El país paga las consecuencias por las decisiones tomadas antes, de las que la peor fue conformar el CNE con personas sin conocimientos de procesos electorales, atrapadas por condicionamientos políticos o llevados por vanidades y revanchas. Que quede de lección, a los actores políticos para no repetir semejante error, y a los ciudadanos para no dejarnos engañar sin protestar. Muchas lecturas se pueden sacar de los resultados electorales, que son una oportunidad para que los ciudadanos se expresen por medio de su voto secreto; por eso, es tan importante el análisis. Sin embargo, es como un prisma que cambia la figura según desde donde se vea, y por eso vimos que las grandes fuerzas políticas cantaron cada una victoria y sacaron los números según su conveniencia.

Considero que hace falta subrayar que, más allá del análisis global, acercar el microscopio a las realidades locales, hace que las tesis como que esta campaña marca el inicio de la campaña de Jaime Nebot, o que el correísmo sigue vivo, se relativicen. Porque lo que pasa en muchas provincias y cantones desborda esas categorías impuestas por el análisis político oficial, que transcurren en los medios de comunicación y en los círculos académicos.

En Loja gana Jorge Bailón con el voto de muchos comerciantes informales atemorizados por el regreso del Chato Castillo, y pierde Nívea Vélez cuestionada por denuncias. En Guaranda gana Medardo Chimbolema con la contribución del voto mestizo del centro de la ciudad, que cansado de la corrupción escoge un representante indígena para que ejerza el cargo asentado en los valores de su organización. En Riobamba gana con las justas Napoleón Cadena, pero un naciente movimiento ciudadano le advierte que su gestión será vigilada. En Mejía gana Roberto Hidalgo de Cutuglahua, empujado por unos aires de renovación que rebasan a la vieja clase política del centro de la ciudad. En Tosagua vuelve Elba González a la alcaldía, pero ella no es ni de PAIS, ni de Democracia Sí, que formaron parte de la alianza que le apoyó.

¿Derecha socialcristiana, revolución ciudadana, progresismo emergente? Cuando se mira la política desde la óptica local –y estas fueron elecciones locales– los conceptos del análisis político se sienten rígidos e incapaces de descifrar la realidad. Estas elecciones evidencian que Ecuador es un mosaico, un collage de tendencias que se entrecruzan, y es preciso romper los moldes preestablecidos para aprehender la política de las provincias y los cantones.

En esta colcha armada con pedacitos, se puede constatar que en algunos cantones los resultados fueron tan estrechos como unos pocos votos: La Concordia, Milagro, San Pedro de Huaca, Rumiñahui. En esos casos, los triunfos también dependieron de otro factor: saber cuidar los votos, no dejarse robar. Pero estos alcaldes así elegidos tienen una tarea adicional en el inicio de su gestión, recuperar legitimidad. Gracias otra vez CNE por esta crisis de confianza en la transparencia de las elecciones.

¿Las encuestas fracasaron? Se oyen resonar tambores detrás del monte. El llamado a volver a la política de la edad de las cavernas. El fallo en el pronóstico de las encuestas les sirve a políticos y comunicadores de pretexto para nunca usar un estudio social y seguir guiados por prejuicios sin sustento técnico.

Las encuestas fallan porque vivimos en una sociedad injusta, en las que la manifestación política de los sectores populares se caracteriza por la resistencia. La gente encuestada se resiste a dar una opinión, oculta su intención de voto, calla o deliberadamente miente, porque mira en el entrevistador que le visita a un agente de los grupos de poder, de los políticos que le embaucan para conseguir apoyo. Es posible que en algunos casos esto sea incluso inconsciente: muchos llegan frente a la papeleta de votación completamente indecisos, pero al ver las fotos y nombres de los candidatos, una rebeldía se enciende y… gana Jorge Yunda la alcaldía de Quito. Ya son un clásico las señoras advirtiendo a sus empleadas domésticas de no votar por Bucaram, a ciertos empresarios reuniendo a sus trabajadores para amenazar con despidos si no gana Lasso. Y, ahora, la burguesía taurina exponiendo sus miserias en las redes sociales por el resultado en la capital. Las encuestas fallan y seguirán fallando, felizmente, mientras las condiciones de injusticia y desigualdad hagan que la gente siga expresando silenciosamente su rebeldía en las elecciones.

¿Estas elecciones son la primera vuelta de Jaime Nebot? Es posible que esa haya sido la intención de los dirigentes socialcristianos y sus asesores; pero la realidad suele ser más compleja. Buscaron convertir la campaña en un pretexto para la gira nacional de Nebot, pero el efecto fue negativo para sus candidatos.  Fieles a su estilo, pretendieron hacer una demostración de fuerza, pero son atolondrados y prepotentes, y no tienen la capacidad de estudiar las realidades locales. El discurso del triunfo en Guayaquil pretendía ser un mensaje nacional, pero alguien atrás batía la bandera de Guayaquil. Griterío populista, guayabera, celeste y blanco: ¿en serio ese era el mensaje para “desguayaquileñizar” a Nebot? Quisieron empezar la campaña presidencial, y así mismo, como son, es posible que digan que nunca fue esa la idea, que la decisión se tomará más adelante.

¿Ha perdido Guillermo Lasso espacio político? El líder de CREO manifiesta una gama de síntomas, que evidencian una pérdida de la capacidad de comunicación e interacción con la sociedad ecuatoriana actual.  No logró explicar sus planes, estaba activo en la campaña, pero emitía señales que parecían que a veces oye y otras veces no. Es como si deambulara mirando al vacío. Entender las candidaturas de Juan Carlos Holguín en Quito y de Francisco Jiménez en Guayaquil implica esta dificultad. Puede ser que se trató de un esfuerzo por presentar caras nuevas pensando en las legislativas del 2021. No se sabe; lo cierto es que en términos de intención de voto para las presidenciales Guillermo Lasso no creció, tampoco obtuvo triunfos significativos. Si el propósito era mantener un espacio y reforzar una imagen diferente al estilo caliente de Nebot, podría decirse que sí logró este objetivo.

¿Está vivo el correísmo? Sí, pero ahora tienen dos autoridades provinciales a las que les toca hacer una buena gestión. Paola Pabón y Leonardo Orlando son ahora prefectos, y deben responder no solo a quienes votaron por ellos sino a toda la población, que tiene necesidades y demandas bastante graves. Como dije antes, esto de ser correísta es un dilema que no se resolvió en la campaña y tampoco será muy fácil de manejar en la gestión del ejecutivo provincial. Lo que lleva a decir que los dignatarios correístas deberán estudiar con cuidado si deben enfatizar en los temas de la política nacional o en la gestión de las competencias de sus gobiernos descentralizados.

¿Es el voto nulo un salto al vacío? Considero que fue muy sano ver con claridad quienes promovieron el voto nulo. Aprovechando su alto cargo y la capacidad de influencia que tiene todavía, propongo que apoyemos la iniciativa de Julio César Trujillo para realizar la Consulta popular que defina si debe existir el CPCCS o que la nominación de autoridades vuelva a la Asamblea Nacional. También preguntemos a los ecuatorianos si ratifican lo actuado por el Consejo Transitorio y si apoyan el acuerdo con en el FMI. En eso no hay dudas. Una amplia mayoría respalda la realización de una Consulta y esta podría ser la gran victoria de las elecciones del pasado 24 de marzo.

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