Por Luis Varese

Una breve introducción necesaria

Ante la consolidación del Gobierno Neoliberal iniciado con Lenin Moreno, el traidor, y continuado por el Banquero Guillermo Lasso, hubo un enorme deterioro del poder adquisitivo de la población, empeorado por la pandemia Covid-19. El abandono de políticas públicas bajo presión del FMI trajo como resultados importantes “ahorros” en el “déficit fiscal”, acumulación hasta 10 mil millones de dólares en la reserva internacional (absurdo en una economía dolarizada) y cero inversiones  en el sector público afectando gravemente a la salud, la educación, la seguridad ciudadana, la infraestructura vial.

A todo ello una migración forzada que sobrepasó el millón de ecuatorianos y ecuatorianas (según cifras de la ONU) en 2021  y por lo tanto un aumento notable de las remesas que bordean los 4500 mil millones de dólares. Los pobres trabajan en oficios precarios, mandan sus dineritos vía canales de los ricos, y los ricos los reexportan, exonerados de impuestos,  a sus desvergonzadas cuentas bancarias en el exterior.

A su vez los propietarios de la economía del país (entre ellos el banquero Guillermo Lasso, Presidente de la República) tienen alrededor de 30 mil millones de dólares en paraísos  (infiernos) fiscales. Los pobres del campo y la ciudad y la clase media pagan más impuestos. Los ricos fueron exonerados de muchos de ellos entre los cuales, el impuesto a la salida de divisas y condonadas deudas por 4 mil millones de dólares con el fisco. Como premio al Paro, nos han subido a todes, los intereses bancarios a cifras de usura.

Este breve resumen nos da un panorama de las condiciones del inicio del Paro Nacional, finalizado ayer, luego de 18 días de paralización del país.

Un año atrás, a partir de las movilizaciones de 2019, la CONAIE (Confederación de Nacionalidades Indígenas del Ecuador) había presentado un pliego de 10 puntos para ser tratados con el Gobierno, en diversas mesas técnicas acordadas. Jamás se dieron esas mesas y no se trataron los puntos. 

La democracia de participación directa

La Constitución de la República de 2008, en su capítulo IV, artículo 57, título 15 reconoce el derecho (a pueblos y nacionalidades)  a construir y mantener organizaciones que los representen, a las cuales el Estado deberá reconocer y promover. Con mucha precisión y paciencia, la CONAIE (histórica organización indígena) fue consolidando y consultando a sus bases de la Amazonía, la Sierra y la Costa. La dirección de la Confederación, encabezada por Leonidas Iza, fue generando las condiciones participativas y democráticas en múltiples asambleas de base, aceptando y proponiendo las acciones que se debían dar para alcanzar los acuerdos que respondan a las necesidades de las grandes mayorías nacionales, no solo las indígenas. Así se fue tejiendo la movilización, esta sí inicialmente solo indígena, que desembocó en el inicio del Paro nacional, anunciado con más de un mes de anticipación, al cual el Gobierno hizo oídos sordos, pensando que con reprimir bastaba.

El primer día del Paro, el gobierno ordenó la detención del dirigente Nacional, de la CONAIE, Leonidas Iza, en un confuso accionar de las Fuerzas Armadas y Policía Nacional. La ilegitimidad e ilegalidad de la acción y el clamor salido de las huestes indígenas y progresistas forzó a su liberación muchas horas después. A partir de ese momento era previsible la consolidación de la figura del dirigente y la legitimidad de la acción de movilización popular. El tejido que se fue armando desde las asambleas comunitarias respondió de manera ordenada. Ciertamente hubo acciones violentas, seguramente muchas de ellas producidas por infiltrados (método utilizado por los servicios de inteligencia del mundo entero) y otras como reacción a la violencia de las acciones policiales.  Una primera lección aprendida es que el ejercicio democrático (muy propio de las comunidades andinas) desarrollado en las bases dio fuerza y disciplina enormes a la movilización.

Organización y triunfo del Paro

La CONAIE, así como la  FENOCIN y FEIDE, son a Federaciones cuyo origen es distinto. La primera es un tercer nivel de organizaciones y pueblos indígenas (por ello Confederación), la segunda también de pueblos y federaciones incluyendo montubios (la costa), afrodescendientes y mestizos. La tercera es indígena, pero de origen religioso, son evangélicos. Todas han respondido al llamado y todas se organizan en base a ejercicios democráticos de asamblea comunitaria o comunal o por iglesias. La que los une es la opción por los pobres (para darle un nombre) o los intereses de clase, para ser más concreto.

La dirección de Leonidas Iza es una dirección de izquierda, anti neoliberal, él se define Mariategusita. No me parece necesario encasillarla de otra manera, a pesar que la derecha oscura lo llama de Mariateguista, como si esto fuera un insulto cercano al terrorismo. Leer a Mariátegui, a Gramsci o a Marx, le haría mucho bien por lo menos a los asesores de la derecha, (si llegaran a entenderlo) a esa derecha que estigmatiza al bienestar de las mayorías, como si fuera un delito de lesa propiedad.

Es un grave error confundir a la organización social con el partido político. Dentro de esas alianzas que mencionamos hay gente de izquierda por su opción política, como Leonidas Iza, la Compañera Vicepresidenta Nayra Chalá, u otres dirigentes. Por la derecha los hay declarados como Lourdes Tibán, Yaku Pérez o Marlon Santi, autodefinidos por su práctica y su verbo.

Qué conquistó el Paro: los más destacado es una rebaja del precio del combustible (15 centavos por galón en la gasolina de menor precio y calidad y en el diesel), condonación de la deuda en Banco Nacional del Ecuador de los créditos hasta 3000 dólares, mayor control de las comunidades indígenas sobre la extracción petrolera y minera (o sea respeto a la consulta previa que existe constitucionalmente y la no ampliación de dichas fronteras para la exploración y explotación, protegiendo los territorios ancestrales indígenas); aumento del cincuenta por ciento en la educación bilingüe, la constitución de una Mesa Técnica de Diálogo (por 90 días) para revisar todo lo factible en revertir e}las opciones antidemocráticas y antipopulares del gobierno. Ojalá así se cumpla y se dé la mesa de trabajo. El Gobierno no se caracteriza por ser cumplidor de promesas. “No renunciamos el derecho a la resistencia, si no cumplen, volveremos millones”, concluye el comunicado de las organizaciones.

 Estas conquistas han costado las vidas de 6 ecuatorianos a los que se suman las 11 personas del paro anterior del 2019. Hablamos de 17 vidas humanas para conquistar un poco de democracia o restaurar algunos de los derechos adquiridos en años de lucha popular. Así es en Nuestramérica, el mínimo derecho nos cuesta sangre  y prisión para todos los que creemos en la libertad, la fraternidad, la igualdad, consignas válidas desde la Revolución Francesa del 1789. O sea desde hace 233 años que batallamos por ello.

El principal triunfo ha sido consolidar la unidad de movilización de los sectores indígenas y campesinos de la sierra y establecer la unidad con barrios y sectores populares de las ciudades.

La Unidad por conquistar

Esta reflexión tiene que ver con la necesidad de no confundir la opción política con la opción de movimiento social. Mucho menos hay que confundir la movilización  social por la defensa de intereses de clase, con la opción político electoral.

La derecha, con sus contradicciones interoligárquicas, las resolvió en el Parlamento donde se unieron para respaldar al Presidente Lasso, en una propuesta de relevarlo del cargo y convocar a elecciones anticipadas. Esta propuesta constitucional, fue impulsada por UNES, bancada parlamentaria de la revolución Ciudadana.

Por otra parte en el Ecuador hay dos grandes espacios aspiracionales de la izquierda o del progresismo, que pueden y deben confluir. Lo que se llama el “correísmo” que ha tratado de ser destruido legal y penalmente, pero sobre todo por los medios de comunicación, en un enorme esfuerzo dirigido por los tanques de pensamiento estadounidenses, como en el resto de América Latina. Esto que se llama el correísmo, agrupa gente que simplemente considera que Rafael Correa es el dirigente al que hay que seguir, porque durante su gobierno vivieron mucho mejor y también gente que perteneció al movimiento Alianza País, como una opción de Izquierda Nacional, por la Soberanía (de hecho País son las siglas de Patria Altiva i Soberana)

El otro gran espacio ha sido ocupado por el Movimiento Indígena (el sector de izquierda), partidos políticos tradicionales de la Izquierda como el Partido Socialista, el Partido Comunista, el MIR, el movimiento ecologista, el movimiento feminista, el LGTBIQ, y otros.

La contradicción entre ambos grupos se fue profundizando a partir de prácticas erradas del segundo gobierno de Rafael Correa, en el tratamiento y las relaciones con el Movimiento Indígena, contradicciones con los ecologistas y temas de sólida discrepancia con el movimiento feminista sobre temas como el aborto y la penalización del mismo, por violación.

Por su parte Leonidas Iza lanzó, en las últimas elecciones el “voto nulo ideológico” contra el candidato progresista Andrés Aráuz. Esto contribuyó de manera determinante al triunfo de Guillermo Lasso. Fue ideológicamente un voto para la derecha.

La gran habilidad de la izquierda o del progresismo (depende hasta donde se quiera ampliar la política de alianzas electorales) será la de incluir a todes quienes están por una opción de defensa de la Soberanía Nacional (multilateralismo, Patria Grande, recursos versus transnacionales); redistribución de la riqueza; defensa de la Naturaleza; igualdad de género; Multiculturalismo (incorporación a las políticas nacionales de formas de autonomía de los pueblos y nacionalidades). Es decir una opción antineoliberal.

Todo este enunciado aspiracional para la unidad debe traducirse conciliar amplios intereses de redistribución de la economía basados en el entendimiento del capital subordinado al ser humano y del mercado subordinado a los intereses de la Nación; incorporar la defensa de los recursos naturales y la Naturaleza como sujeto de derecho; la equidad de género y la derrota del patriarcado como ideología dominante; La Patria Grande como concepto incluyente del Abya Yala y como único camino de supervivencia de los países ante el nuevo orden geopolítico mundial.

Ello implica que el gran frente amplio para las elecciones, deberá incluir a los diversos partidos políticos que adhieran estos principios,  entre ellos por supuesto la Revolución Ciudadana. Y digo por supuesto porque no ver en esta organización electoral, un potencial y real miembro de la izquierda, recorta el espacio político. Habrá que encontrar las fórmulas para eliminar o minimizar las contradicciones que tiene esa agrupación con el Movimiento Indígena, con el movimiento de mujeres; con los ecologistas. Eliminar las contradicciones e intereses de clase que tiene en su seno.

En base a qué hay que buscar esa alianza amplia, en base a una profunda comprensión y militancia antiimperialista, que hoy por hoy es el principal enemigo y el común a todes. Una comprensión de la Patria Grande, no como una aspiración ilusoria, sino como una práctica demostrada desde Chávez en adelante y desde la visión Bolivariana, Martiana, Sandinista. No reconocer la validez de las posiciones internacionales de los gobiernos progresistas (CELAC, ALBA, UNASUR) de la década pasada es un error que nos puede llevar a romper la Unidad antes de su construcción. La políticas internacionales llevadas adelante por los Gobiernos de Chávez, Kirchner, Lula, Rafael Correa, Daniel Ortega, Evo Morales, o más recientemente AMLO, sin ser impecables son sin duda un ejemplo para América Latina, Nuestramérica. En ese marco, la heroica resistencia al bloqueo por parte del pueblo y gobierno de Cuba, son ejemplo de dignidad para nuestros pueblos.

Hay mucho por hacer, mucho por entender, mucho por avanzar, mucho también por autocriticarse, sin autodestruirse. Esta movilización del Paro Nacional, desde mi punto de vista, nos ha dado un mensaje muy claro, el pueblo mayoritario del Ecuador está por la redistribución de la riqueza. Conoció días mil veces mejores durante la Revolución Ciudadana a nivel de Educación, salud, seguridad ciudadana. De acuerdo o no, es un hecho que entre las principales fuerzas políticas se encuentra este movimiento y en sus bases debemos encontrar plataformas fuertes de unidad. Caer en la propaganda enemiga de que el “correísmo” es un enemigo principal, es alejarse de la historia de este país. Una alianza entre los sectores de izquierda del movimiento indígena y los sectores de izquierda de la Revolución ciudadana, puede convertirse en una fuerza imbatible, sea en las elecciones seccionales del 2023 o las nacionales del 2025.

Por RK