Por Luis Varese

Seguridad Ciudadana, Defensa Estratégica y Proyecto Nacional.

Hay dos estrategias predominantes para enfrentar el grave problema de la seguridad ciudadana, que es cada vez mayor y que afecta no sólo a las personas individualmente, sino a la seguridad de los Estados como expresión de un colectivo específico.

La primera y la más usada es la versión represiva, de la que andan enamorados históricamente los sectores conservadores, pero de la cual no se libran  gobiernos progresistas, con ciertas  excepciones.  La Seguridad del Estado, concebida como una forma policial-militar y punitiva con aumento de penas en cárceles – que suelen convertirse en las principales escuelas del delito-disminución de edad para el castigo e incluso no faltan quienes claman por la pena de muerte. Impunidad, décadas de represión, fortalecimiento logístico de las Policías, compras de equipamiento  sofisticados dan como resultado lo que hoy tenemos: más inseguridad, mayor corrupción de las policías mal pagadas y crecimiento desmedido de los cuerpos privados de seguridad que se vuelven pequeños ejércitos con poco o ningún control estatal o ciudadano.

La segunda estrategia combina  la concepción de mando único, centralización de la Inteligencia y la participación ciudadana organizada conjuntamente con el  aparato policial y es la que ha dado pruebas de mayor eficacia.  Ella funciona en el marco de un Proyecto Nacional cuyo objetivo primordial es el combate a la pobreza, la democratización del acceso a los recursos a través de un Estado que invierta los impuestos en servicios y educación para las mayorías. La defensa de las fronteras contra el crimen organizado, la defensa del ciudadano contra la delincuencia común, pasa en primer lugar por redistribuir estos servicios. El pasosiguiente es incluir al ciudadano y la ciudadana, jóvenes y adultos, a las tareas de seguridad ciudadana en todo aquello que es diagnóstico, prevención y control o veeduría social. Esta ciudadanía cumple un papel dialéctico: orienta y es orientada por una policía confiable y no corrupta. 

Entre 2008 y 2016, Ecuador pasó de tener 24 asesinatos por cada 100 mil habitantes a 5 asesinatos por cada cien mil habitantes. Convirtiéndose en un caso de estudio a nivel mundial, sobre este tema.

Algunos requisitos básicos:

1. El Gobierno representa un Proyecto Nacional incluyente. La población debe sentirse propietaria de su país. La redistribución de la riqueza a través de los impuestos-servicios, las políticas públicas y acceso a los créditos, es fundamental. El concepto de Patria no es solamente el respeto a los símbolos o a las fronteras. Es  sentirse población respetada y dueña de su espacio.  Este concepto abre las puertas  a la seguridad ciudadana y a la defensa estratégica del territorio. La soberanía se trabaja de lo pequeño a lo grande. “Mi estado me protege y me atiende y yo protejo a mi estado.”

2. En esta estrategia   la policía se inserta en el barrio, conoce a su población y cumple además, un papel de vínculo entre las diversas formas de organización social con el Estado desde su menor expresión administrativa, en todo aquello que es la defensa ciudadana de sus espacios seguros. Se plantea como  una opción democrática, social, participativa, incluyente, donde el poder policial está claramente subordinado al Estado Civil y no por encima de él. En este marco, la fuerza policial debe ser bien educada, formada, equipada, capacitada,  depurada y remunerada en una lucha permanente contra la corrupción. (En Nuestramérica Nicaragua y Cuba son ejemplo de seguridad ciudadana, debido a esta concepción)

3. La investigación efectiva y la prevención pasan por la labor de Inteligencia y qué más información que la que viene del pueblo organizado, del ciudadano consciente. No hablamos de la organización de una militancia particular. Hablamos de la organización barrial, comunitaria, ciudadana en general, sin importar el color político o el sector de clase a la que se pertenece. 
4. La respuesta debe ser diferenciada para los diversos sectores de la sociedad. La violencia doméstica, la violencia contra la mujer debe tener una respuesta específica con espacios propios y manejados por policías femeninas, policías capacitados y organizaciones  de mujeres.  Aquí las varias organizaciones de mujeres, cumplen un rol fundamental y deben ser incluidas para tener una visión global de este complejo tema que tanta relevancia tiene en nuestra América Latina.

Los jóvenes: en el trabajo que se realizó en el Ecuador, para construir la “Guía de Seguridad Ciudadana, Solidaridad Ciudadana se evidenció que los jóvenes aparecen como un problema. Como si los adultos fuéramos una solución. En general las policías los vienen tratando de esta manera y resuelven abordar el tema con el criterio de combate a las pandillas.  Las muertes de muchachos y muchachas son explicadascomo un ajuste de cuentas, que habitualmente oculta incompetencia, desidia, o incluso complicidad de la policía. 

Las experiencias exitosas pasan por incorporar a los jóvenes y ello pasa por la inclusión social y no la persecución policial. El uso de los espacios públicos, el uso del tiempo libre, la comprensión integral de que el Estado en su conjunto es responsable de atender a este y todos los sectores de la sociedad. La legalización e incorporación de las “pandillas juveniles” y su conversión en Corporaciones Urbanas Juveniles dio un resultado extraordinario en la disminución de conflictos en los barrios.  Hubo experiencias muy buenas en Esmeraldas, en Guayaquil, en Lima, en Río de Janeiro, en Managua. Dispersas no nos sirven, manejadas como políticas públicas son un éxito. 

El trabajo con niños, niñas y adolescentes. La lucha contra la trata. Cada uno debe tener una atención especial, pero con un concepto de integración a una sociedad que los respeta.

5. La relación de la Policía con pueblos y nacionalidades es otro aspecto de inclusión para la seguridad ciudadana. Durante la gestión de la Revolución Ciudadana se eliminó el tema de talla para el ingreso a la policía Nacional y se privilegió el acceso a los diversos pueblos y nacionalidades de la Amazonía, la Costa y la Sierra. Si bien esto quedó como una tarea inconclusa, el impacto fue de gran importancia. Gran parte de las muertes por conflictos de tierras, por violencia doméstica o por feminicidio se pudieron disminuir por una aproximación de Policía Comunitaria y por una comprensión cultural del tema en el marco de la Constitución de Montecristi.

6. El poder judicial y las cárceles son una piedra fundamental en la comprensión del problema. No es gratuito que hoy en el Ecuador se ha entregado el control de los centros de reclusión a las diversas mafias. Es parte de la estrategia de militarización, intervención y fascistización del país.

7. Final y lo más importante: la acción del estado debe ser integral con los ciudadanos, las ciudadanas, y su entorno. En el  marco del Proyecto Nacional es indispensable que el acceso a los créditos, a la construcción de opciones de auto sostenimiento y la organización popular estén profundamente ligadas entre sí. Es insuficiente preparar complejos deportivos, centros culturales o escuelas de formación para los y las jóvenes por ejemplo, si no los vinculamos a alguna estructura productiva o de servicios que le garantice un ingreso digno. Es decir el Estado con su Proyecto Nacional debe impulsar una economía popular y solidaria que genere emprendimientos empresariales cooperativos, individuales o masivos, que permitan liberar la creatividad y capacidad productiva de los pueblos.

8. Con estos puntos de reflexión y resaltando la necesidad de combinar organización popular, generación de ingresos y los instrumentos propios de la prevención (inteligencia) y sanción del delito, los países que han levantado banderas de inclusión social, de redistribución de la riqueza, de ejercicio democrático auténtico, de soberanía, son los primeros destinados a conquistar la seguridad ciudadana elevando la calidad de las relaciones sociales de sus pueblos.

La estrategia imperial con el narcotráfico

Mirando la estrategia con una visión territorial analizamos lo siguiente.

La ocupación territorial que desarrolla el microtráficoresta poder y presencia del Estado, desde pequeñas porciones de nuestros países hasta dominar territorios extensos. Es una estrategia que conlleva la perversa intención de gobernar localidades, barrios, comunidades, extorsionando, corrompiendo. Comprando maestros, policías, rectores de escuelas, funcionarios. Financiando campañas de presidentes de juntas parroquiales, veredas, comunas, distritos, alcaldes, e incluso de asambleístas. Ocupando el territorio barrio por barrio, comunidad por comunidad. Este proceso de ocupación territorial no es ciertamente lo que tiene en mente el expendedor parado en su esquina, pero sí quien lo dirige. La estrategia está montada de tal manera que, desde los niños en los colegios, hasta los adultos tienen fácil acceso al consumo de la droga. La oferta va desde la marihuana, la cocaína hasta la “H”.  Tanto esfuerzo de organización y mercadeo que desarrolla el crimen organizado, tiene frutos inmediatos, de mediano y de largo plazo. Lo inmediato es lo económico, un vendedor de calle en la plaza Foch puede recaudar hasta 500 dólares diarios de los que tendrá que pagar a su proveedor una buena parte. En otros barrios y lugares la ganancia es menor, pero está por encima de cualquier salario de empleo bajo. En esa sicología está también el ejercicio del poder de quien ocupa la cuadra y la esquina y el sentido de pertenencia a una banda poderosa.

La estrategia de mediano plazo del tráfico, consiste en garantizar el libre tránsito de productos, recursos y personas, por encima de nuestras leyes. El gran traficante paga en droga y se garantiza la ocupación territorial por donde circula su mercadería para la exportación. El microtráfico le garantiza redes de tránsito, redes de apoyo, redes de corrupción o coacción, que le permiten el control territorial. Se puede dar el lujo de perder unos kilos de mercancía para dejar pasar el lote mayor. Esta red se construye a nivel nacional y no solamente en los barrios de mayor consumo. Por ejemplo en zonas de frontera, en comunidades de los ríos Cayapas o Santiago ( en Esmeraldas, Ecuador)ya han ingresado a las escuelas y allí ciertamente no es el gran negocio el consumo individual, es el control del territorio para garantizar el tránsito de varios productos incluyendo la tala o la minería ilegales. 

El objetivo de largo plazo. Aquí vale la pena dedicar unas líneas a la “H” ese producto sintético que con la décima parte de un gramo, genera adicción inmediata y que en poco tiempo destruye las neuronas hasta llevar a la muerte. Por qué distribuir la “H” en las pequeñas comunidades, por qué distribuirla en los colegios y en los barrios. Ningún vendedor inteligente busca destruir a su comprador. Aquí hay una lógica perversa de dominio territorial, de terror y de apropiación de voluntades para el control. 

No está de más recordar que a fines de los 70 e inicios de los 80, la CIA vendía Crack en los barrios de negros de los Ángeles y Nueva York con la finalidad de financiar su armamento a los contras en Nicaragua y a la vez destruir toda forma de organización de esa población marginal de los Estados Unidos. Oliver North, Teniente Coronel de esa época y hoy locutor fascista rabioso de cadenas de radio, es un actor principal del proceso al que me refiero. En ese mismo marco podemos ubicar el origen del  fenómeno complejo de las Maras en el Salvador y Honduras. Este objetivo de largo plazo es el que incluye el financiamiento de las campañas electorales desde el nivel más pequeño, hasta los estamentos nacionales. Ya no basta “aceitar la ruta”, hay que controlar la estructura del Estado a nivel local hasta, si es posible el nacional, para poder incluso generar leyes que les beneficien y protejan. Esa es la estrategia y que ha dado tristes resultados en Colombia, Perú, Brasil y por supuesto México, el más trágico ejemplo donde el Estado ha perdido el control de enormes porciones de su territorio.

Este proceso de ocupación no es solamente de la economía ilegal del crimen organizado. Tiene su fuerte vinculación política con el imperio, con el neoliberalismo y con el mercado. Qué mejor que una asamblea nacional o un congreso o una cámara de senadores que represente intereses  de la desmedida codicia como son los de las oligarquías neoliberales y del narco. Y aquí no hay ningún invento paranoico de un izquierdista que ve fantasmas de conspiración por todos lados. El congreso en Colombia estuvo y está ocupado en parte por narco senadores y narco diputados. Lo mismo ocurre en Perú, así lo era en Bolivia y lo es en México. Los miles de millones que circulan por causa de los tráficos (según un reciente informe de la ONU 683 mil millones de dólares que representan el 1.5% del PIB mundial, se mueven por causa de los tráficos ilícitos) están en paraísos fiscales y en cuentas protegidas por el secreto bancario, porque hay leyes que crean estos privilegios y estas leyes las hacen los legisladores, ni más ni menos.

La respuesta en Ecuador.  La Asamblea Nacional, con los votos de la bancada mayoritaria en su momento, legisló paraendurecer las penas y disminuir la tabla de posesión de droga para el consumo. Esta fue una respuesta legislativaadecuada. Qué otras cosas se hicieron en diez años de Revolución Ciudadana: fortalecer la Policía de manera sustantiva, trabajar en colegios y en el sector salud, trabajar con jóvenes.  Se dieron importantes golpes al tráfico para el consumo local y con apoyo de la población se han desbaratado bandas. 

Contra los tráficos, todo ello fue aún insuficiente, faltó el control social en el sentido del ejercicio consciente y democrático de la organización ciudadana. Faltó acelerar la construcción de asambleas comunitarias organizadas en su mejor expresión. Faltó la ciudadanía estructurada a nivel de barrio, alrededor de su UPC. No se lograron conseguir recursos para ello y allí es dónde flaqueó la respuesta delEstado y Gobierno. Uno de los ejes de esa propuesta fue laocupación del tiempo libre para la organización ciudadana.

La participación ciudadana en la seguridad es un ejercicio de fortalecimiento de la democracia, en la medida que nuestras ciudadanas y ciudadanos participan en la planificación, el diagnóstico y la prevención de los delitos. 

La Policía Comunitaria se volvió uno de los eslabones más pequeños y cercanos del Estado en su relación con la comunidad. El modelo de gestión ecuatoriano para la seguridad, incorporó a muchas personas en la organización,para llevarlas por un camino de responsabilidad cívica en todos los ámbitos. Este aspecto es el que requiere el impulso sustantivo y consciente del Gobierno en su conjunto, y no se logró. Falta de visón estratégica de miembros del entorno del Presidente Correa y envidias relacionadas con el poder,impidieron acelerar este proceso.

La defensa de la Soberanía ya no se reduce al enemigo exterior, hoy hay que incorporar al barrio y la comunidad como parte sustantiva de nuestra soberanía como Estado Democrático en construcción. Los ciudadanos y ciudadanas están conscientes del peligro que representa ese enemigo local. Se deben  fortalecer los recursos para lograrlo y se puede hacer en muy poco tiempo. Defender la Patria en cada esquina derrotando al microtráfico y al crimen organizado, esa es una tarea fundamental que se tiene por delante. Construir paso a paso la soberanía ciudadana. El ejercicio pleno de los derechos en cada uno de nosotros y nosotras.

La Ofensiva Imperial y el fascismo en alianza con el narcotráfico han destruido la seguridad en Ecuador

El país ha pasado de tener 5 asesinatos por cada 100 mil habitantes en 2016 a 28 asesinatos por cada 100 mil habitantes en solamente 7 años. Estos son datos oficiales. La realidad es que Guayaquil, Esmeraldas y e propio Quito se han convertido en ciudades de ata peligrosidad.  En Esmeraldas se habla de 90 asesinatos por cada 100 mil habitantes, cifra que se ubica entre las más altas del mundo.

Esto no es casual. Es parte de la estrategia de militarización y penetración armada por parte de los Estados Unidos hacia nuestros países. Perú, Ecuador (recientemente), Colombia, tienen militares yankis armados, e nuestros territorios. Es parte de la lucha contrahegemónica con China y Rusia, y  elImperio usa a nuestros pueblos como masa de maniobra y carne de cañón para su avance político y militar. 

La construcción del fascismo al que apunta la estrategia remozada de los EEUU, ha acelerado estos procesos de desintegración de la sociedad y el narcotráfico es el gran aliado.

Eso por un lado, y por otra parte las lumpenoligarquías  quenos gobiernan se benefician directamente con el lavado de dinero que generan los tráficos. Ecuador es un ejemplo evidente de ello. Perú es el otro gran ejemplo de desestructuración del Estado y de sus órganos de poder, hoy en manos de mafias sin máscara.

Las próximas batallas electorales en Ecuador y Argentina, son un tremendo desafío para la supervivencia de los espacios democráticos. 

La unidad en la Patria Grande debe ser el principal objetivo en esta batalla. Instrumentos existen, desde la CELAC, Unasur, los BRICS, el Grupo de los 77 y muchos otros. Son lamentables las discrepancias entre los gobiernos progresistas, entre los revolucionarios y dentro de los partidos. Sin esta unidad hay un solo vencedor. El imperio, y le añado el imperio del mal.

Por RK