet de periodistas llegaron hasta la sala de prensa del propio Somoza, en este tiempo no me animo a mencionar sus nombres para protegerles. Si no me equivoco estuvieron dos semanas en Managua cumpliendo la labor periodística y luego salieron hacia otras tareas revolucionarias.
Nosotros, el equipo de prensa del Frente Sur, ingresamos por El Ostional, en los primeros días de abril. Estábamos al mando de un joven Nicaragüense llamado Claudio, y había un mexicano, un puertorriqueño (el famoso fotógrafo Emilio Rodríguez), un colombiano, y este peruano.
En este ingreso por el Ostional, al pie del mar, acampamos en una quebrada, por instrucciones del mando. La GN nos ubicó casi inmediatamente y llovieron morteros y proyectiles de mayor poder. Al caer la tarde se desató una fuerte lluvia y en un determinado momento se produjo una tremenda oleada de troncos , lodo y agua. Logramos escapar de este aluvión. Cargué una caja de metal con municiones de ametralladora 30 y mi cámara y grabadora. Al final tuve que abandonar la bolsa con la cámara. La correntada se llevó mucho material y creo que allí, con la correntada, falleció algún compañero combatiente.
La Guardia Genocida nos bombardeaba desde tierra y desde una cañonera por lado del mar.
Allí se inicia mi participación, ya no como periodista sino como combatiente. Luego pasaría a dirigir una escuadra, un pelotón y finalmente una columna de internacionalistas, la María Castil Blanco, bajo el mando de Fernando, Alejandro Guevara. La última acción que debimos realizar fue tratar de interceptar a un contingente de la GN que huía hacia Puerto Somoza. La órdenes de Marvin eran cerrarles el paso. No conseguimos el objetivo pues ellos tenían vehículos y no los alcanzamos. Según me relató Marvin después, hubiéramos tenido entre un 60 a 75 por ciento de bajas, pues la Guardia estaba atrincherada y nosotros no teníamos la información (inteligencia) suficiente.
El 3 de setiembre de 1979, en la explanada de El Retiro, recibí de manos de Javier Pichardo el grado de Capitán del EPS.
El error de un periodista italiano me costó caro.
En otras funciones, después del triunfo estuve en Europa a nombre del EPS. En una entrevista que me hizo un periodista italiano, el editor tituló “Comandante dei Sandinisti racconta…” (Comandante de los Sandinistas cuenta…). El compañero que estaba a cargo de la solidaridad desde Roma, increpa que no le habían dicho que iba un Comandante. Alejandro me llamó para decime que qué pasaba… Por supuesto traté de hacer reeditar ese titular del periódico Seccolo XIX de Génova, pero imposible. Los que prefirieron creer que me hice pasar por comandante, tuvieron su regalo. Los que me creyeron no tenían la evidencia. Jamás me hubiera hecho pasar por un Comandante de la Revolución. Nunca fui tan idiota de querer figurar a cargo de otros méritos. Con ello me gané la animadversión de compañeros del EPS y luego del Ejército Nacional. Incluso un Coronel me dijo vos sos el que se hizo pasar por Comandante. Terminamos casi a los golpes. Esta anécdota la cuento porque vale la pena aclarar.
46/19, Siempre + allá, avanzando en la Revolución, es la consigna de hoy.
Diecisiete años de neoliberalismo oscuro y saqueador (1990 al 2007) no doblegaron la fe revolucionaria del Comandante Daniel Ortega ni de su compañera Rosario Murillo, y las compañeras y compañeros que le siguieron, “para gobernar desde abajo”.
El objetivo de recuperar el gobierno y dar continuidad a la Revolución Popular Sandinista, se viene cumpliendo. El FSLN no perdió, bajo esta dirección, la visión de la lucha por el poder y de construcción de partido, o del Instrumento (como lo llama Marta Harnecker) con el cual ejercer este poder. Podemos debatir mucho y discrepar con muchas y muchos, pero la realidad histórica nos coloca al lado del antiimperialismo y somos y seguiremos siendo fieles al pensamiento de Bolívar, Martí, Sandino, el Che, Fidel y a la práctica histórica de Tomás y de Daniel.
Hoy la Revolución es mucho más que la redistribución de la riqueza, pero esa redistribución es irrenunciable a la opción por los pobres, que es donde estamos. Y la redistribución de la riqueza circula por las calles y carreteras de la Nicaragua del Gobierno de Reconstrucción y Unidad Nacional.
Hoy también en la lucha contrahegemónica (como bien la llama Paul Almeida del PCEcuador) nos alineamos contra el neoliberalismo y estamos seguros de no equivocarnos. Opciones revolucionarias como la de Cuba, Nicaragua y Venezuela, cada una con sus particularidades, son testimonio de que podemos conquistar un futuro socialista y a la vez luchar por la supervivencia de la especie humana en este planeta.
En este alineamiento no podemos confundir al enemigo principal. Somos incondicionales en la lucha contra el fascismo que construyen los EEUU, su brazo interventor armado, la OTAN, y las lumpenoligarquías locales que gobiernan en Nuestramérica.
Nuestro brazo y nuestra fuerza siguen y seguirán al servicio de la Revolución.