Hay fuertes rumores en Carondelet de que el 24 de mayo, durante el Informe a la Nación, el “Primer Mandatario”, Lenín Moreno, anunciaría su retirada, encargaría la Presidencia a Otto, éste llamaría a elecciones en tres meses y hasta ahí llegaría la llamada transición. Las razones son varias y una fuente interna las comenta bajo el pedido de no revelar su nombre:

1.- Las broncas entre los bloques que disputan hoy la confianza y cercanía con Moreno son insostenibles. “Los Ruptura luchan encarnizadamente con Michelena y Cuesta, con lo cual para Moreno, poco dado a resolver políticamente las diferencias, ya es insostenible y ratos muy peligroso para él mismo”. ¿Por qué? “No sabe cómo quedaría él si pliega a uno de los bandos, porque el otro podría revelar cómo se manejaron temas delicados y también porque cada uno de esos bandos juega al chantaje”.

2.- La medición de las encuestas tras el acuerdo con el FMI y la expulsión de Julian Assange de la embajada en Londres ya no solo colocan a Moreno en el peor escenario, incluso por debajo del que tuvo Lucio Gutiérrez a la hora de su caída, en la que participaron activamente los otrora jóvenes Ruptura. Y no solo es en el ámbito nacional: la avalancha de críticas a nivel mundial lo dejan con la peor imagen y con millones de tuits en contra suya. “No habrá lugar en el mundo al cual pueda llegar sin rechazo. Eso lo sabemos aquí adentro. Una prueba fue la visita en Washington. Ni siquiera los medios aliados con EE.UU. han podido ocultar el rechazo a una medida, por donde se vea, anti histórica”, dice la fuente.

3.- En alguna conversación Moreno habría repetido lo que supuestamente dijo en Ginebra a Rafael Correa y Ricardo Patiño: “Yo no me quedaré más de dos años. Ustedes me pidieron, casi a la fuerza, ser candidato. Cumplo los dos años y hasta ahí llegué”. Ahora ya tiene a quien dejar, de modo que la derecha no cuestione la decisión. Inclusive, su salida del 24 de mayo sería tras un acuerdo con Jaime Nebot. El alcalde de Guayaquil ya evidenció lo que podría venir con un tuit donde advertía: “Para qué esperar al 2021…”. La retirada no haría mella en las intenciones de Nebot, pero de todos modos hay muchas dudas tras el tropiezo del 24 de marzo, en las elecciones seccionales, en las que el PSC no obtuvo lo que esperaba. Considerada por algunos analistas como su primera vuelta, en la práctica no llegó a los niveles de aceptación deseados, particularmente en la Sierra. Y por lo tanto, una salida de Moreno voltearía la mirada hacia Nebot y con el correísmo perseguido, sin sus figuras clave en la escena electoral, el actual alcalde de Guayaquil tendría las mejores opciones. “Jaime Durán ha hecho, con cifras en mano, todos esos escenarios y garantiza a Nebot y Moreno un triunfo también en la Asamblea con un bloque que garantice gobernabilidad”, afirma nuestra fuente.

5.- El escándalo de los INA papers aterroriza a Moreno. Se sospecha que hay más de un documento en los que se probarían algunas transferencias desde Ginebra a EE.UU. y que solo se exhibirían en un juicio penal y en la Asamblea para garantizar el encausamiento al “Primer Mandatario”. “Siendo así, la mejor carta y la más urgente es salir a un lugar seguro”. ¿Dónde? “Por supuesto: EE.UU. Más de una vez, en cada viaje, Moreno hace contacto con autoridades y delegados de Washington para asegurar su retirada, la de su familia y la impunidad absoluta”, cuenta nuestra fuente con algo de rabia porque considera que todos sus colaboradores, los de Moreno, “quedamos literalmente hipotecados política y con juicios a la vista”.

6.- La posibilidad de una Consulta Popular, convocada por Julio César Trujillo estuvo en la agenda antes del 24 de marzo. “Hoy sería un error. No hay condiciones para ganar. Por el contrario, sería una derrota insuperable. El correísmo sería el actor principal y seguramente tendríamos ahí una respuesta para favorecer el retorno de Correa”, asegura la fuente interna de Carondelet y acota: “Todo lo que sea para acabar con la institucionalidad correísta se hará con una mayoría absoluta en la Asamblea, elegida junto al nuevo Presidente”.

Si todo esto fuera así, dadas las condiciones políticas de un país como Ecuador (imprevisible, con pronósticos siempre asombrosos) el 2019 sería el año del cierre del ciclo “morenista”, el epílogo de un proceso liderado y planificado desde alguna embajada y con un devenir incierto, porque nadie puede asegurar ahora (como pasó el 24 de marzo) que un candidato tenga la Presidencia “llave en mano”.

“Únicamente les puedo asegurar que la cohesión interna del gobierno está hecha trizas. Ni siquiera un ministro como Pablo Campana se siente cómodo ahí, ya puso la renuncia y Moreno se la negó. La pelea fue con Santiago Cuesta por el contrato con el portal La Posta, además de todos los líos y pujas por Posorja. Hay ministros a los que Moreno no ve hace algunos meses. Ni siquiera sabe qué hacen en sus despachos. La entrada de Roldán y María Paula revolvió todo. Entraron con un hambre de poder impresionante, una codicia política sin nombre, que han arrastrado al Canciller y algunas autoridades más, al punto de mirarlos con recelo y hasta miedo. Usan a (Iván) Granda como perro furioso, pero adentro nadie le respeta. Si se dan cuenta, la SECOM ni siquiera publicita sus ruedas de prensa y apariciones en medios, porque Michelena sabe que también se lo quieren comer”.

Vistas así las cosas, esperaremos con calma el mensaje del 24 de mayo, no sin antes monitorear cada uno de los pasos de las autoridades mencionadas aquí -por nuestra fuente- y sabremos hasta dónde se cocinan nuevos escenarios, dentro de un gobierno con casi nula capacidad de reacción política. Su feroz herramienta (ya agotada y erosionada) es el ataque al correísmo, que el martes 16 de abril probó no solo que está más vivo que nunca sino que también supo convocar a una ciudadanía desencantada y asqueada, y acumular fuerzas para lo que pueda venir en lo inmediato o en el 2021.

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