Por Abraham Verduga
En apenas una semana, hemos visto las más pintorescas comparsas del autoritarismo, la campaña sucia desfilar a ritmo de bomba y al lameculismo bailando un sanjuanito sinvergüenza. Todo un festín político donde el agua no limpia, sino que enturbia más el panorama.
Al son de la samba judicial, el Tribunal Contencioso Electoral ha decidido lanzarle un baldazo helado a la vicepresidenta Verónica Abad, quitándole sus derechos políticos. Mientras tanto, la Fiscalía juega a los globazos con el alcalde Aquiles Álvarez, usando bombas de humo para desviar la mirada de las travesuras de Petronoboa. TC Televisión se disfraza de pitoniso y, con su bufón estrella, augura que con la reelección de Noboa todo será un eterno feriado. Y en el palco VIP, el gran festín: el reparto del campo Sacha, la joya de la corona, servida en bandeja de plata.
Este no es un carnaval de fiesta y alegría, sino un jolgorio de la desvergüenza, un espectáculo para el olvido. Pero ojo, que toda farra tiene su fin. Pronto llegará el miércoles de ceniza, y ahí veremos quién queda limpio y quién solo tiene la cara pintada.
Así que, que empiece la fiesta del agua… ¡juguemos y empapémonos de esperanza! Porque cuando el cartón se moja, se hace aguado y se deshace