Por Pedro Pierre
Ya desde semanas los candidatos a las próximas elecciones locales están en campaña. ¿Hay interés entre los electores? Los medios de comunicación y las redes sociales han encendido sus pantallas para incidir en las y los ciudadanos. La confusión parece la nota más característica. ¿Cómo vamos a vivir estos meses venideros?1. SE ENCENDIÓ LA CAMPAÑA ELECTORAL
Generalmente se utiliza esta expresión de manera simbólica. Pero, hoy, las circunstancias nos hacen pensar que dicha expresión es más bien real. Miramos en las calles de Guayaquil, por ejemplo, fuertes preguntas cuestionadoras dirigidas a la alcaldesa sobre el tan pregonado ‘éxito’ de los 30 años de la gestión municipal por el partido social cristiano. Las redes sociales están llenas de información y desinformación sobre la misma campaña electoral, sobre la fuga del asesino de María Belén Bernal Otavalo, sobre la guerra de las mafias de las drogas, sobre el asesinato en la cárcel de Latacunga del ‘Patrón Norero’… Al escuchar los noticieros de las televisiones, radios y periódicos, nos perdemos en la cuenta de los asesinados en las cárceles, las calles, las casas y los UPC (Unidad de Policía Comunitaria). Las conversaciones familiares y de vecinos están llenas de miedo, inseguridad, zozobra: “Nadie nos protege de la delincuencia y ahora… ¡ni de la policía!”. El señor presidente acumula informaciones equivocadas. Están los vaivenes de una Asamblea legislativa que funciona según la cantidad de dólares que se les expande a muchos legisladores. Todos nos preguntamos adónde va a para todo esto, adónde va a parar el país, adónde vamos a parar nosotros mismos…
Desde 6 años estamos en un sistema neoliberal que ha desbaratado al Estado reduciéndolo a su mínima expresión, es decir, inútil para enfrentar y resolver los problemas, poque el mismo es el causante y el propiciador de los mismos. Nos sentimos más indefensos y desprotegidos que cuando la fase mas aguda de la pandemia…
En esta situación, ¿cuáles van a ser los discursos de los candidatos a las elecciones locales? ¿Quién va a creer en sus promesas, si estamos hartos de promesas incumplidas? ¿Quién los va a escuchar repetir lo que dijeron en campañas anteriores?… ¿Será mejor mirar a los candidatos nuevos, en el sentido que es la primera vez que se presentan? Pero ¿cuál es el partido que los presenta? ¿Tienen algún plan de gobierno? Y los independientes, ¿de quién son independientes cuando rige el cambio de camiseta y se busca beneficios personales?
En cuanto a la consulta popular, parece una farsa más del gobierno. Sobre las preguntas, se las califica a varias de anticonstitucionales… ¿Y qué? También se dijo que la anterior consulta del presidente Moreno -la del 7 veces sí- era inconstitucional, ¡pero no se pronunció la Corte! Y vemos a qué desastre nos ha llevado. La consulta actual “no sirve para nada”, afirma Leonidas Iza, presidente de la CONAIE. Sus preguntas actuales van fortaleciendo el sistema neoliberal y el autoritarismo del presidente de la República. Lastimosamente la gran mayoría de los ciudadanos siguen premiando a sus verdugos para luego lamentarlo o no cuidan que no les roben sus votos en fraudes bien ocultados.
¿Dónde encontrar un poco de luz y de esperanza? Las Iglesias han acallado su voz profética, apoyando el sistema capitalista y ahora más descaradamente las Iglesias evangélicas. Los movimientos sociales tratan de ganar más gente y de articularse entre sí; los más claros buscan la manera de integrar partidos políticos progresistas para influir en ellos desde dentro. Las organizaciones feministas ganan protagonismo, hacen escuchar su voz sobre todo con ocasión del asesinato de María Belén y cuántas mujeres más. Los sindicatos se encuentran cada vez con menos miembros: “¡90% de obreros no sindicalizados contra 100% de patronos unidos en sus Cámaras de Comercio, de Industria, de Turismo, Marítima, Etc.! Los grupos de Derechos Humanos continúan su labor humanitaria a pesar de sus pocos miembros. Los Movimientos Indígenas están divididos o vendidos a sus explotadores de siempre o se dejan engañar en mesas de diálogos interminables sin compromisos serios de parte del gobierno. Grupos juveniles de música y teatro nos abren a nuevas expresiones de denuncias y anuncios llenos de valores y esperanzas.
¿Y ahora? «Si luchas, puedes perder. Si no luchas, pierdes siempre». Conclusión: La lucha es el camino. Es hora de preguntarnos: ¿Cómo queremos vivir? ¿Cómo volver a lo esencial? Es hora de decidirnos a luchar por lo que nos engrandece. nos hermana con los demás, fortalece nuestra armonía con la naturaleza y nos hace sentir en comunión con Dios. Para confirmarnos por estos senderos necesitamos andar colectivamente tanto en la familia y con las amistades como en grupos sociales y eclesiales que han optado por una vida digna, justa y fraterna. Estas comunidades nos ayudan a entender la realidad, a discernir la mejor opción de vida y mantenernos firmes en la dirección elegida. Tenemos que renovar nuestra fe en nosotros mismos porque somos habitados por el amor que nos hace capaces de apostar por la dignidad, la justicia y la fraternidad. Fe en los pobres organizados porque son los que más luchan por alternativas de una vida mejor y una sociedad más incluyente. Tenemos que profundizar la cosmovisión indígena que porta en sí misma la capacidad secular de resistencia e innovación para la organización social del “Bien vivir y convivir”. Profundizar también en la sabiduría negra que revela sus riquezas cuando nos adentramos a ella con respeto y escucha. Los cristianos, tenemos que reencontrarnos con el Dios amigo de Abraham y Sara, el Dios liberador de Moisés y Miriam, el Dios defensor de los pobres de las y los Profetas, el Dios de la fortaleza y de la esperanza de las y los Sabios, el Dios padre y madre de Jesús de Nazaret, el Dios vencedor la mentira, del odio y de la muerte de las primeras Comunidades cristianas que nos quieren enamorar de su proyecto de vida, de comunidad, de justicia, de liberación. Decidámonos por un camino de vida y nos de muerte, camino de lucha y de felicidad… ¡Encendamos la llama de una transformación profunda que obligue a todos los candidatos!2. 99 CONTRA 1
Eso es la realidad del Ecuador en este momento: 1% de ricos contra 99% de ciudadanos que se empobrecen. De hecho, un grupo de 15 familias, las más ricas del país, controla gracias al actual presidente del gobierno, más de la tercera cuarta parte de las riquezas nacionales y gobierna sólo para ellas mismas. Esas familias, apoyadas por la policía, el ejército y los grandes medios de comunicación, representan globalmente el 1% de la población ecuatoriana y los otros 99% pasamos por actual situación de empobrecimiento creciente y trágico.
Referente a esta situación, el gobierno del ex presidente Rafael Correa representó una ruptura histórica. No se trata, como nos lo quieren hacer creer los grandes medios de comunicación, de un paso hacia el comunismo. El gobierno de la Revolución ciudadana, como lo dijo el mismo Correa, no salió del capitalismo, sino que buscó aprovechar el capitalismo para darle cierta orientación social y una mayor repartición e inversión de las riquezas del país. La gran ruptura fue que estas 15 familias y sus cómplices dejaron de controlar el Estado ecuatoriano por primera vez en 180 años de vida republicana. Las tropas navales norteamericanas tuvieron que dejar la base de Manta después de 10 años de control de la soberanía militar del país. La educación y el cuidado de la salud volvieron a ser gratuita, y los maestros y profesores como también el personal médico tuvo que dedicarse a dar un servicio profesional serio y de alto rendimiento en particular con los 3 institutos de investigación superior. El país se llenó de escuelas primarias y segundarias renovadas o nuevas; igual pasó con los centros de salud y hospitales. Muchos estudiantes lograron becas para ir a estudiar en universidades extranjeras. El seguro social pasó a ser universal en el sentido que las empresas debieron afiliar a sus empleados y pagar la cuota correspondiente al IESS (Instituto de Seguridad Social). Las personas informales pudieron afiliarse personalmente al Seguro social, pagando una cuota mensual mínima. Las grandes empresas tuvieron que pagar impuestos al SRI (Servicio de Renta Interna). Las personas con discapacidades fueron censadas y apoyadas con atención medical gratuita. Los bonos mensuales beneficiaron a las madres abandonadas. Por todas partes se construyó carreteras de primera orden, como también represas y centrales eléctricas que terminaron con los constantes apagones anuales. Se multiplicaron los lugares turísticos que atrajeron un sinnúmero de turistas extranjeros. Ecuador pasó a ser un país reconocido y valorado en el mundo entero.
Pero eso no fue del gusto de las 15 familias más ricas del país que, durante el gobierno correísta, no pudieron lucrar y robar como siempre la habían hecho. Con la ayuda de la embajada norteamericana, lograron la traición del ex presidente Lenin Moreno y de unos 40 asambleístas. Entonces, nuevamente en la sombra del poder, estas 15 familias decidieron, por una parte, satanizar, calumniar y destruir mediante el odio y la mentira a Rafael Correa y, por otra, a aprisionar a Jorge Glas que no se prestó a semejante perversión. También emprendieron la persecución sistemática de los representantes de la Revolución ciudadana que tuvieron que aislarse en embajadas o exiliarse. Inventaron procesos fantasmas y juicios amañados contra ellos sin mayores pruebas. Sí, hubo corrupción durante el gobierno de Correa, pero para él las pruebas que presentaron al nivel internacional para apresarlo no fueron reconocidas válidas por la Interpol, o sea, la Unión Internacional de Policías, que las calificó por 3 veces seguidas de persecución política.
Las organizaciones sociales no progresaron ni maduraron en tiempos de Rafael Correa; tampoco se formaron políticamente ni se organizaron. El mismo no supo trabajar con ellas ni a partir de ellas. El partido de la Revolución Ciudadana no fortaleció el poder popular mediante la organización, la formación política, la organización independiente. Frente a las próximas elecciones locales se presenta como una fuerza electoralista que busca lograr espacios de poder sin apoyarse sobre una base sólida de militantes convencidos ni aliarse con organizaciones sociales como el movimiento indígena, ni las organizaciones de mujeres, de Derechos Humanos, de jóvenes, de ciudadanos más conscientes, etc. El panorama político aparece desfavorable a los sectores populares que no saben con quiénes aliarse para encontrar salidas, esperanza y compromiso.
Todavía no hemos descubierto que sin los pobres organizados y peor contra ellos, no vamos poder cambiar nunca este nuestro país. Los cambios vienen desde abajo, desde los pobres y desde los jóvenes. Ninguno de estos supuestos iluminados que grita desde su partido político nos va a salvar: sólo un pueblo consciente, organizado, valiente y decidido puede abrir caminos y construir alternativas de país. En su viaje a Bolivia, después de visitar a Ecuador, el papa Francisco fue muy claro sobre el protagonismo de los pobres organizados: “Quisiera decirles nuevamente: el futuro de la humanidad no está únicamente en manos de los grandes dirigentes, las grandes potencias y las elites. Está fundamentalmente en manos de los pueblos, en su capacidad de organizarse y también en sus manos que riegan con humildad y convicción este proceso de cambio.”
¿A quiénes acompañamos nosotros? ¿A quiénes hacemos protagonistas de su destino y del cambio nacional? ¿Cómo colaboramos a la organización y el fortalecimiento del poder popular de los pobres organizados? … afín de revertir la actual situación, tal como pasó en la lucha desigual del pequeño David contra el gigante Goliat.