Hay personas que no se cansan de hacer el ridículo histórico. Ayala Mora es uno de ellos. Siempre esforzándose por aparecer en la palestra pública, envolviéndose en un halo de intelectualidad, se pelea siempre los más altos sitiales de la categoría de “vergüenza ajena” de los políticos de este país junto a César Montufar, Oswaldo Hurtado, César Robalino o Julio César Trujillo que en paz NO descanse.
Todos estos son personajes que nunca jamás han representado ni legítima ni democráticamente a nadie, pero que se han sabido codear con la crema y nata de las élites más funestas de este país, de aquellas que se han encargado de mantenernos como republiqueta bananera y siempre han estado tan felices de cumplir el rol de los “díscolos” que, en discurso, aparentan la divergencia, pero en la práctica son felices manteniendo el estatus quo que nos ha impedido salir del subdesarrollo.
Aclaro que el problema de Ayala Mora no es que use corbatín o que fume pipa o que viva donde le salga del codo vivir. Desde la izquierda también tenemos que superar esas taras propias de la derecha que no entienden nada de socialismo y que lo confunden con catolicismo dedicado a los pobres. Como viva Ayala Mora es algo que nos debe tener sin cuidado, como a la sociedad le debe tener sin cuidado el vestido de Paola Pabón, o los zapatos de Marcela Aguiñaga o los Iphone de Jaime Vargas.
El problema de Ayala Mora es que se piensa una eminencia del socialismo, del materialismo histórico, de la construcción de sociedades igualitarias y al final no es más que un panfleto propagandístico que, en el ámbito de la política, no opera desde los principios ideológicos inquebrantables de un buen socialista que ha dedicado tiempo y esfuerzo a formarse y crecer, sino que opera desde sus intereses financieros y está contento con poder defender a determinadas élites, con las que le interesa quedar bien.
Si no, no se explica que Ayala Mora, por ejemplo, haya estado feliz y callado ganando sueldos nominales bajos, pero recibiendo ingentes ingresos como Rector de la UASB. No es que esté mal que reciba un buen sueldo por ser Rector, es que, no reportaba el total de sus ingresos para pagar menos a la seguridad social y porque, además, ciertamente era abiertamente ilegítimo que perciba un ingreso cercano a los USD 15 mil mensuales, de los cuales se reportaban menos de 5 mil. Este socialista defensor del Estado, se burlaba allí mismo de lo que, se entiende, sus principios doctrinarios le dicen que debe defender.
A menos claro que su socialismo sea más bien neoliberal, que considera al Estado un estorbo en las pretensiones leoninas de las élites productivas y financieras. Y tal parece que eso mismo es. De socialista Ayala Mora nada, de neoliberal, más bien todo. Si no, no explicas cómo es que haya aplaudido como foca la (in)consulta popular del 18. Claro, me dirán que se explica por su odio a Correa y eso también es cierto, sin duda, pero asumiría yo que algún límite ético e intelectual debería tener un supuesto intelectual. (sí, ya sé que soy un iluso)
Luego tenemos el lado más conservador curuchupa de Ayala Mora. Ese que se acerca peligrosamente a un republicano promedio del centro de Estados Unidos. Ese que escucha pandemia y compra armamento y papel higiénico. No exagero. El panfleto que yo nominaría al ridículo del año que sacó la semana pasada es una muestra de hasta dónde puede llegar el afán pretencioso de este personaje. Demandar a China por la pandemia. ¿dónde había leído algo así? O sí, ya me acuerdo, de Donald Trump, el Peor Presidente de la historia de EEUU y de José Abascal, lo peor de la ultraderecha fascista española.
En su búsqueda desesperada de notoriedad, lanza un panfleto que no tiene ni pies ni cabeza. Su idea de demandar a otro país por la epidemia en función de un conjunto de argumentos que harían la delicia de los teóricos de la conspiración más conspicuos es un dislate digno de análisis. ¿España o México demandaron a Estados Unidos por las gripes española o aviar? ¿En qué parte del Derecho Internacional se acepta la posibilidad de demandas por transmisión de enfermedades que son producto de la naturaleza? ¿Debería la Cancillería dedicar un minuto de su tiempo a argumentar esta demanda, en lugar de buscar con más voluntad más recursos de cooperación internacional?
Está claro que, para Ayala Mora, la República es solo un enunciado pre histórico. Es claro que la consolidación de las instituciones fundamentales de una democracia son cuestiones discursivas bonitas, pero sin importancia real. Para este nada popular y apreciado intelectual, lo único que importa es mantener el estatus quo para poder seguir disfrutando de su ínfima parcela de seudo poder (fiel al momento dictatorial que vivimos, se hizo con el control del otrora trascendente Partido Socialista Ecuatoriano a través de operaciones burdas solapadas por el gobierno). Lo único que le importa a este individuo es que todo cambie para que nada cambie y si en ese afán tiene que hacer el ridículo, lo hace feliz.