Luego de la lamentable y vergonzosa votación en contra del derecho de las mujeres a decidir cuándo y cuántos hijos tener, y de manera cínica e hipócrita poner a la mujeres en un retórico pedestal de defensa a sus derechos, la Asamblea Nacional al fin se definió. Triunfó la tradición, la familia y la moral tradicional. Los que votaron, los que se ausentaron, los que no llegaron, al fin se definieron política e históricamente.
Las cientos de niñas, adolescentes y adultas que han sido violadas y embarazadas, no tuvieron ni voz ni voto. Los 65 se olvidaron de los argumentos científicos,  los debates ideológicos y  las evidencias médicas y epidemiológicas. El aborto es una realidad, no la podemos esconder aunque queramos tapar el sol con un dedo, el aborto mal practicado y en condiciones de insalubridad, produce muerte, pérdida del útero en algunos casos, infertilidad de por vida en otros, y si el embarazo no deseado llega a término, produce rechazo familiar, social e incluso la misma mujer rechaza al producto de una violación. He visto casos de abandono familiar, de la pareja, y hasta suicidios de niñas y adolescentes. Una violación o un parto infantil, terminan en tragedia.
Nada de esto interesó a los 65 que tuvieron el poder de decidir por todos los ecuatorianos que no estamos de acuerdo con su votación. Quienes hemos defendido la posibilidad de aborto tras una violación, o por problemas genéticos, hemos mostrado una serie de argumentos técnicos y científicos que debieron cuajar en las mentes de los Asambleístas.. La lucha por este derecho no queda aquí, seguiremos en este camino y con nuevos bríos.
Hoy le toca al Presidente Moreno, tomar una decisión histórica de cambio o de continuar con la visión tradicional y retrógrada. Debemos recordar en este contexto que la tan nombrada e importante Misión Manuela Espejo que lideró Lenin Moreno como Vicepresidente, demostró una trágica situación de las 296 mil personas con discapacidad en el Ecuador.
El 30% de las discapacidades son de origen genético. La mayoría de discapacidades intelectuales se producen por problemas en el embarazo y el parto. Muchos de los embarazos en el Ecuador son producto de cruces consanguíneos (incestuosos), en los que, a más del problema de sexo forzado, aumentan el riesgo de problemas malformativos y genéticos entre el 25 al 50%. en los nuevos embarazos.
Según una entrevista al Presidente Moreno, a él le preocupa el estatus del embrión y de su cerebro. La ciencia le puede dar la respuesta clara. Así como se declara a una persona muerta cuando no tiene actividad cerebral, un embrión no tiene actividad cerebral hasta entrado el segundo trimestre de embarazo, por tanto no tiene capacidad de sentir, ni siquiera de tener movimientos controlados. Las conexiones neuronales se conformarán a finales del segundo trimestre y el tercero. Incluso el cerebro ya conformado al nacimiento, sin estímulos adecuados será un cerebro ineficiente. Por esta y otras razones que ya se han expuesto en muchos artículos y medios, no se puede asociar un embrión y un feto con una persona, un embrión y un feto son eso: embrión y feto, por tanto el estatus que le corresponde es de embrión y feto. Los países racionales, y esperaría que el Ecuador por intermedio del veto presidencia a favor del aborto entre en esta categoría, tienen como política pública el interrumpir un embarazo fruto de violación, por problemas genéticos o voluntario, hasta la semana 22 de gestación. De ser el caso, si debe aliviar su conciencia el presidente, la semana 14 sería un buen momento para interrumpir el embarazo en caso de violación, tal como lo propuso la reforma del COIP.
En los datos de la Misión Manuela Espejo se encuentran las razones sociales y biomédicas para no aumentar la cifra de problemas discapacitantes en el país. Los datos de muertes de niñas, adolescentes y mujeres violadas y embarazadas proporcionadas por las mismas cifras oficiales, completan el panorama para tomar una decisión racional, adecuada, moderna y necesaria para proteger este derecho que las OMS, las Naciones Unidas y más gremios, mujeres y fuerzas sociales. reclaman.
El Estado es laico, por tanto las decisiones deberían ser acordes a la Constitución y no a la presión del dogma de fe. La ciencia y la religión en este punto no se pondrán de acuerdo, ya que sus bases son diferentes. La ciencia no acepta el criterio de lo absoluto, no hay nada absoluto en ciencia, por lo que es dinámica y siempre en progreso. La religión parte de un dogma de fe, parte del criterio de lo absoluto, por tato es irreconciliable con la ciencia. La decisión del veto debe ser neutra, laica y apegada a la ciencia.
La ciencia aporta más datos sobre el estatus del embrión y el feto. No pueden vivir separados de la madre sino hasta inicios del tercer trimestre. Los flujos biológicos y de genes que la madre proporciona al embrión y al feto, le proporciona la capacidad posterior de vivir autónomamente. En este sentido, el embrión y el feto son una extensión de la madre, por lo que puede tomar una posición informada sobre el futuro de su embarazo, o continuarlo o interrumpirlo, y esta es una decisión personal, libre, democrática y en derecho individual.

Por Editor