Mario Ramos
Así lo manifestó el ministro de Defensa Nacional, Gral. Oswaldo Jarrín, en una reciente rueda de prensa donde anunció que se establece una oficina de cooperación de seguridad con EE.UU, que tendrá entre sus objetivos, la obtención de inteligencia. Aclaró que “no es una base”… “vendrá un avión que obtendrá inteligencia y retornará” … tendrá “una presencia de máximo tres, cuatro días y retornará”. Pero le preguntamos señor ministro: ¿Cada qué tiempo vendrá ese avión, cada semana, cada mes? ¿Realmente los organismos de seguridad del Ecuador tendrán control sobre sus misiones y verdaderas actividades? ¿Inteligencia para qué? El ministro Jarrín especificó que “habrá una instalación”, le preguntamos ¿Qué tipo de instalación? ¿En dónde? ¿Qué otro tipo de actividades desarrollará esa ‘oficina’? A más de los clásicos procesos de enlace en materia de cursos de capacitación y reanudación de la participación en maniobras, como las operaciones UNITAS, que el ministro Jarrín confirmó que se retoma con EE.UU.
El ministro Jarrín indicó que se establecerá un protocolo o respectivo convenio, con esa ‘oficina’ para regular el funcionamiento de la misma. Le preguntamos: ¿Darán a conocer a los ciudadanos ese documento, o será secreto? ¿Se pondrá en conocimiento de la Asamblea Nacional y Corte Constitucional el instrumento que se firme? Recordamos que cualquier ‘oficina’ que esté relacionada con el uso del territorio ecuatoriano por parte de una fuerza militar de otro Estado, que puede implicar cesión de soberanía y afectación al orden jurídico interno, cuanto por la repercusión que podría existir sobre los derechos fundamentales ciudadanos y colectivos de los ecuatorianos, debe contar con el pertinente examen y aprobación de los órganos de control constitucional del Ecuador.
Seguramente se volverá a recurrir a los clásicos pretextos de lucha contra el terrorismo y drogas para la instalación de esa ‘oficina’, y aquí al ministro Jarrín la historia no le favorece. Cuando se estableció el Puesto Avanzado de Operaciones (FOL) en la Base Eloy Alfaro de la Fuerza Aérea Ecuatoriana (FAE) en Manta, el respectivo convenio establecía que era para el único y exclusivo propósito de llevar adelante operaciones aéreas de detección, monitoreo, rastreo y control, de actividades ilegales de tráfico aéreo de narcóticos, sin embargo, durante sus años de operación el FOL no realizó ninguna interdicción a medios aéreos ilegales, por tanto, nunca se incautó ni un solo gramo de droga, este detalle es poco conocido por los ecuatorianos. Más bien, las operaciones del FOL se tradujeron exclusivamente en interdicciones marítimas, que no era un tema acordado en el convenio, y produjo el hundimiento de varias naves pesqueras de ecuatorianos (se denunció en su momento que la Armada de EE.UU al menos interceptó y hundió cuatro docenas de barcos) y la muerte o desaparición de varios ciudadanos. Además el FOL, en ese marco, se utilizó para implementar la política migratoria de los EE.UU, y para ello se hizo uso de las instalaciones del Puerto de Manta, ya que ahí atracaron naves militares de EE.UU. También se debe recordar que el convenio obligaba a que, en todos los vuelos que realizaban las Fuerzas Armadas de los EE.UU esté presente un miembro de la FAE, lo cual se cumplía sólo por excepción. Así que dudamos señor ministro, que el avión de inteligencia que vendrá solo tres o cuatro días, entregue el producto de su trabajo de forma transparente a los organismos de seguridad ecuatorianos, para el beneficio, valga la redundancia, de la seguridad de los ecuatorianos.
Pero, ¿qué ha hecho posible el regreso de una ‘oficina’ de los EE.UU para cooperación en seguridad a Ecuador? Básicamente dos sucesos: 1) Un cambio en la correlación de fuerzas políticas a causa del rumbo que el gobierno de Moreno ha tomado, esto es, asumir en la práctica el proyecto político de la derecha ecuatoriana, traicionando la voluntad popular expresada en las urnas, y 2) Los casos de violencia producidos en la frontera norte, que hemos analizado en sendos artículos, y que han dado la cobertura y el pretexto para que regrese la influencia de los EE.UU a los organismos de seguridad del Ecuador, con todas las consecuencias que esto tendrá en el corto y mediano plazo, sobre ello la historia ha registrado lo perniciosa que en general ha sido esa presencia. Aquí cabe hacer notar que a fin de cuentas el principal beneficiario político y práctico de los hechos producidos en la frontera norte son los EE.UU. Así mismo, llama la atención, que luego de toda la matriz de opinión que los medios “libres e independientes” crearon alrededor de esos acontecimientos y de los llamados a la guerra, -como los realizados por el Gral. Paco Moncayo-, el Gral. Jarrín hace días declaró que en la frontera norte todo es paz, felicitaciones ministro Jarrín, ha batido un record, después de que ya nos íbamos a una guerra contra enemigos obscuros, ahora en frontera norte de acuerdo a usted, hay total tranquilidad. Sí eso es así, nos alegramos sinceramente, ya que a los ecuatorianos no nos atrae meternos en conflictos ajenos. Sin embargo, al parecer Jaime Nebot, alcalde de Guayaquil, tiene otras ideas al respecto, cree que se le debe permitir al ejército colombiano intervenir en nuestro territorio para combatir a la “narcoguerrilla”, deja traslucir que no cree en las capacidades de nuestras Fuerzas Armadas para proteger nuestra integridad territorial.
En fin, el gobierno de Moreno ha llevado a nuestro país nuevamente a la órbita de la supuesta seguridad hemisférica, totalmente controlada por la institucionalidad estadounidense. Seremos parte de esos 177 países, que según el presidente del Estado Mayor Conjunto de los EE.UU, Gral. Joe Dunford, tienen presencia militar yanqui en el globo y le permiten una infraestructura geoestratégica de predominio mundial, al menos en lo militar. Con ello Moreno demuestra una vez más, que le importa poco o nada lo que en materia de seguridad y defensa se pretendía construir en la UNASUR.
* Artículo reproducido con autorización de su autor de la web: https://www.cenae.org/solo-tres-cuatro-diacuteas-vendraacute-el-avioacuten-de-inteligencia.html