Por Luis Varese
Ha vuelto a triunfar la derecha más representativa, el hijo del hombre más rico del país, el bananero Noboa. La mitad del electorado, casi suicidamente, ha optado por la “banana & coca republic”. La otra mitad votamos contra el neoliberalismo, por la Vida.
El domingo 15 de octubre marcará una etapa muy dura para el país. El triunfo de una derecha feroz, neofascista y transparentemente vinculada al narcotráfico. Sin exagerar una derecha que pone al país en una situación cercana a la desaparición como sociedad organizada, estructurada a lo largo de años de luchas populares y revolucionarias, desde el inicio del Siglo XX en adelante.
Hay aún mucho que escarbar e investigar de dónde viene esta derrota electoral, que sin embargo debe ser vista con serenidad y firmeza. Sin concesiones. El 52% del electorado votó por la derecha, sin embargo, el 48% votó por la propuesta de la Revolución Ciudadana o contra la derecha. En este campo llama la atención que ese 60% que votó recientemente en la consulta popular por mantener el petróleo bajo tierra en el Yasuní, no votara por el progresismo. Los ultritas, terminan como siempre aliados a la derecha.
La autocrítica, palabra casi prohibida en la izquierda y en Revolución Ciudadana, no se aplica con rigurosidad. La práctica así lo demuestra. No hubo cambios en la campaña, se mantuvo el mismo estilo, la misma propuesta, durante dos campañas. No es responsabilidad de los candidatos (Andrés Arauz o Luisa Gonzáles). Cumplieron con el papel asignado, con poco margen de juego personal. 1. No se quiso y no se quiere construir organización, salvo los comités electorales. No existe en la Revolución Ciudadana un espacio de militancia; no existe democracia interna; no hay vocación de construcción del instrumento permanente que forme estructuras, que recoja lo ganado, que coseche lo sembrado. No hay escuela. No existe ni parece que existirá. NO hay vocación de cambio en este sentido. Se sigue confundiendo beneficiarios con posibles votantes. No hay conducción en las luchas populares. No hay posibilidad de debate interno, porque no hay dónde hacerlo. Las discrepancias se toman como ofensas personales contra Rafael Correa y no es así.2. La política de alianzas sigue siendo inexistente o en el peor de los casos es por la derecha. Esto se evidencia a nivel local. No hay una clara apertura hacia el movimiento feminista, ecologista y menos aún hacia la dirección de la CONAIE. 3. No hay una propuesta nueva en la construcción pluricultural, ni hay una clara defensa de la Constitución de Montecristi. Desde la propuesta programática de la RC, no se vislumbra un mundo nuevo. Se ven reformas a un Estado que ya no da más como propuesta. Es indispensable renovar con la multiculturalidad, la defensa de la naturaleza, el feminismo, el género.4. El tema de la seguridad ciudadana, debe recuperar con fuerza a la participación ciudadana, la solidaridad ciudadana.
En la izquierda (y no me refiero a los mini grupos organizados, enfermos de anticorreismos varios, como los MPD o los Acostas) sino a la izquierda que piensa y ama al país.1. Ninguna autocrítica sobre el voto nulo ideológico, de las elecciones pasadas que terminó beneficiando a Lasso y a la derecha. 2. Ninguna autocrítica sobre la evaluación negativa que tienen de diez años de revolución ciudadana. Ninguna evaluación seria sobre la ofensiva imperial y la necesidad de construcción de un frente antifascista. Porque es el fascismo lo que se nos viene desde los EEUU y desde la Unión Europea.3. La batalla dentro del movimiento indígena es ideológica. La derecha con Lourdes Tibán, Yaku Pérez, Marlon Santi, o Salvador Quishpe, que representan sectores derechistas del Movimiento y que han logrado romper y paralizar a Pachakutik, en contubernio con el Poder Electoral, la derecha y por supuesto la embajada de los EE.UU. Por otro lado los militantes combativos como Leonidas Iza, Guillermo Churruchumbi, y las compañeras Zenaida Yasakama,o Alicia Cahuiya de los Huorani, que representan una fuerza nueva y de creación de espacios interculturales y a la vez fuertemente enraizada en el Movimiento Popular. Esta batalla interna y el anticorreismo que no han superado, dio votos en la sierra central a la peor derecha.
El voto de la derecha.1. Todos los medios de comunicación masiva de los propietarios han construido la imagen, sin ninguna, absolutamente ninguna, prueba de corrupción en la Revolución Ciudadana. Han llegado a inventar que el narco está ligado al correismo cuando es exactamente al revés, tanto es así que bandas armadas delincuenciales, salieron a celebrar el triunfo de Noboa, con fusiles y pistolas de guerra por calles de algunas ciudades.2. La pequeña burguesía serrana y la oligarquía han votado por el patrón blanco, con su esposa rubiecita que representan la imagen tradicional del poder colonial y el “éxito” individual. Hay un voto racista y sumiso. 3. Los asesinatos de políticos y el del Candidato Presidencial Fernando Villavicencio, así como los asesinatos de los 7 sicarios ligados a este últimocrimen, generaron pánico entre la población. Hay electorado que por temor, votó por la derecha y barrios que fueron amenazados por las bandas delincuenciales si votaban por la RC.4. El poder de la lumpenoligarquía ecuatoriana es indudable y sólido. Cualquier duda sobre ello es superada por los resultados. Ellos han ganado y siguen ganando ingentes cantidades de dinero. Hasta las remesas de los ecuatorianos, expulsados por el neoliberalismo, se van a los paraísos fiscales.
Lo que se viene
Veinte meses de incertidumbre y aceleración de la destrucción institucional del país. La Asamblea Nacional no será respetada, salvo que los asambleístas patriotas junto con las prefectas y prefectos salgan a las calles. Esto no es una profecía, es simplemente la lectura de lo que ha ocurrido y seguirá ocurriendo, si no se responde como se debe.
La inseguridad ciudadana no será combatida, sino toda la fuerza del Estado, irá contra los movimientos sociales que salgan a las calles.
El inicio de la Campaña electoral del 2025, marcará una nueva etapa de debate político y programático. Pero sobre todo deberá acelerar el proceso de ampliación de las alianzas y renovación de cuadros. Es un excelente espacio por la construcción de la alternativa del frente amplio.
Hay 20 meses por delante, antes de las nuevas elecciones, la lucha será muy dura, pero con humildad, vocación unitaria y vocación de poder es factible construir un campo de triunfo para las fuerzas democráticas del Ecuador. La seguridad ciudadana está profundamente ligada a la participación ciudadana, base de la democracia.