Por Luis Herrera Montero

Se ha vuelto una mala costumbre, ya con siglos de funcionamiento, hacer de la política un constante sostenimiento de relaciones de poder, pero no para el desarrollo de la virtud o aquello que garantiza el bienestar social, como lo han insistido prestigiosos filósofos y filósofas: en términos de incidencia contemporánea destaco a Hannah Arendt, Michel Foucault, nuestro Manuel Agustín Aguirre, el colectivo de la CONAIE el 1992, entre muchos más. Evidentemente, este histórico problema del ejercicio político, como poder por el poder,también ha dejado de lado el buen comportamiento o lo caracterizado socialmente en calidad de ética. Lástima quehaya prevalecido la politiquería, en palabras del buen sentido común. 

Los acontecimientos de este fin de semana, en la Asamblea Nacional, son una clara demostración sobre lo dicho. El presidente electo Guillermo Lasso, aún no oficialmente posicionado, llegó a esa dignidad por la alianza con el Partido Social Cristiano. La ciudadanía de Ecuador evidenció el rompimiento de la alianza mencionada, cuando la bancada de CREO decide irrespetar un acuerdo, respecto del cual incluso hay constancia por escrito, que posicionaba a un integrante del PSC para la presidencia de la Asamblea Nacional, como también a una integrante de UNES y uno de Democracia Sí para las dos vicepresidencias. Fue de conocimiento público un pacto de concertación entre CREO, PSC Y UNES para garantizar la gobernabilidad, tanto del legislativo, como del ejecutivo. Lo cierto es que los hechos se enmarcaron en innegables significados de ingratitud, mentira y traición, propios de lo que he definido en este texto como politiquería o el poder por el mero poder. 

La ingratitud queda a vista y presencia de todos y todas, cuando Guillermo Lasso sostiene una alianza para solamente alcanzar la presidencia de la república. Obviamente, si su tienda política participaba de manera autónoma, de seguro su votación se reducía a menos del 10%, un porcentaje muy lejano de la posibilidad de acceder al balotaje programado para el 11 de abril de 2021. Así también, el engaño se hizo realidad, el momento en que la bancada de CREO se abstuvo de apoyar la candidatura de Henry Kronfle, dejándola con 68 insuficientes votos, pues se requería mínimamente de 70 para oficializar el procedimiento. Finalmente, la traición, consecuencia de la ingratitud y la mentira, que se produce cuando un sector político muestra infidelidad en relación a pactos previamente establecidos; anteriormente, Guillermo Lasso sostuvo la necesidad de llegar a entendimientos en el legislativo, con el objeto de concretar la gobernabilidad ansiada por el pueblo ecuatoriano. Sostener un acuerdo y desentenderse del mismo en la etapa crucial del proceso, es un acto traidor.  Así de clara la politiquería, ya que el propósito de CREO fue acceder al poder ejecutivo sin importar el irrespeto a alianzas y sus respectivas concertaciones.

Es preciso aclarar que sostuve mi cuestionamiento y oposición a que UNES concrete una alianza con CREO y el PSC, manifestada en textos por Facebook y Twitter. Resulta ridículo creer en una gobernabilidad de corte neoliberal, cuando esta corriente ha demostrado que impone políticas que devienen más bien en ingobernabilidad y crisis, tanto en ámbitos nacionales,como en globales. Es una equivocación seria considerar que el pueblo ecuatoriano eligió al neoliberalismo como alternativa. Lo sucedido el 11 de abril fue una exitosa demonización anticorreísta, que tuvo eco en sectores de izquierda, manipulados estos por lo peor de las oligarquías, bajo las marcas de los banqueros Egas y Lasso. Cualquier equiparación de Correa con los mencionados banqueros es un claro deterioro de la lectura política, ya que por algo estos dos lideran la estrategia en contra de lo que hábilmente construyeron como correísmo, que yo sepa el movimiento se llama revolución ciudadana. Hasta en eso la izquierda despistada sirvió de anzuelo, como si el enemigo a derrotar fuera Correa y no el imperialismo neoliberal. Por su parte los neoliberales felices concretando su estrategia de demonización. 

De ahí que no solamente cuestione la alianza CREO-PK-ID, sino que la repudie. La ingenuidad, pendejismo en términos populares, es desvergonzada al creer que Pachakutik alcanzó la presidencia de la Asamblea. Ha triunfado nuevamente lo más recalcitrante del neoliberalismo oligárquico. Pachakutik no aprendió de su amplia derrota con las politiquerías de Lucio Gutiérrez, tampoco de las inconsecuentes votaciones de ciertos militantes en favor de la Ley Humanitaria y la Ley de Defensa de la dolarización, indiscutiblemente neoliberales. 

Deshonrar el concepto de pachakutik no es mérito alguno. Concebir ciclos de renovación, por una guerra espiritual, que reactualice tiempos de significativa ancestralidad, no tiene vínculo alguno con reciclar actos de colonialidad y reposicionamiento de los criollos serranos, bajo el mandoactual de Fidel Egas. El capital financiero hizo y deshizodurante el feriado bancario, acontecimiento que deberememorarse como tragedia irrepetible y que involucra a Lasso, aunque este exitosamente fingiera ausencia de responsabilidad, durante la última campaña electoral. El neoliberalismo ha retomado el poder político con LenínMoreno: personaje ingrato, que ocultara su verdadera identidad de reaccionario y del que se sabe que traicionó al régimen predecesor. Los banqueros Egas y Lasso con mucha habilidad redujeron a Moreno a simple títere. 

Guadalupe Llori es ya consecuencia de lo mismo, el poder financiero la ha transformado ya en una ficha para subordinar a UNES, el más fuerte adversario político de los banqueros mencionados. El resultado que se avizora es una indígena amazónica, funcional al neliberalismo. Si Correa se equivocó al creer que era viable la gobernabilidad con Lasso, Pachakutik y la Izquierda Democrática se empeñan en poner en práctica tal error. El fatal acuerdo está consumado, esta alianza será responsable directa del sostenimiento oligárquico fondomonetarista y del continuismo morenista, con el cual la ID ya ha dado muestras de alineamiento, como también ciertos militantes y líderes de Pachakutik

Ahora la fractura entre PSC y CREO debilita notablemente al gobierno de Lasso. Parecía que las contradicciones entre grupos oligárquicos se superaban. Sucedió lo contrario, resurgieron pugnas e intereses en conflicto. Que la gobernabilidad neoliberal termine siendo un mal cuento debe alegrarnos. Sabemos que la gobernabilidad posible es aquella que se sostiene en procesos democráticos participativos, la vía legítima para concretar el bienestar social y el buen comportamiento. Ese horizonte utópico requiere, por tanto, de otra gobernabilidad. Es deber ciudadano construir alianzas, pero que busquen lo que se ha planteado como virtud y ética. Se trata, por tanto, de no reproducir ingratitudes, mentiras y traiciones Así la politiquería no se impone a la política; es decir, cuando con el poder se cultiva virtud yética. Para el efecto será necesario articular la utopía con el realismo, la revolución con la reforma, los movimientos sociales con el progresismo

Por lo expuesto, animo a Leonidas Iza a sostener su candidatura para liderar oficialmente la CONAIE. Durante las jornadas de movilización multitudinaria, en octubre de 2019, este sector del movimiento indígena se diferenció de actos politiqueros y nos hizo recuperar el auténtico significado del concepto pachakutik. Tenemos la confianza de que el dogmatismo anticorreísta nocontamine tal resurgimiento con posturas falsas de lucha antioligárquica y feminista. Carlos Pérez en el 2016 apoyó la candidatura de Lasso (Debería retirarse de PK pues la alianza con CREO se ha consumado). Lourdes Tibán lo hizo recientemente, en la segunda vuelta electoral. La CONAIE, con el liderazgo de Leonidas Iza, deberá cuidar de que el neoliberalismo no posicione lo peor del colonialismo patriarcal, como lo está logrando a través de la presidencia de la AN con Guadalupe Llori. Es oportuno adicionar que la presencia de mujeres en cargos públicos es importante, pero no significa que tales presenciasconstituyan referentes de lucha anti patriarcal: Keyko Fujimori es claro ejemplo de lo dicho y un serio peligro para mantener a Perú en crisis institucional y neoliberal, además de una nefasta historia de corrupción que tiene en Alberto Fujimori a uno de sus emblemas, del cual su hija no es más que un síntoma patriarcal de continuismo. 

Animo también a UNES a no pecar de ingenuidad. La supuesta gobernabilidad para la Lasso resultó ilusa, porque no es posible gobernar desde y con el neoliberalismo. SI eso no tenemos claro, se empieza a claudicar al sistema y a hipotecar el fortalecimiento del progresismo como potencia latente de otro gobierno. De ese modo, solamente haremos que la política se aleje de un accionar virtuoso y ético. Promuevo, por tanto, a seguir consolidando los nexos entre CONAIE y UNES. Se comenzó con este propósito en la campaña y urge vitalizarlo y reforzarlo, a partir de claridades y consensos programáticos y estrategias con contundencia realista y práxica. Por el momento el neoliberalismo en Ecuador está ganando en el tablero de ajedrez político.

Por Editor