Hay momentos así, en que lo religioso va copando la actualidad. Dos temas religiosos están de moda. Digo “de moda” porque para la derecha todo es bueno para fortalecer sus intereses, desprestigiar a quienes los están cuestionando y satanizar a aquello que les hace sombra. Por una parte está el matrimonio civil igualitario y, por otra, la guerra al presidente del Consejo de Participación Ciudadana y Control Social, José Carlos Tuárez. En los dos casos se cuestiona a las personas, a su elección, a sus atribuciones… a pesar que fue el mismo ‘grandioso y salvador’ Consejo Transitorio o gentes que el mismo nombró que hicieron las actuaciones correspondientes. Es que las cosas no le salen a la derecha como a ella le conviene. Veamos

Matrimonio civil igualitario

El tema pasó a ser candente y es una buena oportunidad para los medios de comunicación para sacar comentarios, entrevistas y ponerse como los defensores de una supuesta cultura conservadora del país. La noticia de la aprobación del matrimonio civil igualitario por la Corte Constitucional ha de haber sorprendido a más de uno y las reacciones opuestas a la decisión no se han hecho esperar, en particular de parte de las autoridades de las Iglesias católica y evangélicas conocidas por su fuerte tradicionalismo. Mientras tanto ¡la CIDH (Comisión Interamericana de Derechos Humanos) y la ONU felicitan al Ecuador por su decisión de defender los derechos de todas y todos! Me llama siempre la atención que se dé tanta importancia a todo lo que se refiere a la sexualidad; me parece una actitud de cristiandad medieval y de búsqueda de poder. Jesús ha tan poco hablado del tema… Si se dedicara igual tiempo y actividad a la búsqueda del Reino de Dios, cuya importancia es primera, “absoluta” en palabra del papa Pablo 6°, muchas cosas cambiarían en Ecuador.

Entiendo que hay que diferenciar ‘sexo’ y ‘género’. El sexo tiene dos expresiones: masculina y femenino. El género se refiere a cómo se asume uno: es una categoría sicológica que depende de cada persona. Ahora la homosexualidad es otro aspecto de la sexualidad. Leí que hasta una tercera parte de los seres humanos tenemos tendencias homosexuales, pero que no se expresan efectivamente. En cuanto a la ‘ideología de género’, les dejo con el comentario de una amiga: “No existe ideología de género. Lo que sí no existe son derechos en igualdad de género”.

Por lo que es de la Iglesia católica, los estudios sobre este tema, expuestos en internet en particular en un libro de John Boswell, nos revelan que, en el primer milenio de nuestra era, había, ¡oh sorpresa mayor! bendiciones de los ministros católicos por estas “bodas de la semejanza”. Así de sencillo y sorprendente. ¿Por qué se ha satanizado la sexualidad y hasta la mujer…? También podemos comentar en la Biblia sobre la ‘amistad amorosa’ entre David y Jonatán. ¿Estamos los cristianos particularmente preparados legal y bíblicamente para dar criterios sobre estos temas? Creó que es más bien el papel del estado de regular las relaciones entre las y los ciudadanos. Por supuesto que podemos aportar nuestros puntos de vista, pero estos no pueden basarse únicamente en una tradición que ha sido demasiada manipulada y pervertida. Generalmente no prestamos suficiente atención a los descubrimientos y progresos de las distintas ciencias humanas que deben ser en estos casos una referencia obligada. ¿Por qué querer imponer puntos de vista en nombre de alguna religión? Prefiero que nos quedemos en dar un testimonio de vida -incluso de vida sexual- de manera individual y colectiva, sin aducir que tenemos la verdad total.

Miremos los países que han reconocido jurídicamente los ‘matrimonios civiles igualitarios’ que son unos 26: ¿se estarían hundiendo en situaciones desordenadas social y sexualmente? Es bueno recordar la frase del papa Francisco: «Si una persona es gay y busca al Señor y tiene buena voluntad, ¿quién soy yo para juzgarla?». Esto nos trae a la memoria la de Jesús en el episodio de la mujer adúltera que las autoridades religiosas de su tiempo querían lapidar: “El que esté sin pecado eche la primera piedra”. El documento papal resultado del Sínodo sobre la familia nos da una clara orientación: “Los hombres y las mujeres con tendencias homosexuales han de ser acogidos con respeto y delicadeza. Se evitará, respecto a ellos, todo signo de discriminación injusta”. En 2013, cuando Francia aprobó el matrimonio igualitario, un obispo escribió que, ‘dentro de unos pocos años, se dirá que con esta legalización se estuvo haciendo el reconocimiento de un derecho más”.

Para confirmar la grandeza y belleza de la sexualidad volvamos a leer el libro bíblico del ‘Cantar de los cantares’ que es un himno al amor físico. “Para muestra un botón” que es el primer versículo de dicho ‘canto’: “¡Que me bese con los besos de su boca! Tus amores son un vino exquisito, suave es el olor de tus perfumes…”

José Carlos Tuárez, Presidente odiado del CPCCS

Esta semana mi artículo es para ti, José Carlos, amigo sacerdote que no conozco personalmente. Has llegado a ser elegido en el Consejo de Participación Ciudadana y Control Social: ¡Bravo! y luego como presidente del mismo: ¡Felicitaciones! Los pobres creen que todavía hay los clérigos que buscan defenderlos.

Pero no eres del agrado de los que Rafael Correa llamaba la rancia derecha y su prensa corrupta: los Lazzo, Nebot, Bucaram, Gutiérrez, Moncayo, Lenin y cuántos más, parecidos a lobos feroces cuando temen por sus intereses o sus fechorías. Tienen intereses creados y prefieren ‘pescar a río revuelto’. ¿Por qué nos denunciaron estas supuestas irregularidades cuando lo señala la ley: en la inscripción de candidatura? Veo que tampoco eres del gusto de los obispos: ¿Por qué no te insinuaron fraternalmente en tiempo de la campaña electoral que no llevaras el ‘cuello romano’ ni celebraras sacramentos? Ahora sabes que todos aquellos no están con los pobres y, por supuesto, ni con tu proyecto de ‘participación ciudadana y control social’, porque este quinto poder del Estado nos les favorece.

Esta derecha trasnochada no te va a dejar en paz: han encontrado otro chivo expiatorio semejante a los correístas para echar tierra a todo lo que no les beneficia. Te están acusando y te van a acusar de todo con mentiras y calumnias: es el pan cotidiano de ellos. Te meten ya con el partido socialista y con Correa. Te van a inventar actos corruptos, que tienes departamentos, propiedades o carros mal habidos, adquiridos con engaño o explotación de los pobres. O sino habrás participado de alguna ‘asociación ilícita’. Si has sido capellán de colegio, ¡qué no más habrás hecho con algunas chicas! O si es con muchachos han de encontrar algún abrazo sospechoso, porque si no tienes algunas amantes es que eres homosexual. Y también alguno de ellos dirá que eres el ‘666’, no del Partido Social Cristiano sino de la bestia demoníaca del Apocalipsis. Lastimosamente habrá muchos católicos piadosos que lo creerán y rezarán por tu conversión, como también los pobres inconscientes, desorganizados, indiferentes, individualistas… que tienen bolsillo de pobres, corazón seco y cabeza de ricos. Eso le pasó a un tal Jesús: “¡Crucifícalo!” después de haber gritado un domingo anterior: “¡Viva el hijo de David!”.

Amigo José Carlos, meterse con los pobres y sus causas es pasar por lo que sufren los pobres: la marginación, el desprecio, el engaño, el insulto, el despojo, la calumnia, la persecución… pues el diablo está muy activo para fomentar todo esto entre nosotros: se disfraza de ‘ángel de luz’ dispuesto “a dar a quién los adora todas las riquezas (podridas) del mundo”. Los bancos, el lucro del mercado, la ilusión de ser como los ricos, el poder de los jerarcas católicos son los nuevos ‘becerros de oro’ que se erigen en el desierto de la insolidaridad y de la injusticia y que se adora sin vergüenza ni temor.

Otro es el camino de Jesús, otra es la opción por los pobres de la Iglesia de los pobres latinoamericana, otras son las palabras y las actitudes del papa Francisco. ¿No será eso la realización de la profecía del Siervo sufriente actualizado en el pueblo de los pobres que cree que el Reino no se detiene, que la voz de Dios no se apaga, y que la utopía de una tierra nueva y un cielo nuevo tendrá su hora de llegada?

¡Ojalá, José Carlos, puedas seguir aportando tu granito de arena a esa locura de la cruz, a esa fe en los pobres y a su proyecto: desde allí colaboras con el Reino para un Ecuador mejor! En este caminar vas a encontrar nuevos amigos que no fallan, fieles compañeros de lucha que se dicen ateos, grandes mujeres que dan la vida por más vida, católicos marginales como el profeta de Galilea, algunos sacerdotes que están metidos en eso desde años con una fidelidad tranquila y alegre a la manera de Leonidas Proaño, tal vez algún obispo que añora la verdad de Jesús.

Seguramente no saldrás ‘bien parado’. Pero Dios sabe quién es quién. Tu conciencia te mantendrá en paz y podrás mirarlos a todos de frente cuando ellos bajarán la vista o se vanagloriarán delante de una pantalla de televisión de haber triunfado. Pero, como decía hace un poco más de 2,000 años el libro bíblico del Sirácide, “cayeron en el olvido, desaparecieron como si no hubieran existido”.

¡Suerte, José Carlos! Con mi abrazo.

¡Ecuador, Ecuador, mi país! En muy malas manos nos encontramos.

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