Por Juan Fernando Terán
Vi el debate presidencial en compañía de adolescentes en edad de votar. Sus reacciones me sorprendieron en un doble sentido.
Por un lado, los muchachos que nacieron después del año 2000 son lo suficientemente intuitivos para percatarse de dos cosas importantes: ellos se dieron cuenta de que “todos” estaban dedicados a “darle duro” Andrés Arauz, el candidato de la izquierda. Los perdedores están tan desesperados que sus actitudes de ataque son burdas y evidentes.
También los muchachos se dieron cuenta de que es “un desperdicio” y “una tontería” que les hagan debatir a 16 candidatos porque 13 de ellos no tienen la más mínima oportunidad de pasar a una segunda vuelta. “Eso no sirve para nada, no ayuda a entender lo que realmente quieren hacer los principales candidatos”, dijeron. Estas dos constataciones me parecieron positivas pues reflejan intuición política.
Lo que no me gusto de esta experiencia con adolescentes fueron las risotadas que causó Yaku Pérez con su retorica sobre el oro en los celulares. No es la primera vez que escucho risas sobre ese tema… unas risas que reflejan un desconocimiento utilizable para causas conservadoras.
Por eso, después del debate, aprovechando mi experiencia académica y profesional, les explique a los muchachos lo siguiente:
1). La trivialización de la política es chévere pero hace “full daño”. Hablar de asuntos políticos al “estilo en corto”, ciertamente, podría servir para hacer que millones de personas participen en el debate de asuntos públicos. La trivialización de la política coadyuva a la masificación de la política. Pero esa participación tiene mala calidad y fomenta el prejuicio, la ignorancia, el miedo y otras emociones, actitudes y creencias que favorecen a quienes no quieren que las cosas cambien.
Entre esos personajes se encuentra Guillermo Lasso y eso lo detectan perfectamente bien los adolescentes en edad de votar cuyos abuelos les recuerdan el feriado bancario y cuyos padres están sin trabajo por culpa del gobierno que el banquero controla. Y esto último no tuve que explicarlo. Ellos ya lo sabían.
2). La exportación de “Agua Virtual” no es una broma. Dado no vivo para conquistar simpatías y captar votos, no tengo problema en reconocer que nuestro país sí exporta agua virtual. Y lo explique a los futuros votantes con estas palabras.
Cada vez que Ecuador exporta productos agrícolas como un kiwi, nuestra nación está exportando no solo la cascara, la fibra, las pepas, las vitaminas, los micronutrientes, las sales y los minerales contenidos en una fruta. También la exportación de kiwis conlleva la exportación del agua incorporada en ese producto agrícola.
Aunque la cantidad de agua exportada de esta manera parezca mínima, en realidad, no lo es y sus consecuencias son económica y ecológicamente importantes. Por eso, instituciones, científicos, profesionales y funcionarios relacionados con el desarrollo sustentable buscan mejorar la contabilidad económica de los países para registrar también los flujos de agua que se transfieren a través del comercio internacional. Así surgió el concepto de “Virtual Water.”
Este concepto no una “novelería” de los ecologistas radicales. Ese concepto permite entender por qué algunos países siguen pobres mientras otros se vuelven más ricos. El agua virtual es una de las herramientas para comprender “la riqueza de las naciones” en versión contemporánea. Por eso, los memes y los chistes sobre el agua virtual no merecen aplausos.
De lo anterior, sin embargo, no se desprende que yo votaré por Yaku Pérez ni que apoyo sus propuestas. Incluso quitando el ruido que causa la trivialización de la política, sus palabras reflejan una ignorancia sobre desarrollo sustentable que le induce a confundir cosas y a distorsionarlas. Yaku Pérez es uno de esos personajes políticos que simula ser lo que no es. Jamás recibiría mi voto.
3). La extracción de oro de los celulares si es una alternativa económica. Si la primera vez que Usted escuchó eso le pareció gracioso, entonces supongo que se quedará perplejo frente a esta pregunta: ¿Sabia que existen empresas ecuatorianas que recogen el aceite usado en los restaurantes para exportarlo hacia Europa donde biorefinerías reciclan ese desecho?
En los países desarrollados, la industria del reciclaje no es una broma. Literalmente, en Estados Unidos, miles de empresas se dedican a recuperar metales de productos electrónicos descartados como computadoras, pantallas, televisiones o teléfonos. Esta opción económica no es marginal ni un asunto de ecologistas empedernidos.
La “economía de materiales” es una actividad lucrativa que está recibiendo mayor impulso a través de políticas públicas pues les permite a países como Alemania disminuir los costos económicos de la extracción de metales en otros países…. Y también reducir los “costos políticos” pues reciclar en casa es “más bonito y menos sucio” que enviar tropas a Nigeria o planificar golpes de estado en Bolivia.
La extracción de oro de los viejos aparatos electrónicos no es un absurdo…. Pero, como no escribo para conquistar simpatías ni captar votos, no tengo problema en decir que aquella es una opción microeconómica que no generará los millones de empleos que requiere una república bananera para solucionar inmediatamente la vida de millones de familias que han sido sumidas en la pobreza por el gobierno controlado por el banquero Lasso.
De lo anterior, obviamente, no se sigue mi rechazo al candidato Andrés Arauz por quien, y lo digo frontalmente y sin miedo, votaré en las próximas elecciones. Votaré por Arauz porque la trivialización de la política no me hace perder de vista lo fundamental.
Arauz no simula lo que no es. Arauz si tiene los conocimientos requeridos para estructurar políticas macroeconómicas que nos permitan recuperar la tranquilidad en nuestros hogares. La opción de emprendimientos basados en el reciclaje es solo una de las alternativas que él propone dentro de un paquete de políticas macroeconómicas amplio y coherente.
Y así se lo dije a los adolescentes en edad de votar… quienes saben perfectamente bien quién es Lasso pero no sabían sobre bioeconomía, una ciencia que estudia las características y consecuencias del flujo de materia, información y energía.
¿Y por qué los adolescentes no sabían sobre bioeconomía? Porque al igual que en mi época, en la secundaria, les enseñan pendejadas en “ciencias sociales”… Y disculpen pero no me aguanté las ganas de decirlo…. y lo dijo con certeza después de haber realizado estudios superiores en economía, sociología y antropología.
Esas “ciencias sociales” que les enseñan a los muchachos no sirven para generar ciudadanos libres y críticos… Solo sirven para dominar a las masas y trivializar la política.