Por José Miguel Sánchez Giraldo
La semana de pasión -semana mayor para el mundo católico- se abrió en Colombia con el intento de crucifixión de Gustavo Petro a manos, más bien a punta de titulares de la prensa oficialista adepta al gobierno Duque y su candidato presidencial, como respuesta a un presupuesto básico de perdón social, apenas inicialmente delineado por el candidato presidencial del Pacto Histórico.
Recojo en esta columna, algunos puntos con los que hilé la ponencia De la Guerra a la No Violencia: una lectura situada, que expuse a finales de 2020 en el Congreso Internacional de Paz y No violencia que se efectuó en Costa Rica, una lectura personal y política de nuestro paso de la confrontación armada a la No violencia política, inspirada en principios enunciados por Gandhi y Nelson Mandela.
Palabras clave: compasión, perdón, verdad, justicia, reparación, no repetición, no violencia, participación, diálogo, paz.
- El Diálogo es la expresión de una ética ciudadana provocada desde la compasión.
- La compasión, es un diálogo que se traduce en una empatía que reconoce radicalmente que todos los demás tienen el derecho a no sufrir.
- La compasión es la base de la tolerancia, el amor, la paciencia y el perdón; camino a la felicidad.
- La preocupación compasiva por los demás no es un asunto reducible a la esfera privada. Cuando salimos de lo privado a lo público salimos a conversar, a dialogar.
- Permitir que otros no sufran es un acto de caridad, y la mejor forma de la caridad, según el papa Francisco, es reconocer en el otro un hablante igual a mí como base del diálogo.
- El imperativo de superioridad moral, según el cual yo soy mejor que mi contradictor, es el inicio de la guerra y la confrontación violenta, en la que al contradictor lo declaro como enemigo.
- Nos relacionamos con los demás con base en que somos de una naturaleza sintiente, que nos provoca con el otro y la otra sembrar verdad, belleza y bondad (Platón)
- La compasión es una vía para cultivar la virtud; y la mayor virtud ciudadana es el diálogo que escenificamos en el ágora: por eso el teatro de operaciones de la guerra es la tragedia. En la guerra, el foro griego no tiene existencia.
- La magna manifestación del amor está en el diálogo (poema); el diálogo es una apuesta por la con-pasión No violenta en acción.
- El diálogo y el perdón son actos éticos.
- El dialogo y el perdón, como acción No violenta, se legitiman así mismos.
- Nuestra experiencia como exguerrilleros, nos lleva 32 años después de la negociación, a reconocer que la paz es fruto de la reconciliación, y que el alma de la negociación es el diálogo y el perdón, distinto al alma de las armas para la guerra.
- Por ello, para nosotros, hoy la paz y la no violencia, son la revolución.
- La paz social es fruto de la transformación positiva de las condiciones de desigualdad e injusticia, que potencian y posibilitan la violencia.
- Una transformación estructural requiere la participación de la población que no es actor del conflicto y de las víctimas, al igual de quienes participan o participaron del mismo.
- La violencia también se expresa cultural y políticamente desde presupuestos que alimentan la aporofobia, el racismo, la misoginia, la homofobia, la persecución al migrante.
- Verdad, justicia, reparación, no repetición, van de la mano con una reforma estructural al estado de cosas inconstitucional, ético y social.
- La sostenibilidad de las paces que se firman, requiere de una efectiva política pública de participación, con eje central de territorialización, con presupuesto, evaluación, veeduría y gestión del conocimiento.
- Es necesario pasar a las paces sustentables que garanticen que todas y todos podamos vivir en la Casa Común, con el agua como ordenador político, territorial y de la vida.
- Una acción colectiva debería entenderse como un sistema de participación ciudadana: abierta, plural, diversa, multicolor, polifónica, transcultural.
- La paz es fruto de la transformación positiva de las condiciones de desigual e injusticia que potencian y posibilitan la violencia.